Hace muchos años, allá por 1983 a 1985, empecé a escribir algunas notas en un periódico local de Texcoco. Ese periódico era entonces impreso y salía con cierta regularidad. Eran mis pininos. Eran críticas al desempeño de los deportistas mexicanos en los encuentros internacionales, en los que casi siempre los equipos nacionales no tenían buen desempeño. Ocasionalmente me atrevía a escribir algo sobre los políticos de la localidad.
Dejé de escribir en ese periódico por su tónica ’golpeadora’, ya que eso a mí no me convencía. Incluso el director de ese periódico tuvo… mmm… serios problemas con algunas personalidades, por así decirlo y así de ese tamaño dejarlo.
Pasaron los años, un buen número, y retomé la escritura de las notas periodísticas. Para entonces ya había diversificado mis temas y colaboré con otro periódico de la localidad, también impreso en papel, con notas y artículos culturales, crítica social y crítica a los políticos locales de entonces. Fue una experiencia especial la colaboración con ese periódico, me percaté del paulatino cambio de tono de su director y de otros colaboradores, de un cariz moderado en sus críticas a una abierta crítica agresiva, lo cual no era muy de mi agrado. Mis escritos, que a veces golpeaban a alguien, siempre los consideré moderados. Contrastaban con los de ellos.
Dejé también de colaborar con ese periódico mas no perdí el contacto y la amistad con su director y en lo particular con uno de sus colaboradores. Ocasionalmente nos reuníamos y comentábamos los acontecimientos del momento. Y siempre, por parte de ellos, era la cáustica crítica hacia los políticos y gobernantes que entonces se consideraban de corte ’tecnócrata’ y del partido político en el poder, ya fueran estatales y/o federales.
Pasó algún tiempo y un día me enteré que el director de este periódico había tenido un ’percance’. Lo visité y me contó que sus oficinas y equipos de cómputo, discos duros, archivos y demás habían sido totalmente destrozados por la noche-madrugada. Él, me decía: ¡Fue ’fulanito’ de tal! ¡Fue ’fulanito’ de tal! Estaba él muy seguro que ese ’fulanito’ de tal había mandado a sus gentes a destruir sus oficinas. Y así quedó. Esa fue la forma como ese periódico desapareció. No volvió a salir al público.
Hubo otro impasse y luego empecé a colaborar de manera esporádica con un periódico electrónico de un amigo. Para entonces mis escritos ya eran más que nada crónicas e investigaciones históricas. Raramente alguno hablaba sobre los políticos locales.
En una ocasión elaboré un artículo criticando a un grupo político de corte ’popular’ y vinculado con el partido político hegemónico de entonces que pretendía realizar una magna congragación tanto alrededor como en la zona arqueológica del cerro de Tetzcotzingo. En este artículo resaltaba los daños que podían causar a los vestigios prehispánicos por la aglomeración, así como por los equipos de luz y sonido que instalarían; y, finalmente, les solicitaba a los dirigentes de ese grupo que no realizaran ese evento allí y vieran la posibilidad de realizarlo en otro lado.
El artículo me lo rechazó mi amigo y no lo publicó, obvio que le reclamé y en la discusión me percaté de que su periódico era un órgano de propaganda y golpeteo político de ese grupo. Así que de ese tamaño lo dejé. No obstante, publique uno o dos artículos más con él.
Pasó un tiempo, él enfermó, y lamentablemente falleció. Su periódico todavía circuló por un tiempo más y una vez que quise recuperar un artículo que me publicó sobre las dos Coreas (la del norte y la del sur y su conflicto bélicos), ya no apareció su página. No la volví a buscar.
A propósito, los directores de los periódicos anteriores también ya fallecieron, y aprovecho este espacio para reiterar lo que en su oportunidad les manifesté con sinceridad a sus familiares y amigos: que en paz descansen.
Por cuestiones laborales, tuve que dejar Texcoco por unos años; y cuando retorné, me integré al Consejo de la Crónica Municipal de Texcoco. Para ese tiempo mis inclinaciones en cuanto a la escritura ya eran, precisamente, sobre la elaboración de crónicas e investigaciones históricas. Elaboré varias crónicas e investigaciones en esa organización. Tiempo después formé parte de un grupo cultural llamado Grandeza Texcocana, A.C.; luego, formé parte del Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalía Texcoco. Además, conocí a personalidades de la cultura local, como el Lic. Ernesto Sánchez Sánchez, Coordinador del Proyecto ’Texcoco en el Tiempo’.
En ese peregrinar, escribí algunos artículos que fueron publicados en las páginas electrónicas de esas agrupaciones. Y un día, platicando con el Lic. José Luis Garay Islas, Director del Periódico Electrónico Divergencias Informativa, le solicité me publicara algunos artículos de corte cultural; y me dijo que se los enviara. Recuerdo que uno de los primeros artículos que se publicaron en su periódico electrónico fue ’Las gárgolas de Texcoco’, el cual salió a la luz pública el 27 de abril de 2019.
A partir de entonces, primero con cierta irregularidad, empecé a colaborar con este medio informativo, por ejemplo, con: La arboleda sagrada de Chapingo, publicado el 13 de agosto de 2020; Cuando la Antorcha Olímpica pasó por Texcoco, el 21 de octubre de 2021; Catalina de Bustamante. Primera educadora de América, el 15 de noviembre de 2021.
En el año 2023, se publicaron, entre otros artículos más: El sistema de agua potable en el Texcoco Virreinal, el 15 de agosto; La muerte en el pensamiento occidental, el 29 de octubre; La Navidad en el mundo occidental, el 10 de diciembre.
En ese año, José Luis Garay me invitó por primera vez a participar en el XX Premio México de Periodismo ’Ricardo Flores Magón 2023’, organizado por la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos y el Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo (FAPERMEX y CONALIPE). En esa ocasión participé en el género de crónica con el trabajo: ’Breve Historia Política de Texcoco a partir del Virreinato’, publicado en el periódico el día 21 de agosto; y con el cual resulté ganador en dicha categoría. Los premios fueron entregados esa vez el 4 de noviembre.
En el año 2024, continué colaborando con mis artículos en el periódico. Algunos de ellos son: Texcoco, ciudad histórica, publicado el 15 de enero; La toma de Puebla el 2 de abril de 1867, el 1° de abril; La Cruz de la Medianía del Lago de Texcoco, el 28 de abril; La fortificación del puerto de Veracruz. El Baluarte de Santiago, el 9 de junio; ¿Por qué sólo se celebra el ’inicio’ de la Revolución Mexicana y no su final?, el 20 de noviembre; y otros artículos más.
Ese año, volví a participar, ahora en la versión XXI Premio México de Periodismo ’Ricardo Flores Magón 2024’, nuevamente en el género de crónica, con el trabajo: ’La Carta Magna de los Estados Unidos Mexicanos de 1917’, publicado en el periódico el día 31 de enero de 2024, y con el que volví a obtener el premio. Los premios en esa ocasión se entregaron el 29 de noviembre.
Durante el año de 2025, proseguido con mis aportaciones al periódico, algunas son las siguientes: José Guadalupe Posada, sensible grabador mexicano, publicado el 16 de enero; Origen y breve historia de la afamada Feria Internacional del Caballo en Texcoco, el 9 de febrero; Doña Manuela Medina, heroína de la Guerra de Independencia, el 2 de marzo; Francisco del Paso y Troncoso. Arqueólogo, historiador, editor e intelectual, el 27 de abril.
En este año, nuevamente decidí participar, pero ahora en el XXII Premio México de Periodismo ’Ricardo Flores Magón 2025’, y otra vez dentro del género periodístico de crónica, con el trabajo: ’El ahora nostálgico Cancionero Picot’, publicado en el periódico el día 15 de mayo de 2025. Y esta vez también fui favorecido con dicho premio. Los premios este año fueron entregados el 28 de noviembre.
Cabe destacar que el comité evaluador de estos premios es entre pares, no hay tendencias ni favoritismos, lo cual es muy loable. La entrega de estos premios siempre se ha realizado durante el mes de noviembre en el Aula Magna ’General Manuel Torrea’ de la Academia de Historia y Geografía, ubicada en la calle Londres No. 60; Colonia Juárez, Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México.
Durante los tres años que he tenido la oportunidad de participar en tan importante certamen, han fúngico como Presidente de la FAPERMEX, Eva Joaquina Guerrero Ríos; y como Presidente del CONALIPE, Teodoro Rentería Arróyave, a quienes les externo mis saludos y agradecimientos.