De Adicto a Adicto

Un virus mortal, llamado alcoholismo

Un virus mortal, llamado alcoholismo


Salud
Agosto 05, 2020 23:14 hrs.
Salud ›
Ernesto Salayandía García › Divergencias Informativa

Está comprobado científicamente que el alcoholismo es una enfermedad genética, que se transmite de una generación a otra, también, está confirmado qué es la enfermedad que causa el mayor número de muertes en el mundo y es la causante de muertes por cirrosis hepática, paros cardíacos, respiratorios y daños al cerebro, esta enfermedad es incurable, progresiva, mortal, es una enfermedad cruel, que no distingue, ni edad, ni sexo, tampoco, posición económica, mucho menos, religión o creencias políticas, todo el mundo está atrapado en el alcoholismo, esta es la causa, de la desintegración familiar, es la gasolina qué activa el motor de los divorcios, es lo que impulsa a los jóvenes a usar otro tipo de sustancias, el alcohol, es una droga, muchos alcohólicos, creen todo lo contrario pero, todo lo que entra a tu cuerpo y altera tu Sistema Central Nervioso, se llama droga, la enfermedad, es una enfermedad emocional, el individuo se torna muy frágil ante el manejo de sus emociones, en muchos casos, cae en la neurosis explosiva, es violento, hiriente, agresivo, ofensivo, hostigador y se le da con una gran facilidad humillar a sus seres cercanos, también, como característica, es una enfermedad física, porque el adicto al alcohol y a las drogas establece una necesidad muy fuerte ante cualquier tipo de sustancia tóxica, requiere de su dosis diaria, para llenar el vacío espiritual que lo caracteriza, también es una enfermedad mental, porque el adicto sufre de trastornos y de pensamientos tóxicos, lo invaden, por ejemplo, sus pensamientos patológicos, obsesivos, qué pueden ser celos psicóticos, falso orgullo, sed de venganza o sueños de pompa y poderío, no tiene paz mental, entra en crisis emocional, se torna deprimido, entra a un abismo profundo y negro, con un vacío espiritual enorme, el alcohólico y el drogadicto, están propensos a vivir en depresión, por ende, tienden a fracasar en todos los sentidos, sin saber por qué, sin tener la información de cómo salir adelante del problema, que ellos mismos se han generado, por su manera de consumir, por este estilo de vida, con el tiempo, adquieren conductas tóxicas, echan a perder su vida y en consecuencia le hacen un gran daño a las personas que viven a su alrededor.-

Ganador del Oscar:
El alcohólico y el drogadicto estamos llenos de características propias, muy similares el uno y el otro, somos actores de primera línea, capaces de hacerte llorar, tenemos la gran habilidad, de provocar culpa, una gran culpa en tu interior aunque no la tengas, por supuesto se nos da con facilidad decirte mentiras y que tú creas profundamente en lo que escuchas, das por hecho, qué son verdades, somos manipuladores, siempre se nos da por salirse con la nuestra, manejamos el arte de chantajear con una gran habilidad, los alcohólicos y los adictos somos, de una inteligencia diferente, no superior, tenemos grandes dotes, somos grandes actores, actrices, candidatos a ganar el Oscar de la Academia, por ello, un matrimonio tóxico, con un enfermo emocional, alcohólico y adicto, puede durar años en crisis, por esa gran habilidad que se da y que sin mayor problema, maneja la situación a su antojo, por las buenas el adicto es un panqué, es un pan de Dios, es miel, pero por las malas, es el huracán rugiente, es ese ser despreciable que después de golpear y golpear, soba luego, pide perdón y jura que no lo vuelve hacer, así pasan los años, en una relación tóxica, que se torna insoportable y en ese camino, el daño ya está hecho, tú le das a tus hijos una pésima escuela, les enseñas, lo que es la sumisión, la mediocridad, al permitir que te pisoteen, te denigren y te falten al respeto, eso es codependencia pura. La negación total al quedarte ahí, supuestamente por tus hijos.-

Una época sumamente difícil.
La Asociación Nacional de fabricantes de cerveza, no revela, por ningún motivo, el exagerado número de millones de litros que se consumen en los estados del norte del país y más ahora, con el intenso calor, el alcoholismo y la drogadicción se ha incrementado de una manera impresionante, se suman ahora, a estas estadísticas, mujeres de todas las edades y cada vez más menores de edad de los 8 años en adelante, las consecuencias del alcoholismo y de las drogas, lesionan directamente a la familia, un alcohólico, un drogadicto genera una tormenta de emociones en su casa, los pleitos constantes, gritos, insultos y una serie de incongruencias, que secuestran la armonía y la paz de los hogares, hay violencia doméstica, violación de los derechos humanos, violación de los derechos constitucionales y se pisotea con mucha fuerza, la dignidad e integridad de las personas que no consumen. Los hogares disfuncionales, los hay, en todos los niveles socioeconómicos, aunque todo el mundo sabe el daño que causa el uso y el consumo de sustancias tóxicas, nadie hace absolutamente nada, por el contrario parece mentira, ahora estos niños jóvenes, consumen licor y drogas en cantidades industriales, no tienen límite y tienden a quedar propiamente como retrasados mentales anestesiados, noqueados, bloqueados, sin el más mínimo sano juicio, el alcohólico y drogadicto son una bomba de tiempo, aferrados a no parar, a no querer cambiar, la resistencia al cambio, provoca un enorme escudo, que es la negación, al no aceptar qué se tiene un serio y delicado problema por el consumo de sustancias, con el tiempo, por desgracia, son los fondos los que hacen reaccionar en muchos casos al enfermo de alcoholismo, son esos fondos, económicos, materiales, morales, familiares los que orillan al enfermo a asumir su responsabilidad, a ofrecer un verdadero cambio, no es fácil dejar de consumir, pero no es imposible, no es fácil ejercer un gran cambio, lo complicado es aceptar que se tiene la enfermedad en todo su apogeo y que las consecuencias están a flor de piel.

El cumulo de defectos de carácter.
Consideró que el problema grave no es decir consumo de algún tipo de sustancias para mí lo delicado de este virus, son los patrones de conducta, esas conductas tóxicas, llenas de defectos de carácter, el adicto se torna un ser perezoso, abandonado de sí mismo, su autoestima por los suelos, es inestable, irresponsable, no cierras círculos, no tiene sentido de la vida y cae en un estándar de mediocridad, abandona la escuela, abandona el trabajo y abandona su relación de pareja, no está preparado para manejar emociones fuertes ni tampoco solucionar conflictos, se le es más fácil claudicar, dar la espalda, que enfrentar su realidad son pues los defectos de carácter los que no permiten que el adicto haga un verdadero cambio, debido a que no tiene la estructura, ni emocional, ni espiritual, le invade una mente tóxica, la mediocre, con pensamientos encontrados, llenos de soberbia y egocentrismo, carece de sano juicio, de honestidad y de humildad, el adicto comete sendos errores y hace un daño profundo a sus seres cercanos, lo triste, que no es capaz de reconocer sus conductas tóxicas, y por orgullo, le cuesta mucho trabajo pedir perdón, le es muy difícil reconocer sus errores y demostrar que en verdad quiere cambiar, por eso, la enfermedad es compleja, progresiva, incurable y mortal.

Yo no podía parar
Para empezar, tengo que reconocer que soy alcohólico, soy un enfermo emocional, drogadicto, fármaco dependiente, maníaco depresivo, celoso empedernido, voluble, neurótico, un ser inestable y que yo no podía parar, empezaba a tomar a las 2 de la tarde y terminaba ahogado de borracho a las 10 de la noche, a veces me quedaba dormido en la mesa de la cantina o del restaurante, vomitaba y perdía la postura, el sano juicio, me sacaban de aguilita y muchas veces deje en la silla mi saco, muchas otras, dejé una pésima imagen, ante otros comensales y los meseros de los lugares que frecuentaba, yo tenía un serio problema por mi manera de beber, por desgracia era todos los días de lunes a viernes, sábado y domingo, remataba en mi casa a veces solo o acompañado, pero definitivamente no aceptaba ayuda de nadie y me negué asistir a un grupo de Alcohólicos Anónimos, me negué a ir con psicólogos, a escuchar a otras personas, que en aquel momento habían superado la enfermedad del alcoholismo, pero por desgracia, tuve que vivir mi propia experiencia, fueron años, donde el alcohol me robó mi dignidad, mi salud, mi tiempo, me robó mi trabajo, así como mi familia, el alcohol me hizo trizas y ahora sufro las consecuencias, al tener un cuerpo severamente dañado, sufro de dolor de huesos, estoy secuestrado por mi diabetes y en riesgo en alto por las deficiencias cardíacas qué ofrece mi corazón, no la estoy viendo nada fácil.

Somos muchos los necesitados y pocos los elegidos.
En mi estudio, todos los días hay un gran desfile de familiares que están buscando ayuda y de adictos qué quieren ayuda, algunos, andan en busca de ella rogándole a Dios no encontrarla, los veo con sus ojos tristes, su piel seca, amarilla su postura cansada, su lengua pastosa, lenta, su mirada, distante, observó cómo se defienden como perros pata para arriba, cuando les ofreces ayuda, el adicto, el alcohólico no quiere salir de ese infierno y la familia cree que tal vez con un proceso de 3 meses en un anexo o con un internamiento en una clínica por 35 días, con eso es más que suficiente, pero por desgracia, los índices de recuperación son muy bajos, de cada 10 internos 9 recaen, los adictos que llegan de niños a los anexos y se hacen adultos de un proceso a otro, de un anexo a otro, pasan los años y se dan cuenta que cada vez se hunden más y más, que la recuperación no es fácil, no se trata de un resfriado, la solución no es exprés, ni instantánea como cuando metes la sopa maruchan al microondas, el proceso de recuperación es para toda la vida, repito no es solamente alcohol y drogas, es una enfermedad tan compleja que no tiene límite y que cualquier adicto en recuperación está en riesgo, yo no estoy zafó de una recaída, estoy a la misma distancia de cualquier adicto al cristal o heroína, no hay diferencia, soy alcohólico y adicto hasta que me muera, incluso hasta después de 5 días de enterrado, seguiré siendo víctima de esta maldita enfermedad perversa del alma la saliva del diablo.

Mi tercer libro
Comencé a escribir hace 21 años mi tercer libro, que titule La Saliva del Diablo, en él, narre todo el infierno que viví a consecuencia de mi alcoholismo y del exagerado consumo de cocaína, platiqué al lector de cómo me volví loco y todas las consecuencias que tuve que pagar por no haber buscado ayuda y por no haber aceptado que yo tenía un serio problema en mi manera de consumir alcohol y drogas, este libro me dio la oportunidad de trabajar mi enfermedad y de entrevistar a otros alcohólicos adictos, hombres y mujeres, que generosamente me regalaron su historial, el espíritu del libro, ha sido despertar conciencia, mostrar lo que la adicción es capaz de arrebatarte, el libro me ha regalado muchas satisfacciones llevo más de 10,000 ejemplares en tres ediciones y ese libro es el que más me pide la gente. Pero me lo pide cuando ya tiene la soga hasta el cuello, cuando ya el problema los invadió, me doy cuenta que hay personas que por alguna razón compran un ejemplar de La Saliva del Diablo, pero no lo leen, no se dan el tiempo de informarse de la crueldad de esta enfermedad.- ¿Y sabes cuándo empiezan a leerlo?- cuando ya tiene la soga hasta el cuello, cuando los niveles del agua ya los están ahogando y es cuando despiertan la conciencia, debido a que vivimos en la cultura equivocada, después del niño ahogado tapamos el pozo y no tenemos la más mínima esencia de lo que es la prevención, no tenemos la más mínima conciencia de cómo evitar hacernos daño y ello es prácticamente en todos los sentidos, este libro ha servido como herramienta, muchos adictos comenzaron a trabajar su recuperación, en lo personal, estoy contento con mi esfuerzo y deseo poder servir a quien lo necesite. Recientemente, subí a una plataforma internacional mi libro número doce, Camaleón, está muy completo y prácticamente, es una segunda parte de La Saliva del Diablo.-: https://www.morebooks.de/978-620-0-37973-3 A tus ordenes.- 614 256 85 20. ernestosalayandia@gmail.com

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