Seminario de Cultura Mexicana
Corresponsalía Texcoco, Estado de México
Como parte de una tradición que desde el año 2006 congrega a numerosos texcocanos en un grupo conocido como ’La Fraternidad Texcocana’, para compartir el pan y la sal, el sábado 7 de diciembre de 2024, se llevó a cabo un concurrido desayuno en el restaurante ’Mirador de la Abuelita’. Organizaron esta vez el evento Héctor Olvera Enciso (fundador de esta organización), Dante Monsalvo Castro, Yolanda Olvera Enciso, Virginia Garay García y Alejandro Salceda Escamilla.
En todas las ocasiones que se ha reunido La Fraternidad Texcocana, se ha acostumbrado mencionar y reconocer a texcocanos que han destacado positivamente en nuestra sociedad: empresarios exitosos, prósperos comerciantes, académicos distinguidos, ciudadanos altruistas, políticos de renombre, en fin. Así fue el pasado día 7 de septiembre de este mismo año, en donde en una comida llevada a cabo en el restaurante ’El Chabacano’ fueron reconocidos el ingeniero Leonardo Leal Moreno y el maestro de la guitarra y el canto Leobardo Figueroa Radilla. Así que, este desayuno no fue la excepción.
En este tenor, mientras se servía el desayuno, los organizadores del evento dejaron patente los agradecimientos públicos en modestos, pero sinceros reconocimientos impresos, entregados a cada uno de los galardonados, en los que se atestiguan sus logros y beneficios a la sociedad. Los texcocanos distinguidos en esta ocasión fueron:
José Luis Samperio Lepe: Reconocido por su carrera y aportaciones a la charrería, el deporte nacional. Por llegar a ser calificado como ’Charro Completo’ y en tres ocasiones Campeón Nacional en esta disciplina.
Jesús Tiberio Bustamante Monroy: Empresario distinguido y exitoso. Reconocido por sus importantes aportaciones a la sociedad, tanto del municipio de Texcoco como de municipios aledaños. Hablamos, por ejemplo, de los terrenos donados para la construcción del Hospital General de Zona 197 del Instituto Mexicano del Seguro Social, aquí en Texcoco.
Carlos Antonio Funes Tirado: Ingeniero Agrónomo Especialista en Parasitología Agrícola, egresado de la entonces Escuela Nacional de Agricultura, la famosa ENA, y hoy Universidad Autónoma Chapingo. Se le reconoce por su carrera en la empresa agrícola de agroquímicos y su brillante papel como formador de profesionales de la agronomía.
Martha Melina González Mayer: Profesora destacada de numerosas generaciones de alumnos que por las aulas de su escuela transitaron. Reconocida como exitosa empresaria y directivo de la educación en Texcoco.
María Elena Martínez Blancas: Distinguida empresaria de Texcoco que, de la mano de don Ruperto Jaspeado, hicieron perdurar hasta nuestros días uno de los comercios más icónicos de esta misma ciudad de Texcoco, la ’Refaccionaria Jaspeado’. Reconocida además por su afición al deporte.
Matilde Rodríguez Sánchez: Se le reconoce por su altruismo, particularmente por sus gestiones para la construcción, apertura y puesta en operación del Centro de Rehabilitación de Texcoco (CRETEX).
Ángel Vega Arenal: Destacado y exitoso industrial en el rubro de los alimentos, particularmente productos lácteos (quién no recuerda la Cremería Covadonga); así como en la rama de la fundición y recuperación de metales. Se reconoce su labor como generador de fuentes de empleo.
Elena Rodríguez Manrique (la Doctora Elenita): La sociedad texcocana la recuerda por su profesionalismo y gran altruismo dispensado a personas de escasos recursos que necesitaban atención médica de calidad. Se le reconoce de manera post mortem.
Enrique Romero Córdoba: Destacado integrante del Club de Leones de Texcoco, quien junto con los demás integrantes de este club han colaborado con diversas donaciones para la sociedad texcocana; como lo fue en su tiempo el primer camión de bomberos para el primer Heroico Cuerpo de Bomberos de nuestro municipio.
Y, finalmente, Setkiria Barto Jaspeado: Profesora exitosa, directora del ’Jardín de Niños Particular Setky’, que por espacio de 54 años prestó sus servicios como centro de educación de tan importante nivel de estudio, la preprimaria, el kínder, en donde se depositan las semillas de los buenos hábitos para futuras generaciones de aplicados alumnos, excelentes profesionales y buenos ciudadanos.
Setkiria, para esta reunión, había pedido un espacio a fin de manifestarle a la sociedad texcocana un sentido agradecimiento y a la vez un significativo anuncio, por lo que, con semanas de anterioridad, nos entrevistamos y de estas entrevistas se desprendió la siguiente lectura, la cual fue leída en este desayuno:
’Todo tiene un principio y un final, todo cumple su ciclo. Se cumple un satisfactorio capítulo de la vida de la Profa. Setkiria Barto Jaspeado, maestra normalista egresada de la Universidad Femenina de México, quien por ese ciclo manifiesta un sentido agradecimiento, primeramente, a ’La Fraternidad Texcocana’, por haberla distinguido el día de hoy sábado 7 de diciembre de 2024, en este desayuno, con un reconocimiento por su labor como directora del ’Jardín de Niños Particular Setky’. Reconocimiento que no habría sido posible si no hubiera contado con el invaluable gesto de todas las personas que confiaron en ella y pusieron en sus manos y en las de sus tres primeras colaboradoras: María del Rosario Fernández Funes (Maruca), María Eugenia Rosas Cebada y Graciela Albarrán Vallejo, a sus entonces pequeños hijos.
Fue hace 54 años, era el ciclo escolar 1970-1971. Había entonces en la ciudad de Texcoco solamente cuatro instituciones con el nivel escolar de preprimaria (de kínder): el Jardín de Niños Consuelo R. de Fernández Albarrán, el Jardín de Niños Enrique Julián Chanes, uno en el Colegio Juan Ruiz de Alarcón y el otro en el Instituto Hidalgo, en donde un año anterior a 1970 había laborado como maestra de kínder.
En esta escuela conoció a muchos padres de familia que le comentaban y animaban a que abriera un kínder. Con esos alentadores comentarios se animó a hacerlo. De todos ellos, especial recuerdo tiene del mayor Ricardo Peña porque mucho le insistía en este mismo sentido. Así que, empezó a decirles a las mamás y papás de los niños que al año siguiente abriría un kínder.
Eran los tiempos en los que por política gubernamental había que ponerles el nombre a las escuelas de algún personaje histórico o relacionado con la educación. Pero su asesor de tesis abogó por ella y convenció a las autoridades de la Secretaría de Educación Pública para que le autorizaran ponerle a este nuevo kínder el de ’Setky’. Y así permaneció por estos 54 años.
Con ese arrojo, ánimos y buenos deseos, abrió el ’Jardín de Niños Particular Setky’ en el lugar en el que siempre ha estado, aquí en Texcoco, en la calle Vicente Guerrero, antes número 110 y ahora número 39, a donde los padres de familia de los niños llevaron a sus hijos a inscribir. Cuenta Setkiria que fue maravilloso. Se inscribieron en aquel primer ciclo escolar 87 niños en los tres grados.
Y como toda escuela debe su éxito a los alumnos, agradece públicamente a las familias texcocanas de origen y por avecindad que, en aquel entonces, confiaron en su persona inscribiendo a sus hijos en este kínder; y, por supuesto, agradeciéndoles también a los hoy adultos que en aquellos años eran inocentes niños, por haber transitado por sus aulas e instalaciones.
Mil disculpas ella ofrece por no mencionar los apellidos de las familias que inscribieron en un principio a sus hijos, es que el paso del tiempo a veces no ayuda a la memoria, más bien, colabora con el olvido.
Así que, en general, agradece, por haber preferido este kínder, a las familias de ganaderos de los ranchos de la Cuenca Lechera de Texcoco, a las familias de académicos del Colegio de Postgraduados y de la hoy Universidad Autónoma Chapingo, a las familias de los médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social, a las familias del personal internacional del Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo, que, por cierto, esta última institución la distinguió con un reconocimiento por la calidad de la educación impartida en esta escuela de nivel preescolar; y, por supuesto, a las familias de vecinos de la ciudad de Texcoco y de municipio aledaños.
Finalmente, es su deseo anunciar, como al principio de estas letras se externó: Todo tiene un principio y un final, todo cumple su ciclo. Setkiria está muy orgullosa y satisfecha, el ’Jardín de Niños Particular Setky’, bajo las nuevas políticas gubernamentales y condiciones oficiales dejará de funcionar a partir del próximo año 2025. Ya decidirá si llegara a continuar laborando bajo algún otro esquema educativo’.
Después de esta emotiva lectura, el desayuno y la convivencia entre texcocanos continuó por buena parte de la mañana.