Los marmolillos guardaesquinas, guardacantones y mojoneras de texcoco


La piedra ’La Lechera’, tradicionalmente considerada una ’mojonera’, es realmente un marmolillo, guardaesquina o guardacantón



Cultura
Febrero 04, 2025 17:44 hrs.
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Roberto Antonio Huerta Paniagua / › Divergencias Informativa

Seminario de Cultura Mexicana
Corresponsalía Texcoco, Estado de México

Existen en la ciudad de Texcoco varias piedras cilíndricas tanto en la vía pública como dentro de algunas propiedades. Dos de estas piedras están en las esquinas de unas calles. La parte basal de estas piedras está enterrada y la apical sobresale de la superficie de las baquetas. Otra piedra de similar hechura se encuentra dentro de una propiedad; y otra más, muy parecida a las dos primeras, está tirada sobre una banqueta.

Se ha considerado y llegado a afirmar, incluso el autor de estas letras equivocadamente así lo supuso y afirmó en el pasado reciente, que estas piedras eran antiguos mojones (linderos) que marcaban los límites de las jurisdicciones de las órdenes religiosas que en el Texcoco virreinal existían: franciscanos, Juaninos y jesuitas. También se ha afirmado que eran piedras que señalaban la antigua traza de algunas de las calles de la ciudad de Texcoco durante el Virreinato y etapas históricas posteriores a éste.

De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, una mojonera es un lugar o sitio en donde se ponen ’mojones’, y éstos, no son más que estructuras de una sola piedra (o de varias) e incluso de tabiques unidos con cemento a manera de señalamientos permanentes que se colocan o construyen para fijar linderos de heredades, límites de fronteras o la confrontación de dos términos o jurisdicciones; también, son señales que se colocan en despoblado que sirvan de guía y referencia.

Sin embargo, de acuerdo con las indagaciones de Ernesto Sánchez Sánchez (2024), Coordinador del Proyecto ’Texcoco en el Tiempo’, con quien ahora concuerdo, estas piedras no eran ’mojones’, sino que son guardaesquinas, guardacantones o marmolillos.

Estas piedras, de acuerdo con Ernesto Sánchez, ’servían para proteger las construcciones y controlar el tránsito de las carretas y recuas [no había banquetas en la mayoría de las calles]. Ejemplos de estas piedras hay en varias ciudades, como San Luis Potosí [en México] o Cádiz [en España], donde son consideradas patrimonio histórico’.

Es evidente que hay actualmente aquí en Texcoco cierta confusión entre cronistas y estudiosos sobre el nombre y utilidad de estas estructuras; y es explicable, ya que por un lado fueron parte de la infraestructura urbana virreinal que cayó en desuso y perdió su utilidad, por lo que esto se borró de la memoria colectiva. Por otro lado, sigue insistiendo la autoridad municipal en que eran ’mojoneras’. Heredia (2023) asienta que la Real Academia recogió el término ’marmolillo’ por primera vez en su diccionario de 1852 como sinónimo de guardacantón; y era un poste de piedra destinado a resguardar los muros de los edificios del roce de los carruajes. Guerrero (2024), por su parte, define al guardacantón o guardaesquina como un elemento arquitectónico de protección situado en el vértice de las viviendas ubicadas en cruces de caminos o esquinas, con el propósito de proteger las edificaciones del roce o golpe de las ruedas de los carruajes que pudieran ocasionar al dar vuelta por una calle.

De estos antiguos marmolillos o guardacantones, solamente quedan tres a la vista en la vía pública de la ciudad de Texcoco; dos están en pie y uno –digamos– está ’tirado’. El más evidente se encuentra, en el vértice sureste de la esquina de la Avenida Juárez Sur y la calle Nezahualcóyotl, en la Colonia Centro. A esta piedra, durante las décadas de los cuarenta y hasta principios de los sesenta del siglo pasado, durante el auge de la Cuenca Lechera de Texcoco, se le conocía localmente como la ’La Lechera’, ’La piedra del lechero’ o ’La piedra de los lecheros’, porque ahí llegaban y colocaban sus botes de leche los lecheros de algunos ranchos pequeños de la propia ciudad de Texcoco o de comunidades aledañas para vender este producto al público en general.

En junio de 2024 esta piedra fue retirada por trabajadores al servicio del municipio, a los pocos días se volvió a colocar en su lugar y junto a ella se incrustó sobre la banqueta una placa que, siguiendo la tradición de considerarla un ’mojón’, la denominan Mojonera ’La Lechera’; además, en esta placa se hace referencia a los límites de las órdenes religiosas, el camino real de Chalco a Teotihuacán y el jardín municipal.

A pesar de que esta estructura no es un mojón, mogote o mojonera, como en la placa se dice, es de celebrarse que las autoridades municipales hayan dejado este marmolillo en pie como parte del patrimonio histórico tangible de la ciudad de Texcoco.

La otra guardaesquina en pie (casi desconocida por la sociedad texcocana) está en la esquina suroeste de la cerrada Leandro Valle y la calle del mismo nombre, en la Colonia San Pedro, frente a la Clínica del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), a unos metros hacia el sur de la parte posterior de la Parroquia de San Pedro.

El tercero, es un guardacantón que posiblemente sea también una de aquellas viejas estructuras que protegían las bardas de las casonas antiguas. Este marmolillo en particular se encuentra materialmente tirado sobe la banqueta. Se localiza en la acera sur de la calle Emiliano Zapata, entre las calles Leandro Valle y Josefa Ortiz de Domínguez, de la Colonia Santa Úrsula, a la altura de la casa número 211. Esta estructura mide entre 1.3 y 1.5 metros de longitud por alrededor de unos 45 a 50 centímetros de diámetro.

Si esta piedra es uno de aquellos antiguos marmolillos, bien valdría rescatarlo por ser parte también del patrimonio tangible de la localidad con valor histórico, ya sea que lo recupere el H. Ayuntamiento de Texcoco o el Gobierno Estatal, para colocarlo en alguna de las esquinas en las que los registros fotográficos los muestran o en algún lugar sobresaliente. Es historia local, es microhistoria.

Los anteriores marmolillos están en la vía pública. Por otra parte, es seguro que dentro de algunas propiedades (casas habitación texcocanas) existan otros viejos marmolillos que igual, posiblemente, sean parte de aquellas antiguas estructuras que se están describiendo en estas letras, como el que existe dentro de una propiedad sobre la acera sur de la calle general Manuel González Ortega, entre las calles 16 de Septiembre y 2 de Marzo.

En adición a lo anterior, se tienen registros fotográficos que muestran que por lo menos existieron otros cinco marmolillos en las calles de la ciudad de Texcoco. Dos estaban en la esquina que forma la actual Avenida Juárez Sur y la calle Arteaga (general José María Arteaga Magallanes, militar y político). Uno de estos guardacantones estaba en el vértice noroeste de dicha esquina frente a la caja de agua conocida popularmente como la ’Fuente de Neptuno’, fuente que aún existe; y el otro marmolillo estaba en el mismo cruce de calles, pero en su vértice suroeste frente a donde hoy se encuentra el terreno con restos arqueológicos prehispánicos y en donde se proyecta construir un museo de sitio.

El tercer marmolillo, se localizaba en la esquina suroeste de lo que ahora es la actual Avenida Juárez Sur (antes 1ª. de Juárez) y el andador Bravo (antes calle Nicolás Bravo), en donde está el Portal Francisco I. Madero y enfrente de éste el quiosco del Jardín Municipal. Cerca de este marmolillo, en el Texcoco virreinal, estaba la ’pila de don Gaspar’, un depósito de agua que al parecer regulaba el flujo de ese líquido al amanal (donde ahora es el Jardín Municipal).

En la magnífica fotografía del jardín se aprecian los portales, la puerta trasera del hoy ’Conjunto Conventual de Texcoco’, parte del Jardín Municipal y la primera gasolinera que hubo en la ciudad de Texcoco (Gasolina Águila), y la cual perteneció a una persona de nombre Norberto Hernández Narcio.

El cuarto marmolillo estaba colocado en el vértice noroeste de la esquina de las actuales calles Nezahualcóyotl (antes Hidalgo) y 16 de Septiembre.

Y, finalmente, había uno más en la esquina de la iglesia de San Juan de Dios, en el cruce de las calles 2 de marzo y Nezahualcóyotl, en el barrio del mismo nombre de la iglesia.

Estos marmolillos, ’La Lechera’, el del barrio de San Pedro y los que ya no están en sus lugares y se desconocen sus destinos o paraderos, están y estaban en el Centro Histórico de la ciudad de Texcoco, en la Colonia Centro; y el de la esquina del templo de San Juan de Dios estaba en la hoy Colonia del mismo nombre que este templo.

Los anteriores guardacantones son estructuras hechas de una sola pieza de piedra, y son localizables dentro de la ciudad de Texcoco. Aparte, fuera de esta ciudad, hay por lo menos una estructura más que sí se pudieran considerar como un mojón o mogote. Esta estructura es un lindero de aproximadamente metro y medio de altura y un metro de diámetro, está construido de piedra y cemento, y está ubicado entre el Parque Nacional Molino de Flores y la comunidad de Xocotlán. Esta construcción claramente muestra un espacio que seguramente tenía una placa que lamentablemente, por el hábito destructor y saqueador de muchos mexicanos ignorantes, ya no está ahí colocada.

Otra estructura similar es una construcción cilíndrica a manera de columna y mucho más grande, de aproximadamente dos metros de altura o poco más, que está construida de cemento, tabique y piedras. Esta última se localiza hacia la orilla poniente del hoy llamado ’Periférico’, antes ’Camino de los Arrieros’, muy cercana a la comunidad de Xocotlán y hacia el poblado de La Purificación.

De esta última estructura, la Cronista de la Purificación, Gloria Hernández Velázquez, relata que le comentaron que ’durante la Revolución Mexicana en ese lugar fusilaron a un general y a mucha de su gente (posiblemente, alrededor del lugar en donde está esta columna ocurrió una batalla entre facciones revolucionarias, y luego los sobrevivientes derrotados fueron ahí fusilados); y que tiempo después se levantó esta columnata para conmemorar el hecho y se colocó una placa, la cual posteriormente fue robada’.

Continuando con su narrativa, Gloria Hernández comenta que ’antiguamente todo ese lugar pertenecía a la comunidad de La Purificación’, que ’no eran los límites con otra población o predio de rancho o hacienda alguna’, por lo que esta construcción no fue un lindero.

Dejemos ahora estas estructuras antiguas con valor histórico y viajemos al presente. En la actualidad, a los elementos urbanos destinados a impedir el paso de vehículos a calles de acceso restringido se les llama ’bolardos’ o ’pilonas’; y pueden ser desde muy austeros hasta bastante artísticos. Existen también estructuras metálicas en esquinas que ’harían’ hoy la función que tenían los viejos marmolillos: proteger esquinas de edificaciones, además de ahora proteger a los peatones de conductores de automóviles sin pericia y/o bastante imprudentes.

En varias esquinas de la ciudad de Texcoco hay estructuras de esta naturaleza, por ejemplo, en las esquinas de las calles Fray Pedro de Gante y Arteaga, Fray Pedro de Gante y Rayón, Fray Pedro de Gante y Silverio Pérez y Leandro Valle y Arteaga.

Infortunadamente, éstas, no han servido de mucho y se han registrado accidentes hasta fatales.

FUENTE DE INFORMACIÓN

Guerrero, F. 2024. Guardacantones de la Grita. Portal ’El Conocimiento es Vida’. Disponible en: https://elconesvida.net/2024/09/10/guardacantones-de-la-grita/
Heredia V., 2023. Marmolillo superviviente. Prensa Malagueña, S.A. Disponible en: https://www.diariosur.es/culturas/marmolillo-superviviente-20230325224028-nt.html#
Huerta P., R.A. 2023. Las mojoneras de Texcoco. Divergencias Informativa. Disponible en: https://divergenciasinformativa.com.mx/las_mojoneras_de_texcoco-e3TY1NTQ4Nw.html
Real Academia Española. 1981. Diccionario de la Lengua Española. Editorial Espasa-Calpes, S.A. Madrid, España. Decimonovena edición. Tono 4. p. 893.
Sánchez S., E. 2024. ¿Es mojonera? Pues así lo dicen… Proyecto ’Texcoco en el tiempo’, Disponible en: https://www.facebook.com/TexcocoEnElTiempo?locale=es_LA

AGRADECIMIENTOS

Agradezco a Ernesto Sánchez Sánchez, coordinador del proyecto ’Texcoco en el Tiempo’, por las fotografías que ilustran esta breve crónica y la información sobre los marmolillos ubicados en la ciudad de Texcoco; a Gloria Hernández Velázquez, cronista de La Purificación, por la información sobre la estructura que aún está sobre el ’Periférico’; y a Yolanda Olvera Enciso por la fotografía propiedad de la familia Olvera Enciso.

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