De Adicto A Adicto

Las fuerzas destructivas de las empresas

Las fuerzas destructivas de las empresas


Salud
Octubre 03, 2022 15:57 hrs.
Salud ›
Ernesto Salayandía García › Divergencias Informativa

El virus de la actitud

Poca o nula importancia se le da a la capacitación emocional, dueños y gerentes no se percatan de las crisis emocionales que están viviendo los empleados, no saben leer la comunicación no verbal y verbal, que emite emociones torcidas, como el aburrimiento, el desgane que marca una apatía colectiva generalizada, por supuesto, no leen o interpretan las depresiones, no se dan cuenta, que muchas personas viven apagadas, en blanco y negro, mostrando un lenguaje facial, triste, rígido, de aburrimiento total, bajo las expresiones de what o más bien de limón agrio, muchos, reprimen neurosis, enojo, resentimientos, envidia, frustración e impotencia, esta energía toxica tarde que temprano se adueña de la atmosfera de las empresas de los centros de trabajo, es un mal común que nadie le das importancia, pero la gente anda de mal y de malas, amargados, frustrados, traumados y destilan malas vibras, con los años, nos acostumbramos a un mal habito, el guardar emociones, se reprimen sentimientos, sensaciones de justicia o motivos de humillaciones o injusticias, las que se guardan, hasta que un día, la persona explota de las mil maravillas y vomita emocionalmente toda esa carga toxica que repercute en el bienestar común. -

La deserción laboral

Un claro indicador de que el personal no está satisfecho, trabaja bajo presión, su diario vivir laboral es el conflicto permanente con su o sus jefes inmediatos y compañeros cercanos, al final, renuncia, aunque el sueldo sea bueno al igual que las prestaciones, pero emocionalmente hay una crisis en su ambiente laboral que no logra superar, la mayoría de los casos, el jefe de la línea, es déspota, autoritario, soberbio, grosero y el camino es renunciar, este jefecito, está muy enfermo de poder, de sus emociones toxicas y daña severamente la estructura laboral de la empresa, el personal, está a disgusto, molesto y le irrita el mal trato, por desgracia, se da a todos los niveles, muchos, se suben al ladrillo y se marean, se sienten los dueños del negocio, se les da tratar con la punta del pie a medio mundo y las consecuencias no se dejan esperar, emocionalmente, hay termómetros para medir a la gente toxica que son los que siembran los virus de la actitud negativa de las empresas-

Sálvese quien pueda

Lo toxico lo traen por dentro, muchos, son niños daños, ahora adultos, que no han sanado sus heridas profundas del alma, no han podido trascender las humillaciones, las injusticias, los resentimientos, las agresiones y toda la gama que se adquieren como tatuajes emocionales desde niños, luego, se unen en matrimonio con una pareja igual o peor de enferma emocionalmente hablando, establecen una relación neurótica, extremadamente conflictiva, súmale, el hecho que en infinidad de hogares, la economía es un factor determinante para la sana convivencia, súmale también, la mala comunicación, el alcoholismo, el machismo, el humorismo, celos, miedos y toda esa carga emocional, que se la llevan de la casa al trabajo, es decir, la gente llega, no buscando al que se la hizo, sino a ver con quien se la desquita, llega con la espada desenvainada, tarde que temprano, lo toxico de estos virus emocionales, contagian al resto de la planta laboral, una secretaria déspota, soberbia hasta las cachas, no es más que el reflejo de sus miserias espirituales, por ello, la calidad y la calidez en el servicio, no existe en infinidad de personas, son seres, emocionalmente muy dañados.

La falta de amor a la camiseta

Muchos trabajan con las pilas bajas, secuestrados por la apatía, desganados, desmotivados, inmersos en la rutina diaria, son víctimas del virus del aburrimiento, que es sumamente peligroso, la indiferencia es un sello de distinción en las empresas, el personal, no está motivada a dar el plus, limita su esfuerzo cayendo en un círculo cerrado de mediocridad, no le echa ganas, la rutina, es trabajar, mal y de malas, no rebasar el límite, la inconformidad que genera este virus es mental y domina las actitudes de la persona con pensamientos tóxicos, por demás negativos.- ¿ A mí no me toca? - No tiene caso hacer más, yo ya cumplí.- Me vale gorro.- Siempre yo.- ¿A mí que? Y en fin, ya no aportan nada adicional, no son los mismos que en los primeros días que entraron a trabajar le echaban todos los kilos, pero con los días, se acostumbraron a no dar de más y las costumbres se hacen leyes, virus se contagian, palpándose en la atmosfera donde reina el desdén y la ausencia de amor a la camiseta, dañando severamente a la producción y a la productiva de las empresas.

El hostigamiento, instrumento de convivencia

Hay como en todo en la Viña del Señor que provocan las tormentas emocionales, las fuerzas destructivas de una empresa, que son, por ejemplo, los chismes que ante el vacío espiritual de muchos, existen los lenguas de hacha, ellos, o ellas, que levantan falsos, argumentan hechos que no son y cobardemente hablan pestes, mal, cobardemente a espaldas de sus víctimas, inventando lo peor, que si es narcotraficante o una mujer de cascos ligeros, que si es corrupto y toda una gama de adjetivos descalificativos, hablan mal de medio mundo, sembrando incertidumbre y cizaña en el ambiente laboral, los hay, los rumorologos, que difunden normalmente noticias falsas, se les da por especular, inventar sucesos que aún no se han dado, por supuesto que ante el terreno de las miserias espirituales, la joya de la corona en esta crisis de compañerismo, es la envidia que genera agresiones ocultas, la mano negra con comentarios negativos, falsos que tarde que temprano perjudican a una o a varias personas, por envidia, se provocan errores, claro, que se reflejan en la calidad y la calidez en el servicio, una persona envidiosa es más peligrosa que cien terroristas juntos, son capaces de destruir a cualquiera, todo lo anterior, es lo que sucede en infinidad de centros de trabajo, comprendiendo de que somos una sociedad extremadamente enferma de las emociones y la capacitación no es prioridad, menos en materia emocional a pesar de que las fuerzas destructivas cobren vigencia dañando profundamente a la empresa en todos los sentidos.

Ver nota completa...

Escríbe al autor

Escribe un comentario directo al autor

Suscríbete

Recibe en tu correo la información más relevante una vez al mes y las noticias más impactantes al momento.

Recibe solo las noticias más impactantes en el momento preciso.

Las fuerzas destructivas de las empresas

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.