El Refranero
Rocío Alejandra Ayala / Ángel Ramírez
Aunque la plancha del zócalo parecía tener vacíos, en realidad la marcha del pasado 27 de noviembre, convocada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, fue un total acierto. Los opositores a éste, dirán que faltó gente en el zócalo, o que no hubo un lleno total, y en el peor de los casos, volcarán su enojo ante el estimado 1.2 millones de asistentes, bajo el argumento de que, el acarreo ¡estuvo cañón! Vale la pena recordar que la convocatoria fue para una marcha, no para un mitin, y los contingentes se contaron desde Auditorio Nacional hasta el Zócalo capitalino.
Lo cierto es que, fue muy emotivo ver como la misma gente a su alrededor trataba de hacer la valla. Entre porras, risas, y hasta llanto de felicidad de ver al presidente, así, entre la gente. Rompiendo todos los estereotipos que sus detractores le cuelgan. Obrador siendo Obrador otra vez, siendo pueblo, parte del pueblo, con el pueblo; eso, inunda los corazones, de propios y ajenos a morena.
Para quienes el concepto de lucha social es familiar, podrán decir que para eso sirvió la marcha, para recordar que la lucha sigue, revivió la pasión, avivó el fuego que parecía extinguirse. En honor a la verdad, ya hacía falta un evento de esta naturaleza.
Esta marcha fue ’el norte’ que muchos han estado esperando, tanto para definir su estrategia aspiracionista, como para implementar una contraofensiva partidista. Tal vez, lo único equivocado es que fue convocada desde el poder.
Desde luego, el ingenio mexicano, no se hizo esperar, el mote de ’acarreados’ cobró otro sentido y sirvió para brindar loas y vivas al presidente. Entre las consignas en pancartas se podía leer: ¡Acarreados! ¡Por el reconocimiento de los derechos individuales y colectivos de los pueblos y barrios originarios en la ciudad de México! ¡Por el respeto al territorio, usos y costumbres! ¡Acarreados! ¡Por la regularización territorial y condominio familiar! ¡Acarreados con dignidad! ¡Para disfrutar el mañana, hay que pelear el ahora! ¡Acarreados! ¡Para que viva el pueblo organizado!
En el mismo sentido, un día antes, en un evento de mujeres, la alcaldesa Clara Brugada mencionó, que ’las luchas de ayer, son los derechos de hoy, y las luchas de hoy, serán los derechos del mañana’. Bajo esa tesitura, en los pasillos de la vox populi morenista, se escucha decir, que no quedó muy claro el informe del presidente cuando se refiere al humanismo mexicano, que incluso hace algunos años, al final de un sexenio, que hasta ese momento era muy exitoso, el presidente en turno presentó un modelo ’ideológico’ para la guía de las acciones del partido oficial y del gobierno, y eso fue lo que dio sentido a los cambios emprendidos por su administración.
Ese partido era el PRI, el presidente era Carlos Salinas de Gortari, su ideología era el Liberalismo Social. Por eso cuando López Obrador, abordó ese tema, inevitablemente los fantasmas aparecieron y no fue difícil relacionar formas y cultura política. Después de todo, no por nada se ha dicho que morena y el PRI, tienen más en común de lo que ambos puedan aceptar.
Dicen pues, que, ’lo que te choca, te checa’ y bueno, en tiempos de Carlos Salinas de Gortari, uno de sus primeros actos de gobierno fue la puesta en marcha del Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), que tenía como propósito el mejoramiento de los niveles de vida, oportunidades de empleo, apoyo a las actividades agropecuarias, agroindustriales y micro industriales, además de la construcción de obras de infraestructura y ejecución de programas de desarrollo en regiones específicas.
Logró revitalizar la economía de México, estimulando las exportaciones y apoyando el libre comercio entre los países de Centroamérica. Con la venta de la mayoría de las paraestatales, como las encargadas de producción y almacenamiento de semillas, las de la industria petroquímica, la de producción de refrescos y textiles, el gobierno federal recaudó 13,000 millones de dólares, los cuales fueron destinados al pago de la deuda interna.
Con este proceso se logró la descentralización y democratización del capital por que se promovió una mayor competencia, ya que en 1994 se autorizó la entrada de bancos extranjeros. Dentro del ámbito político, durante su mandato se garantizó una mayor transparencia y representatividad a los partidos de la oposición y desde luego, hubo quienes ganaron privilegios y también quienes los perdieron, es decir, justo como sucede ahora con la 4T, unos sienten que ganan y otros sienten que pierden.
Como para hacer más digerible el tema, cabe mencionar que, la 4t es un proceso de la vida pública y política del país, que atañe a todos los mexicanos, morenistas o no. Total que, cambios trascendentales los hemos sufrido siempre, por ejemplo, algo similar sucedió en el 2000 cuando el entonces presidente Vicente Fox, reformó el artículo 2 constitucional y los pueblos de México, dejaron de ser ‘dueños legítimos’ de las tierras y pasaron a ser ’dueños preferentes’.
En la teoría ’no pasó nada’, siguieron siendo ’dueños’, fue en la práctica cuando llegó el tiempo de ‘San Pujas’ dicen los abuelitos, porque además, pasaron de ser ‘sujetos de derecho’ a ‘entidades de interés público’ y bueno, es así como llegamos a observar a pueblos enteros desplazados, hasta nuestros días.
Tal vez usted, apreciado lector se preguntará ¿de plano no ha cambiado nada? ¿Todos son iguales? La respuesta es harto complicado, porque estamos hablando de una realidad ineludible y poco observada, la cual es que, el despojo por ejemplo, siempre, sexenio tras sexenio, ha tenido un fundamento jurídico desde la colonización. Por eso, para los pueblos originarios y para toda la población en general, el quehacer diario de los órganos de gobierno como la Secretaría del Bienestar, en el dispendio de programas sociales, generó un nuevo concepto para encasillar a las comunidades, las denomina desde el 2020, como Zonas de Atención Prioritaria, y para medir el bienestar, toma parámetros medibles como la pobreza, marginación, deserción escolar, falta de infraestructura y delincuencia.
En contraste, la sociedad civil organizada, debe luchar para que sean visibles, derechos como la libre determinación, la auto adscripción, la pluriculturalidad, la diversidad sexual, derecho a ser sujetos de derecho público con personalidad jurídica y patrimonio propio, derecho a una vida libre de violencias, entre otros.
Las preguntas obligadas, ahora, son hartas, teniendo a un presidente tan amado como Andrés Manuel López Obrador, ¿por qué seguimos hablando de tantas carencias? En principio porque un sexenio no alcanza para mitigar los casi 100 años de suplicio y éste, aún no termina. Pero, ¿no será también que, de buenas intenciones, están llenos los panteones? O tal vez, a la mera hora, al fin políticos,¿de tal palo, tal astilla?
Dicen los que saben, ya les tocará a los intelectuales desmenuzar y explicar con peras y manzanas, eso del humanismo mexicano, que de lejos o de cerquita, -’se escuchó re bonito, pero naiden sabemos que’s’.