Seminario de Cultura Mexicana
Corresponsalía Texcoco, Estado de México
LAS CAJAS DE AGUA DE TEXCOCO
Las ciudades prehispánicas del Anáhuac, como Tetzcoco, gozaban en esa época de una suficiente dotación de agua. Texcoco, por ejemplo, además del agua y de otros recursos que obtenía del lago del mismo nombre, disponía de suficiente agua potable proveniente de los manantiales ubicados en las faldas del hoy llamado monte Tláloc, parte de la Sierra Nevada, así como de los ríos que de esta misma montaña bajaban. Por lo tanto, la infraestructura hidráulica en la ciudad era muy importante para regular la cantidad de agua recibida y lograr una buena distribución de ésta.
A Texcoco le llagaba un buen caudal de agua rodada, esto es, agua conducida por gravedad por canales construidos desde los manantiales ubicados en donde ahora se encuentra la comunidad de San Pablo Ixayoc y de otras poblaciones de la montaña, así como de derivaciones de los ríos Texcoco y Coxcacuaco (Tuzcacuaco).
A la llegada de los españoles esta infraestructura hidráulica se conservó y reutilizó añadiéndole materiales y técnicas europeas, dando como resultado, en la Época Virreinal, un sistema de depósitos y canales para la distribución de agua potable del que a la fecha aún se aprecian dos cajas de agua.
Durante el Virreinato, de acuerdo con testimonios orales de cronistas locales, de los manantiales de la montaña el agua llegaba primero a una caja de agua (1) situada en el Barrio de ’Cillan’, barrio en donde ahora se encuentra el Panteón Municipal de Sila, en lo que ahora es el cruce de las calles Ignacio Allende y Miguel Hidalgo.
Sin embargo, de acuerdo con Ernesto Sánchez S., Coordinador del Proyecto ’Texcoco en el Tiempo’, en las crónicas posteriores a la ’conquistas’, al parecer no se menciona caja o fuente de agua alguna en este sitio; además, en los planos topográficos del siglo XIX de esta zona, tampoco aparece dibujada alguna caja de agua en dicho cruce de calles, sino ’hasta donde estaba un tanque de agua, en el Barrio de La Conchita’.
Por otra parte, actualmente ya no hay a la vista restos arqueológicos de los ’palacios’ prehispánicos de Cillan. Éstos, estarían en los terrenos en donde ahora se encuentran las instalaciones de la empresa Telmex, la Plaza de Espinosa y el Panteón Municipal, por lo que sería difícil identificar el sitio exacto de la infraestructura hidráulica que allí pudo haber existido.
De este ’depósito’ o de este lugar, por medio de un canal abierto construido de piedra, el agua corría hacia abajo, rumbo al poniente, por la entonces llamada ’Calle del Caño’ o ’Calle del Cárcamo’, actual Calle Ignacio Allende.
En ese trayecto había varios depósitos reguladores y distribuidores del agua, el primero era el que fuera conocido como la ’Fuente del Puente de la Leña’ (2), localizado en la esquina de las ahora calles Ignacio Allende y Nicolás Romero, en la Colonia San Juanito, y del cual actualmente tampoco hay restos visibles. De esta caja de agua, corría también un canal abierto rumbo al sur por la hoy calle Nicolás Romero hasta un predio conocido localmente como el ’Terreno de los Mir’, por haber sido por mucho tiempo propiedad de las familias Mir Rodríguez, Leyva Mir y Villaseñor Mir. En este terreno, en el Texcoco prehispánico, había un gran amanal (depósito amplio de agua) del cual el agua era distribuida hacia el Tlacochcálcotl y residencia de Nezahualcóyotl, actualmente una zona arqueológica llamada ’Cerro de los Melones’ o solamente ’Los Melones’.
Continuando por la actual calle Allende, más abajo estaba otro depósito de agua, ubicado en la esquina de la misma calle y Santos Degollado, Colonia San Juan de Dios. A este depósito se le conocía como la ’Fuente del Obraje’ (3), porque cerca había un obraje perteneciente a don Antonio de Mendoza, Virrey de Nueva España. Actualmente, en esta esquina hay casas habitación y negocios, y fue parte de la Estación de Ferrocarriles. De esta caja de agua tampoco se aprecian restos en la actualidad.
Siguiendo el mismo trayecto, había tres cajas de agua más que regulaban y redistribuían este líquido por la ciudad: la conocida actualmente como ’La Fuente de Zurita’ (4); ’La Fuente de Ortega’ (5), que se localizaba en la esquina de las calles de Allende y Vicente Guerrero, de la que ya tampoco hay vestigios visibles; y, finalmente, ’La Fuente de San Francisco’ o ’Fuente de Neptuno’, como ahora se le conoce (6).
LA FUENTE DE ZURITA
La Fuente de Zurita se localiza en la equina de las actuales calles 2 de Marzo e Ignacio Allende, Colonia Centro. La mayoría de las citas informáticas afirman que esta caja de agua tiene sus antecedentes en el Siglo XVI, y sostienen que ’existe una piedra con una cruz tallada que hace referencia al año de 1570 que certifica dicho antecedente’. Empero, observando con detenimiento esta placa de piedra, debajo de la cruz se puede leer: ’Año DE’, y luego al parecer un número ’52’. Pudiera ser, pues, que se haga referencia al año 1552 o posiblemente al año 1752.
No se sabe con exactitud cómo eran los depósitos originales o cajas de agua construidas por los tetzcocanos. El año o los años grabados esta piedra indican que durante los siglos XVI a XVIII, estas estructuras prehispánicas se empezaron a modificar agregándoles tecnologías y elementos arquitectónicos europeos hasta transformarlas en las fuentes virreinales que en la actualidad se conservan.
Esta placa de piedra está en una de las paredes interiores de la fuente, y como se aprecia en la fotografía de ésta y su acercamiento, se encuentra muy deteriorada y apenas se notan las letras y los números. Por fortuna, dicha placa no está muy a la vista de los transeúntes, lo cual ha impedido que sea vandalizada por la actual juventud, que lamentablemente desconoce la historia y es muy afecta al pintarrajeado, el pillaje y la destrucción.
De esta caja de agua, además de canalizarse el agua hacia el occidente a las cajas de agua de Ortega y de San Francisco, el vital líquido era conducido también hacia el norte por la actual calle 2 de Marzo al Hospital de Nuestra Señora de los Dolores, llamado también el Hospital de los Juaninos.
Al respecto, el 26 de enero de 1706, por Merced Real, se le otorgó a esta orden religiosa una caja de agua para su servicio, tal como rezaba dicha merced: ’…y ser provecho de los enfermos y religiosos de dicho hospital’. Infortunadamente, no hay una precisión en la identificación de la caja de agua referida en dicha merced real. Pudiera ser esta fuente o la del Obraje, ya que en el Virreinato los terrenos que pertenecieron después a la estación del ferrocarril eran originalmente parte de la huerta del Convento-Hospital de los Juaninos.
Como sea, y como ya se anotó, de la Fuente de Zurita, el agua era canalizada también hacia el poniente por la calle del Caño hacia las cajas de agua de Ortega y de San Francisco, esta última con seguridad es la actual Fuente de Neptuno.
Fue a partir del Siglo XVIII que a esta fuente se le empezó a llamar la Fuente de Zurita, por encontrarse en la propiedad del capitán Pedro Zurita, ubicada en la esquina de las entonces calles de la ’Portería de San Juan de Dios’ y Calle del Caño.
Es importante destacar que existen registros que sostienen que hasta ese siglo XVIII la población de Texcoco se abastecía de agua potable en esta fuente.
La estructura que actualmente se observa en esta esquina, es una reconstrucción de la fuente virreinal original, ya que la construcción original fue totalmente destruida en la década de los setenta del Siglo XX. Afortunadamente, a pesar de la destrucción de la superestructura, se conservó el área que ocupaba, la cimentación y los desplantes originales. Con estos vestigios y con el auxilio de fotografías y documentos antiguos pudo conocerse la forma y las dimensiones de la fuente original, y con base en todo ello, en el año 2006, se construyó la actual réplica.
LA FUENTE DE NEPTUNO
De la Fuente de Zurita partía el caño rumbo al poniente hacia la Fuente de Ortega, de la que ya se dijo que no hay restos visibles; y de esta última, a la caja de agua de San Francisco, ubicada en el área de la actual esquina de la calle José María Arteaga Magallanes (continuación de la calle Ignacio Allende) y la Avenida Juárez Sur, Colonia Centro. De esa caja se dotaba de agua al Convento de los Franciscanos, que ahora forma parte del Conjunto Conventual de Texcoco (o Conjunto Catedralicio); y también se canalizaba el agua hacia el norte por la actual avenida Juárez Sur hasta el ’Amanal de San Antonio’, en donde actualmente está el Jardín Municipal de Texcoco. Pero antes de que el agua se vertiera en este amanal, llegaba a otra caja de agua o depósito que estaba por la esquina del ahora andador Nicolás Bravo y la misma avenida Juárez Sur, frente al extremo oriental del Portal Francisco I. Madero. A este depósito, los habitantes del Texcoco virreinal lo conocían como ’La Pila de don Gaspar’.
Con respecto a la ubicación exacta de la Fuente de San Francisco y su destino final hay cierta confusión a causa de los textos de las crónicas. Cronistas locales afirman que en la época del Virreinato la calle Arteaga no existía, y que cuando ésta fue abierta (se desconoce en qué fecha), esta fuente ’tuvo que ser removida hacia el sur de su lugar original’. Posiblemente esta estructura pudo finalmente haber sido demolida y luego sustituida por la actual Fuente de Neptuno, que está ahora sobre la banqueta norte de la calle Arteaga.
En abono a lo anterior, a esta confusión, en varias citas se consigna que la Fuente de Neptuno es del siglo XVII; pero hay tres placas de piedra empotradas en la periferia de esta fuente que hacen referencias a diferentes fechas. La placa que refiere la fecha más antigua, la de en medio, a la letra dice así: ’Se Fabricó esta Pila en el año de 1764 Siendo Mayordomo de la Ciudad Don Juan Bautista de Almeyda’. Este texto, además de hacer referencia al siglo XVIII y no al XVII, puede ser también un indicativo de que esta fuente no sea la de San Francisco, sino otra diferente, que bien pudo haber sustituido a aquella para continuar con la regulación y redistribución del agua en el Texcoco virreinal.
Por otra parte, la fecha señalada en texto de la placa (1764), pudiera arrojar una luz acerca de la fecha grabada en la placa de piedra de La Fuente de Zurita, ya que, si se afirma que ambas fuentes son gemelas, entonces la de Zurita pudo haberse construido en sustitución de la original caja de agua prehispánica en el año de 1752, doce años antes de la construcción de la Fuente de Neptuno. Y al igual que en La Fuente de Zurita, se consigna que, en La Fuente de Neptuno, hasta el siglo XVIII, la población de Texcoco se abastecía también allí de agua potable.
A esta fuente, durante algún tiempo se le conoció como ’La Fuente de Hércules’. Hubo también quien comparó al personaje que la corona con Acuario, el copero de los dioses olímpicos, Ganimedes; pero Ganimedes era un joven muy bello, y no concuerda su descripción con el personaje adulto que está arriba de esta fuente. En una ocasión, comentando al respecto con historiadores y estudiosos de la historia local, uno de ellos afirmaba que el personaje que está arriba de esta caja de agua es el propio Hernán Cortés, y que se colocó ahí para conmemorarlo. Esta afirmación –comentó en esa ocasión–, se encuentra plasmada en uno de los libros escritos por don Lucas Alamán, pero sin precisar el título de dicha obra.
Finalmente, se ha consensado entre los cronistas y la población texcocana en general, que el personaje arriba representado es el Dios Neptuno de la mitología romana (latina), por lo cual a esta estructura se le conoce actualmente como La Fuente de Neptuno.
De esta Fuente hay numerosas fotografías, una de las más antiguas data de finales del siglo XIX; y hay varias del siglo XX, con las que se pueden secuenciar los cambios en la ciudad de Texcoco alrededor de esta obra de arte.
Con respecto a la fuente en lo puntual, al parecer desde que fue construida no ha sufrido cambios de consideración en el exterior. En las series de fotografías se aprecian los mismos arcos, la celosía, la estatua, el borde de piedra de la caja de agua, en fin. Pero en el interior, hasta la década de los sesenta del siglo pasado, había al centro de dicha caja una estructura metálica finamente fundida y a manera de copa, ahora lo que hay es una fuente de piedra de fabricación reciente. Se dice que la pieza metálica fue sustraída por órdenes de un político y ahora adorna su propiedad.
En el exterior se aprecian varias placas de piedra y unos nichos. El que da al sur, hacia la calle Arteaga, tiene muy poca profundidad y su base muestra una pendiente (una inclinación), por lo que es difícil que resguardara la estatuilla de algún santo, pero tal vez sí de alguna placa. El nicho que da al oriente, hacia la avenida Juárez Sur, muestra en su fondo una compuerta, al igual que en La Fuente de Zurita, por lo que pudieran ser ventanillas hacia el interior de la estructura. En La Fuente de Zurita, debajo de esa compuerta, se aprecia un nicho que bien sí pudo haber tenido fines religiosos.
LOS LAVADEROS
Para tener un panorama lo más completo posible del sistema de agua del Texcoco virreinal, no se puede dejar de mencionar ’La Fuente de los Lavaderos’ o sencillamente ’Los Lavaderos’, una obra de arte de la cual, infortunadamente, ya no hay más que una hermosa pintura y varias fotografías de la primera mitad del siglo XX.
Se dice que Los Lavaderos se construyeron en la antigua plaza principal del Tetzcoco prehispánico, en donde Hernán Cortés, en 1521, pasó revista a su ejército antes del asalto final a Tenochtitlán, y que después de la derrota de los mexicas y hasta finales del siglo XVIII fue conocida como la ’Plaza Real’. En esta plaza, también se encontraba la cárcel de Texcoco, por lo que posteriormente al lugar se le conoció como la ’Plaza de la Cárcel’. Con base en documentos del Archivo General de la Nación, se sabe que todavía a finales del siglo XVIII se invirtieron fondos públicos para reparar esa cárcel y ’una pila de la plaza mayor’, que correspondería ser La Fuente de los Lavaderos.
A principios del siglo XIX la plaza principal de Texcoco se trasladó hacia lo que hasta entonces todavía era conocido como el Amanal de San Antonio, en donde, como ya se anotó, actualmente está el Jardín Municipal. A finales de este siglo a la plaza en donde estaban Los Lavaderos se le empezó a conocer como la ’Huerta de la Avanzada’, por un destacamento militar que cerca de allí se había instalado. Con el traslado de la plaza principal este sitio cayó en el olvido y el terreno fue finalmente adquirido por un particular.
Sobre esto, La Fuente de los Lavaderos se conservó hasta 1943. De acuerdo con el profesor Alejandro Contla (2012), en ese año, siendo el último de mandato de Luis García Becerril como presidente municipal de Texcoco, por acuerdo de cabildo del 27 de diciembre, se aprobó que desaparecieran ’los lavaderos’ de la calle ’Salazar’, ’…por ser un basurero donde las soldaderas van a lavar’. Siendo así, el terreno luego lo adquirió un particular y de manera por demás mercantilista e ignorante fue destruida esta obra maestra del arte texcocano. Actualmente en este lugar, ubicado en la esquina de la calle Silverio Pérez (antes Carlos Salazar) y avenida Juárez Sur, Colonia San Pedro, se encuentra un edificio y el estacionamiento de un restaurante de comida rápida.
De acuerdo con el historiador del arte, Manuel Toussaint, la construcción ’era de perfiles góticos, de esbeltos arcos que conducían agua para varios surtidores que ostentaba’, medía aproximadamente siete metros de largo por dos de alto y rivalizaba en belleza con las fuentes de Chiapa de Corzo, en Chiapas; y Tochimilco, en Puebla.
A diferencia de las cajas de agua de las fuentes de Zurita y de Neptuno, en las que la población de Texcoco se surtía de agua para el consumo, se afirma que en Los Lavaderos la gente de la ciudad iba solamente a lavar la ropa, de aquí el nombre popular de esta construcción.
No sería una mala idea reconstruir una réplica de esta fuente con base en las pinturas y fotografías disponibles; y tal vez, mediante un convenio con los dueños del estacionamiento –que casi siempre está vacío– levantarla en el mismo sitio.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Contla C., A. 2012. ’Texcoco a Mediados del Siglo XX’. en: Consejo de la Crónica Municipal de Texcoco Tercera Edición. Consejo de la Crónica Municipal de Texcoco, Texcoco, México. pp. 126-147.
Gutiérrez, C. 2017. Texcoco olvida sus espacios antiguos de identidad. Alianzatex. Disponible en: https://alianzatex.com/alianzatex/vistas/notaHistorica.php?nota=N0047912
Gutiérrez, C. 2018. Texcoco intentando rescatar la Fuente de Neptuno de la basura. Alianzatex. Disponible en: https://alianzatex.com/alianzatex/vistas/notaHistorica.php?nota=N0060250
Gutiérrez, C. 2018. Texcoco Monumentos: la fuente de Neptuno. Alianzatex. Disponible en: https://alianzatex.com/alianzatex/vistas/notaHistorica.php?nota=N0056802
H. Ayuntamiento de Texcoco. 2006. Fuente de Zurita. Tríptico. H. Ayuntamiento de Texcoco 2006-2009. Texcoco, México.
H. Ayuntamiento de Texcoco. 2014. Trigésima Novena Sesión ordinaria de Cabildo. Actas de Cabildo. H. Ayuntamiento de Texcoco 2013-2015. Texcoco, México. Disponible en: https://www.ipomex.org.mx/recursos/ipo/files_ipo/2014/9/5/b3c85fbdd410786612f62a80c791d628.pdf
H. Ayuntamiento de Texcoco. s.f. Te Invitamos a que Conozcas el Centro de Texcoco, Bienvenido. Jefatura de Turismo, Dirección de Desarrollo Económico, H. Ayuntamiento de Texcoco 2013-2015. Texcoco, México. Disponible en: https://www.ipomex.org.mx/recursos/ipo/files_ipo/2013/20/10/3fcc0d0abd1e2a1cb859cdbed4031bf5.pdf
Huerta P., R.A. 2020. El sistema de agua potable del Texcoco colonial. Divergencias Informativa. Disponible en: https://divergenciasinformativa.com.mx/el-sistema-de-agua-potable-del-texcoco-colonial-e3TUye3Tkxe3Q.html
Maldonado M., N. 2013. Texcoco La Fuente de Zurita y Tags. Alianzatex. Disponible en: https://alianzatex.com/alianzatex/vistas/notaHistorica.php?nota=N0025945
Monsalvo S., R. 2013. Fuente de Neptuno, Texcoco. FotocrónicasTexcoco. Disponible en: https://www.facebook.com/FotocronicasTexcoco/posts/385021688771170/
AGRADECIMIENTOS
Agradezco a Ernesto Sánchez Sánchez, Coordinador del Proyecto ’Texcoco en el Tiempo’, por las imágenes que ilustran este documento y la valiosa información proporcionada, así como al Ing. Rafael Jiménez Velázquez, vecino de Texcoco y conocedor de su historia, por la información sobre la Fuente de Neptuno.