De adicto a ADICTO

Cruel enfermedad, maldita, perversa del alma

Cruel enfermedad, maldita, perversa del alma


Salud
Mayo 06, 2020 19:57 hrs.
Salud ›
Por Ernesto Salayandía García › Divergencias Informativa

En mi carrera alcohólica, me tocó vivir amargos estragos, por mí compulsión alcohólica y drogadicta, toque fondos muy duros y crueles, yo no entendía ni comprendía, la maldad de esta enfermedad perra, maldita enfermedad perversa del alma, no aceptaba que tenía un serio problema por mi manera de beber y por mis excesos en el consumo de sustancias tóxicas como la cocaína, la morfina y las pastillas antidepresivas, no reconocían qué mi enfermedad, me había generado serias pérdidas palpables en mi imagen, llegué a pesar menos de 50 kilos.

Amarillo, ojeroso, me convertí en un ser maníaco depresivo, sufría por todo y por nada, no reconocía mi compulsión, de andar buscando droga a las 3 o 4 de la mañana en la casa del pucher, ni tampoco veía los niveles tan altos de ansiedad, que me obligaban a recorrer las calles de farmacia en farmacia, en busca de la morfina sintética, que me inyectaba, mañana, tarde y noche.

Me volví loco, loco, perdí el sano juicio y mi mundo se volvió, un mundo de incongruencias, de dolor y de sufrimiento, invadido por mis pensamientos tóxicos, mi celotipia infernal y mis conductas híper enfermas, lo perdí todo, absolutamente, todo y me refugié como víctima, en la depresión y en la conmiseración, entré a un callejón sin salida, a un abismo profundo y negro, a un laberinto sin fin, de dolor y de mucho sufrimiento.

Me hice un severo daño, pero también dañe drásticamente a mi familia, a mis seres cercanos y queridos, negado, ofrecí resistencia a buscar ayuda, no aceptaba asistir a las juntas de los Alcohólicos Anónimos, no escuchaba los mensajes de vida, qué infinidad de veces me regalaron y que yo luchaba por mantener mi resistencia, creyendo que, en cualquier momento, yo podía dejar de tomar y podría decidir cuándo y cómo dejar de consumir cocaína y antidepresivos.

Pero la verdad las cosas, mi ansiedad era enorme y mi compulsión me mantenía en un alto consumo de sustancias, sin olvidar la gama tan amplia de conductas tóxicas, que dominaban mi forma de vida, mi personalidad y mi personalidad, de ser soy un enfermo emocional, sé que tengo una enfermedad genética, progresiva e incurable, mortal, contagiosa, por demás, burlona y a pesar de los pesares yo no quería cambiar. Vivo de milagro, -no podía...No quería.

La decadencia es demasiada rápida
Ciego y negado, no me di cuenta de la gran rapidez en que el alcohol y las drogas destruyeron mi vida, no solamente en el aspecto físico, sino en mi estructura emocional y mental, más aún en el sentido espiritual, yo vivía con un enorme vacío, sin fe y sin esperanza, lleno de soberbia, creí que yo era el centro del universo y creí también, que yo podía controlar la compulsión, me negué insistentemente a pedir ayuda, no tuve la humildad de acercarme a un grupo de autoayuda, me tuve la sensibilidad de reconocer que fui víctima de los tragos más amargos de esta perra enfermedad maldita perversa del alma y ahora veo a ese Ernesto, en infinidad de personas, que como yo no quieren aceptar ayuda y tampoco quieren ofrecer un cambio de vida.

Veo, como las pastillas y la cocaína genera en infinidad de personas trastornos mentales, pensamientos obsesivos y patológicos, conozco alcohólicos inteligentes y con un nivel intelectual altos, que no que no quieren dejar de consumir, no pueden y se refugian en un mar de incongruencias que los justifique el seguir consumiendo de manera impresionante, irresponsable, conozco infinidad de jóvenes adictos, a la marihuana, negados y soberbios que no creen en los amargos estragos qué provoca esta droga y se refugian en el pensamiento absurdo, de qué mal la marihuana, es una droga medicinal y más aún, es una droga recreativa, absurdo, muy a pesar de que ellos mismos están experimentando un drástico cambio en su personalidad.

La marihuana, los ha convertido en tipos mecha corta, es decir neuróticos empedernidos, explosivos y agresivos, no aceptan que esta droga les ha robado su memoria y la esencia de la vida misma, conozco adictos al cristal, niñas que se prostituyen y niños adictos que son capaces de hacer cualquier cosa, a cambio de la sustancia y los veo entrar y salir en los centros de rehabilitación, recayendo y recayendo, una y otra, vez conozco también, la enfermedad de la codependencia.

La pésima relación de parejas, de ahí vengo, convivo con matrimonios en crisis, conflictivos, que sufren los amargos estragos de esta enfermedad, cruel que no distingue, ni edad, ni sexo, ni posición social, palpo la gran ignorancia que hay en infinidad de padres, que no saben la magnitud de la enfermedad y que solapan las adicciones, por confort e ignorancia, permiten que sus hijos comienzan a fumar delante de ellos desde los 13 años en adelante y no saben, que el cigarro es una droga escalonaría y un detonante de la ansiedad la ansiedad, quiero decirte, que la ansiedad, es el origen de cualquier adicción.

Veo también la miopía de algunos directores de escuelas y maestros que no saben la magnitud de esta enfermedad y creen que el problema se va a resolver con una plática, donde un adicto como. yo les dé el mensaje de vida a los alumnos, se, que muchos maestros, tienen serios problemas emocionales y que muchos de ellos tienen, la tendencia adictiva, es decir usan alcohol, fármacos y otras sustancias, pero también, como la gran mayoría de la sociedad están enfermos de sus emociones y sus conductas tóxicas los mantienen en el pantano emocional.

No tienen libertad, la enfermedad, los tienen secuestrados en una verdadera cárcel emocional, donde no pueden dar lo que no tienen y no viven una vida plena. veo que la depresión, es como si fuera un gran deporte nacional, todo mundo la práctica y palpó también las autoestimas bajas, y ausencia de amor propio, en infinidad de jóvenes y niños que no saben cómo salir de este infierno emocional, qué es la depresión y por supuesto, qué hay muchas fugas como la autodestrucción.

Caer, en el afán de sustanciarse, lamentablemente, los que ejercen el poder Federal, estatal o municipal, en la mayoría de los casos, no quieren hacer nada al respecto, a pesar de que ellos mismos han sufrido los amargos estragos de esta enfermedad, qué hay dentro de su propia familia, con enfermos emocionales y qué a pesar de las consecuencias y de los fondos que han tocado no tienen el ánimo, ni el espíritu de hacer una cultura de prevención a las adicciones y las conductas tóxicas, incluso, en las universidades, sector público y privado, hay una excesivo consumo de fármacos y sustancias toxicas.- Caras vemos, emociones no sabemos.

La complejidad de la enfermedad

No te quieres enterar, de los daños qué ha causado en ti las drogas y las conductas tóxicas, tu adicción te han dejado fuera de un proyecto educativo, has claudicado a una formación académica, y has renunciado a tu preparación intelectual. Abandonas, secundarias, preparatoria y educación superior y te conviertes prácticamente en un mediocre, en un hijo de papi, un NINI, bueno para nada, que duermes todo el santo día y que se droga mañana, tarde y noche, te has convertido en un verdadero problema para tu familia, has destrozado la armonía y la estabilidad emocional de tu hogar, robas la tranquilidad de tus padres, cómo robas también la fe y la esperanza, has caído en un mar de irresponsabilidades, te importa un comino tu vida de mediocre y confirmas una y otra vez qué es un nacido para perder.

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