Seminario de Cultura Mexicana
Corresponsalía Texcoco, Estado de México
El pasado viernes 16 de agosto de 2024, teniendo como escenario el kiosco del Jardín Municipal de Texcoco, alrededor de las once y media de la mañana se llevó a cabo la firma del Contrato de Donación de un Terreno conocido localmente como la ’esquina de Coppel’ y antes, como la esquina de la ’Gasolinería Morales o Gasolinera Morales’, entre representantes del Grupo Coppel y autoridades municipales, a favor, precisamente, del municipio de Texcoco. Días antes el H. Ayuntamiento invitó, a través de sus redes y sitio electrónico, a toda la ciudadanía texcocana a asistir a este evento para que fueran testigos de la firma de dicho documento. La cita fue a las 9:45 horas de la mañana, pero como normalmente ocurre, hubo algunos retrasos.
Este acontecimiento revistió especial importancia porque en dicho terreno, cuando la empresa Coppel, S.A. de C.V. lo adquirió y empezó a construir una de sus tiendas, una de sus sucursales, fueron encontrados importantes restos de edificaciones y ofrendas prehispánicas que derivaron en una suspensión de la obra y en un largo litigio. Hubo varias propuestas para salvar esos restos, hacer un piso de vidrio, en fin. No prosperaron. Pasaron los años y ahora el terreno finalmente fue donado por el Grupo Coppel al municipio de Texcoco. Pero vallamos al pasado para contextuar esta firma y aquilatar su importancia.
LA ESQUINA DE LA GASOLINERA MORALES
Esta esquina, formada por la hoy Av. Juárez Sur y la calle Arteaga (general republicano José María Arteaga Magallanes, fusilado junto con el general Carlos Salazar Ruiz en Uruapan, Michoacán, el 21 de octubre de 1865 por fuerzas imperialistas), la gasolinera, que más tarde se llamaría ’Servicio Morales’, así como los texcocanos que se vieron inmersos en este negocio, tienen una larga historia local, son parte importante de la microhistoria de Texcoco.
De acuerdo con las crónicas de la señora Irma Vargas de Gameros (Vargas, 2013) y otras fuentes de información, la línea de camiones México-Texcoco tiene sus orígenes en 1917, cuando don Emilio Hochstraseer Coch, esperando una mercancía en la Estación del Ferrocarril de San Lázaro, en la Ciudad de México, transportó a unas personas desde esta estación a la ciudad de Texcoco porque habían perdido el tren. Llegó a Texcoco y como ya era tarde aquí pernoctó. Al otro, día muy temprano, de regreso a la Ciudad de México, ya había gente esperándolo para que los llevara a la capital. Así lo hizo y vio que era negocio transportar pasajeros; pasó un tiempo y se asoció con su cuñado, el señor Cruz Barrera, y juntos armaron unos camioncitos con los que empezaron a transportar pasajeros. Luego se les asociaron otras personas y finalmente, en 1922, se creó formalmente la primera línea de camiones de pasajeros de la ruta México-Los Reyes-San Vicente-Texcoco.
Dese esos años, aquí en Texcoco, don Luis Morales les fiaba la gasolina a los camioncitos que empezaron este servicio de transporte de pasajeros. Pero llegó un momento en el que el adeudo de gasolina era tal que don Cruz, para pagarle, le cedió un camioncito y así fue como don Luis se integró a la lista de los socios de la línea. Sin embargo, paralelamente, él y sus descendientes continuaron con el negocio de la venta de gasolina y establecieron una gasolinera en la esquina de la avenida Juárez Sur y Arteaga, ya mencionada arriba.
No se encontraron al momento fechas exactas de la construcción de esta gasolinera, por lo que a continuación se describirá a grandes rasgos la historia de este negocio. Al respecto, hay una fotografía de la década de los cuarenta (del siglo pasado) de la esquina en comento vista de sur a norte sobre la Av. Juárez Sur, en la que ya se aprecia del lado izquierdo de ésta una columna y la techumbre de la mencionada gasolinería.
Para la década de los setenta, el nombre de este negocio era ’Servicio Morales’, aunque los texcocanos le seguían llamando ’la Gasolinería Morales’. En esos años la gasolinera tenía en un extremo, sobre la calle Arteaga, un área de lavado y servicios para vehículos automotores.
En la década de los noventa, esta gasolinería dejó de funcionar como tal y se transformó exclusivamente en un taller mecánico y de mantenimiento y servicios para automóviles.
En el año 2000, el terreno fue adquirido por la empresa Coppel, S.A. de C.V. para construir una de sus sucursales, una tienda de ropa y electrodoméstico. Iniciaron entonces las obras de demolición de lo que quedaba de la gasolinera, del taller mecánico y del área de mantenimiento y servicios automotrices.
Uno o dos años después, al estarse realizando las excavaciones para colocar los cimientos para la nueva edificación, se encontraron vestigios arqueológicos que se consideraron de importancia: un templo circular dedicado a la deidad Ehécatl, otras estructuras prehispánicas más, ofrendas y entierros y una gran cantidad de piezas diversas, por lo que las obras fueron suspendidas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). De esta forma, se inició un litigio entre los nuevos dueños del predio y el INAH, y el cual duró varios años a pesar de las propuestas de la empresa Coppel por salvar estos restos arqueológicos y demás vestigios y que estuvieran a la vista del público.
En ese extenso lapso de tiempo, poco más de veinte años, el terreno fue enrejado y bardeado. Luego, en las paredes temporales del predio empezaron a aparecer pintarrajeados, fue ocupado por gente en situación de calle y algunos drogadictos, por lo que el ayuntamiento de Texcoco tomó cartas en el asunto, después se repararon las bardas, se colocaron paredes de tabla-roca, se hicieron dos puertas de acceso; y las paredes se destinaron para murales de arte urbano.
LOS HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS
Siendo un poco más puntual, vale describir, aunque sea someramente, los vestigios encontrados en ese terreno. Al momento de la construcción de los cimientos de la sucursal de Coppel, se encontraron restos de templos prehispánicos y también restos humanos de personas que fueron sacrificadas como ofrendas a las deidades. Con respecto a los templos hallados, durante las exploraciones arqueológicas realizadas entre los años 2003 y 2004 fue excavado parcialmente un patio hundido en el que se descubrieron dos templos. Hacia el sureste del templo mayor de Texcoco se localizó uno aparentemente dedicado tanto a Tezcatlipoca como a Ehécatl; y al noreste del mismo templo mayor, se encontró una plataforma o basamento circular de otro templo dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl. Además, se hallaron otras estructuras arquitectónicas.
Por lo tanto, y con base en los estudios arqueológicos, se evidencia que el área intervenida (la ’esquina de Coppel’) fue parte de la arquitectura monumental religiosa y un espacio ritualístico de la antigua ciudad prehispánica de Texcoco.
Con respecto a los restos humanos, al menos se descubrieron dos tipos de ofrendas diferentes, una dentro de una urna y la otra depositada bajo el piso del patio de un templo. De acuerdo con Ramírez (2005), durante los trabajos arqueológicos realizados en los meses de febrero a abril de 2003, se encontraron unos restos óseos dentro de una urna funeraria de un individuo que fue quemado. Los resultados de los análisis hechos a estos restos señalaron que se trataba de un individuo con cremación incompleta, el cual presenta encogimiento, distorsión, fisuras trasversales y fragmentaciones longitudinales irregulares en los huesos, por lo que probablemente fue expuesto a la acción del fuego con tejido blando. Y el análisis de la información etnohistórica proporcionó elementos para inferir que posiblemente se trataba de un individuo con un estatus social alto.
Sobre la otra ofrenda, López (2008), señala que fu encontrada al excavar en el pozo número 2, bajo el piso del patio del templo de Ehécatl-Quetzalcóatl, cuyo nivel corresponde al desplante de este basamento, por lo que fue catalogada, precisamente, como la ’Ofrenda 1 del templo de Ehécatl-Quetzalcóatl’.
Esta ofrenda consta de 17 individuos adultos, tanto hombres como mujeres, cuyas edades fluctuaron entre 15 y 35 años. Los restos encontrados mostraron patologías óseas entonces comunes en la población. La ofrenda tuvo como propósito recrear alegóricamente un mito descrito en el Códice Chimalpopoca relacionado con la creación de los seres humanos y la dependencia entre hombres y dioses. Además, este dios era considerado una fuerza creadora de vida, es un agente civilizador cuya presencia data del periodo Clásico y se diversifica durante el Posclásico tardío. De igual forma, la ofrenda destaca la importancia que tuvo este dios en la sociedad texcocana precolombina, en especial entre la elite, la cual adoptó para remitir su herencia histórica y cultural, que les permitía legitimar su poder.
Desafortunadamente, debido a que anteriormente hubo en este predio una gasolinera, hay demasiada contaminación y no fue posible datar los restos hallados aquí mediante radio carbono, por lo que, con base en estimados cronográficos de la cerámica encontrada en el sitio, se estableció el periodo Posclásico Tardío (1200 a 1521 de nuestra era) como periodo en la que fueron depositados a manera de ofrendas.
LA FIRMA DEL CONTRATO
Me atrevería a afirmar que muchos de los asistentes a la firma de este contrato, tanto participantes como testigos (público en general), no dimensionaban la importancia de esta donación. Estamos hablando de un área arqueológica que se puede abrir al público para incrementar el turismo en el municipio, promover la cultura y fortalecer la identidad local. La importancia de estos descubrimientos, como los estudios arqueológicos lo afirman, es relevante, ya que amplían el conocimiento histórico y la apreciación actual de la cosmovisión de las culturas prehispánicas.
En la firma del contrato, estuvieron presentes la Presidente municipal de Texcoco, por el periodo de enero a diciembre de 2024, Elizabeth Guadalupe Terrazas Ramírez; el Secretario del H. Ayuntamiento de Texcoco, Manuel Conde Torres; el Notario Público No. 122 del Estado de México, Lic. Andrés Hoffmann Palomar; y representantes del Grupo Coppel.
Cabe destacar, finalmente, que la presidente municipal, en su intervención discursiva, anunció que en este espacio se construirá un museo. Lo esperaremos deseando que sea pronto.
FUENTES DE INFORMACIÓN
López M., D. 2008. Análisis e interpretación de la ofrenda 1 del templo de Ehécatl-Quetzalcóatl, procedente del centro ceremonial de Texcoco. Dimensión Antropológica. Disponible en: https://revistas.inah.gob.mx/index.php/dimension/article/view/1519
Martínez R., G.A. 2024. Centenario de Autotransportes México-Texcoco. Cyber Buses Disponible en: http://www.cyberbuses.com.mx/noticia_individual.php?valor=164#:~:text=En%201922%20se%20form%C3%B3%20la,ruta%20M%C3%A9xico%20%2D%20Texcoco%20v%C3%ADa%20Lago.
Ramírez M., B. 2005. Análisis e interpretación de una urna funeraria del Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl en Texcoco. Estudios de Antropología Biológica. Disponible en: http://www.revistas.unam.mx/index.php/eab/article/view/21592
Vargas de G., I. 2013. ’Crónicas de la Línea México-Texcoco y Anexas’. En: Crónicas Cuatro. Consejo de la Crónica Municipal de Texcoco. Texcoco, México. pp. 18-20.
AGRADECIMIENTOS
Agradezco a Ernesto Sánchez Sánchez, Coordinador del Proyecto ’Texcoco en el Tiempo’, por las fotografías que ilustran esta crónica y la información que las acompañan; a Alejandro Pastrana Quintos, por la información sobre la imagen del Servicio Morales de la década de los setenta; y a Carolina García Santillán, por su valiosa información.