Breve historia política de Texcoco a partir del virreinato


Acontecimientos alrededor de la fecha de la Erección del municipio



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Agosto 21, 2023 22:00 hrs.
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Breve historia política de Texcoco a partir del virreinato

Acontecimientos alrededor de la fecha de la Erección del municipio

Roberto Antonio Huerta Paniagua
Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalía Texcoco
Grandeza Texcocana, A.C.

INTRODUCCIÓN

Texcoco es una ciudad que finca sus orígenes en la época Prehispánica. Se constituyó por gente nativa que ya vivía desde hace miles de años en el actualmente llamado Valle de México y por inmigrantes chichimecas procedentes del mítico Aztlán que, finalmente juntos, conformaron el altépetl o tlahtocayotl de Tetzcoco.

Son precisamente estos términos: ’altépetl’ y ’tlahtocayotl’, expresiones que definían un territorio o –digamos– ’señorío’, es decir, un área determinada geopolíticamente que estaba administrada (gobernada) por un chichimecatecutli o tlahtoani. Esto indica con claridad que antes de la llegada de los españoles a lo que hoy, coloquialmente le llamamos México, existía ya una división política de los territorios y una administración ’gubernamental’ (o de mando) que limitaba y regulaba las relaciones (casi nunca pacíficas) entre los diferentes pueblos prehispánicos de la parte central de Mesoamérica.

Después de la llegada de los españoles, en 1519, de sus alianzas con diferentes pueblos originarios sojuzgados por los mexicas, de las guerras contra éstos últimos y, finalmente, de la caída de la llamada Gran Tenochtitlán el 13 de agosto de 1521, todo ese esquema político-administrativo fue trastocado. Los europeos entonces, constituidos ya en gobierno virreinal, empezaron a establecer nuevos sistemas de administración de los territorios. Destacó en un principio la encomienda y los encomenderos. Así mismo, las relaciones de subordinación cambiaron y ahora ya no eran para con el tlahtoani, sino para con el virrey o directamente para con la Corona Española. En ese escenario, unos pueblos adquirieron la categoría de ciudades y obtuvieron escudos de armas; otras comunidades, por ejemplo, fueron nombradas Repúblicas de Indios; y en todas estas modalidades se mezclaron los viejos usos y la legislación virreinal.

Este corto ensayo quiere girar alrededor de la fecha de erección del municipio de Texcoco y los desacuerdos sobre ésta. Y es que no hay la suficiente precisión en las fechas ni en la información disponible. No hay acuerdos al respecto entre historiadores, cronistas, personalidades o instancia, incluso tampoco los hay entre aficionados a la historia. Siendo así, se han propuestos diferentes fechas para tal acontecimiento.

TEXCOCO EN EL VIRREINATO

Texcoco en el siglo XVI

Derrotados los mexicas, los españoles, teniendo en cuenta las formas de organización política de los pueblos originarios, empezaron a organizar geopolíticamente los territorios conquistados. En los lugares en donde había una alta densidad de población local implantaron la encomienda. Así, la mayoría de las encomiendas se establecieron en el centro y sur de lo que hoy es México. Paralelamente, el alto desarrollo organizacional alcanzado por los pueblos prehispánicos en lo que ahora se le llama Valle de México, obligó a los españoles a ajustarse lo mejor posible a la división política y administrativa que ya tenían esos pueblos. Y fue así porque los españoles aprovecharon la organización tributaria que dichos grupos ya tenían.

La encomienda era una institución con fuertes rasgos feudales que se había implantado en el sur de la Península Ibérica durante la lucha contra los moros. Esta forma de organización política era una concesión dada en fideicomiso a un individuo, llamado encomendero, sobre uno o varios pueblos e incluía el derecho de imponerles a los habitantes tributos y la obligación de prestar servicios personales en los campos agrícolas, minas y hogares.

Los encomenderos, por sus abusos, enriquecimiento y rebeldía, empezaron a causarles problemas al reino y a las autoridades que eran enviadas por la Corona Española a estas nuevas tierras. Había que reordenar este territorio. Por lo tanto, mediante la Cédula Real del 13 de febrero de 1548, entre otras disposiciones, se crean dentro del territorio del Virreinato las Audiencias y las Cancillerías Reales, así como los territorios con los nombres de Provincias Mayores y Provincias Menores.

Cinco de aquellas primeras Provincias Mayores de Nueva España conformaron el Reino de México; y fueron las siguientes: la Provincia de México, la Provincia de Tlaxcala, la Provincia de Puebla de los Ángeles, la Provincia de Antequera (Oaxaca) y la Provincia de Valladolid (Michoacán).

Adicional a esa nueva organización política, se expidió la Cedula Real del 22 de febrero de 1549, en la que se prohibía que los tributos fueran pagados por medio de servicios personales, debiendo pagarse en dinero, en frutos o en especie. Estas medidas estaban encaminadas a eliminar la encomienda, lo cual dio resultado y este tipo de organización desapareció a mediados del siglo XVI.

Ahora, sobre la organización política de los pueblos originarios, en 1523 el Rey de España, Carlos V, dispuso que fueran sus habitantes los que eligieran a sus representantes (gobernadores, regidores) y que éstos debían dejar pasar dos años para reelegirse. Empero, en 1525, él mismo, favoreció que los puestos de esos cabildos (ayuntamientos monárquicos) podían ser a perpetuidad. Luego, su heredero, Felipe II, introdujo la costumbre de además poder vender esos puestos al mejor postor. Y esta fue la característica de los ayuntamientos monárquicos durante casi todo el Virreinato.

Con respecto a la ciudad de Texcoco, volviendo unos años atrás, después de la toma de Tenochtitlán, Hernán Cortes de Monroy y Pizarro Altamirano, la asignó a la Corona Española, pero después revocó su decisión y se la adjudicó en encomienda. Empero, en 1525, dos de sus antiguos capitanes, aprovechando una de sus ausencias la devolvieron a la Corona de España; sin embargo, al año siguiente, Hernán Cortés recuperó la ciudad.

En 1529, Hernán Cortés obtuvo del Rey de España una serie de pueblos en encomienda, así como otros señoríos con los que formó el Marquesado del Valle; sin embargo, Texcoco no formó parte se ese marquesado, por lo que quedó como una ciudad directamente tributaria de la Corona Española, Después, en 1531, la Segunda Audiencia ubicó formalmente a Texcoco bajo la jurisdicción de la Corona, aunque Hernán Cortés siguió recibiendo sus tributos hasta el año de 1536. Finalmente, en 1541, el Virrey Antonio de Mendoza, asignó los tributos de Texcoco y su mano de obra (remunerada) a las iglesias y monasterios de los agustinos en la Ciudad de México.

Años después, a petición del cacique de Texcoco, Carlos Pimentel y Alvarado, el 9 de septiembre de 1551, el Rey Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, mediante Cédula Real, le da el título a Texcoco de ’Ciudad de las Nuestras Indias’; y además le otorga su escudo de armas.

Texcoco en los siglos XVII y XVIII

Durante el siglo XVII, al parecer no hubo cambios en la organización política, territorial y categoría alrededor de la ciudad de Texcoco, fue hasta el siguiente siglo, el XVIII, que la estructura político-territorial de Texcoco empezó a ser nuevamente trastocada.

En diciembre de 1786, Carlos III expidió la Real Ordenanza para el Establecimiento e Instrucción de Intendencias de Ejercito y Provincia en el Reino de Nueva España, en la que se estableció que Nueva España se dividía en doce intendencias, denominando a la primera: Intendencia General de Exercito e Provincias de México. Al respecto, se elaboró un mapa de esta intendencia, probablemente en el mismo año de 1786 o años siguientes, en donde aparece la ciudad de Texcoco (Texcuco) como Cabecera de Distrito. Empero, el 17 de diciembre de 1788 se expidió una Real Ordenanza de Intendentes en la que se dispuso la extinción de las Alcaldías Mayores. Siendo así, fue erigida la Subdelegación de Texcoco sobre la base de la Alcaldía Mayor del mismo nombre.

En 1792, Francisco Valenzuela, primer Subdelegado de Texcoco, que desempeñó ese cargo del 14 de febrero de 1788 al 10 de agosto de 1794, manifestó que en su Subdelegación había una ciudad y 25 pueblos, siendo la ciudad Texcoco y los pueblo los siguientes: Purificación, Tezayuca (actual Tezoyuca), Atenco, Papalotla, Nexquipayac, Chiconcuac, Tlailotlacan, Chipiltepec, Cuanalá, Ocopulco, Acolman, Atlatongo, Xometla, Chiautla, Tlalticahuacán. Tepetlaoxtoc, Apipilhuasco, Coatlinchán, Cuautlalpan, Tepetitlán, Huexotla, San Bernardo, Calpulalpan, Ixtlahuacan, y Cuaula.

Durante el siglo XVIII se incrementó la tensión y conflictos en la región de Texcoco debido a que se conformaron nuevas cabeceras políticas y a la creación de Repúblicas de Indios en los barrios, provocando que los pueblos que lograban cualquiera de esas condiciones se segregaban de la cabecera (de Texcoco en este caso). De esta forma, después de haberse señalado los límites entre los pueblos, la antigua cabecera dejaba de tener ciertos privilegios y, sobre todo, derechos territoriales sobre los recursos de los pueblos segregados.

Texcoco a principios del siglo XIX

Para 1802, en la Parcialidad o Cabecera de Texcoco había ya registrados 105 gobernadores, la mayoría eran representantes políticos de las Repúblicas de Indios de los barrios. Además, por ser Texcoco también pueblo de indios, igualmente existía el cargo de gobernador, como en las repúblicas de los pueblos de su demarcación.

La forma de elección del cabildo de Texcoco se ajustaba a las normas establecidas para las Repúblicas de Indios. Los vocales o diputados elegían al gobernador de una terna, y éste a su vez nombraba a los demás oficiales. La legislación virreinal prohibía que en los pueblos de indios fueran elegidos españoles, mestizos o mulatos. Sin embargo, era frecuente que los no indios formaran parte del gobierno de las Repúblicas de Indios, principalmente en los pueblos que eran centros comerciales. Se tiene registro de que desde 1635 hubo españoles y mestizos como parte del gobierno local de Texcoco. Esto causaba descontentos, y en 1803, la presencia de españoles en el gobierno de Texcoco provocó protestas ante el Juzgado de Indios. Pero las cosas continuaron iguales.

Ahora, a niveles mayores, debido a las medidas económicas de la Monarquía Española impuestas en Nueva España, que causaron el desplome de la economía y en consecuencias crisis económicas y políticas, estalla el 16 de septiembre de 1810 la denominada ’Guerra de Independencia’. Ese levantamiento armado causó que las elecciones de los representantes de los cabildos (ayuntamientos) no fueran fáciles. En 1811 los vocales de la ciudad de Texcoco nombraron gobernador de la República, por mayoría de votos, a Bernardo Pico, considerado mestizo. Éste, nombró como alcalde primero a Antonio de la Luz Rivas, alcalde segundo a Juan Albarrán; como regidores a cuatro vecinos de los barrios de San Juan, San Lorenzo, San Pedro y San Mateo; así como alguacil mayor a José María Romero y como escribano del cabildo a José Darío Giménez. Sin embargo, el subdelegado de Texcoco, Ignacio Guerra Manzanares, intentó suspender a estos funcionarios porque consideraba que eran simpatizantes del movimiento insurgente. Manzanares, de acuerdo con Birrichaga (2003), informó al respecto que había apresado al gobernador de Texcoco por ’corromper con rediciones e influjos revolucionarios a los demás indios’ para que formaran una junta que apoyara a los rebeldes; y ante la gravedad del hecho el 16 de enero de 1811 solicita:

’Declarar que por ahora y hasta que otra cosa se resuelva se suspendan las elecciones de repúblicas y que para el año próximo venidero se encargue provisionalmente el mando de los pueblos a los sujetos mandones que fueren de la ratificación del mismo subdelegado, con acuerdo de los curas y diputados de los vecindarios; tanto porque les asisten conocimientos prácticos de los buenos indios, como porque llevarán a fin de mantenerlos en el debido sosiego y tranquilidad’.

La reacción del subdelegado era justificada. En abril de 1811, en el territorio de la Subdelegación hubo saqueos a casas y tiendas y el encarcelamiento de dueños y administradores de haciendas, más en la ciudad de Texcoco no fue así. Además, ’la rebeldía de los indios llegó al grado de negarse a pagar los derechos de alcabala del pulque porque los insurgentes les decían que nada tenían que pagar’. Sin embargo, pese a estos argumentos y hechos, las repúblicas siguieron funcionando con ayuntamientos hasta 1820.

La Constitución de Cádiz, sus antecedentes

Muy lejos de Texcoco, allá en Europa, el 27 de octubre de 1807, se firmaba en Tratado de Fontainebleau en la ciudad francesa del mismo nombre entre Manuel Godoy, representante de Carlos IV de Borbón, Rey de España, y Napoleón Bonaparte, Emperador de Francia. En ese documento se estipulaba la invasión militar conjunta franco-española de Portugal, aliada del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, permitiendo el paso de tropas francesas por territorio español. Así ocurrió, pero los franceses decidieron no salir de España, lo que provocó finalmente el levantamiento del pueblo español contra los franceses y la Guerra de Independencia Española.

Entre el 17 y 18 de marzo de 1808, acontece el ’Motín de Aranjuez’, el cual fue una protesta en contra de la política de Manuel Godoy. Como resultado, éste fue apresado y el Rey Carlos IV abdicó a la Corona Española en favor de su hijo Fernando, Príncipe de Asturias, que reinaría con el nombre de Fernando VII. Pero antes de que Fernando VII pudiera hacerse del trono, Napoleón Bonaparte convocó a la familia real española a un encuentro en la ciudad francesa de Bayona y allí, a principios de mayo, Carlos IV recuperó la Corona de España, pero se la cedió a Napoleón Bonaparte, y Fernando VII fue apresado. En seguida, Napoleón, le ordenó al mariscal Joachim Murat, su lugarteniente en Madrid, que convocara a Cortes, reunión que se conocería como la ’Asamblea de Bayona’ o las ’Cortes de Bayona’. Sin embargo, antes de que esta asamblea se reuniera Napoleón designó el 6 de junio a su hermano José Bonaparte como Rey de España. Paralelamente, Napoleón, envió emisarios a América para convocar a esta asamblea a personalidades de los virreinatos (Nueva España y Perú). Y mientras tanto, mantenía prisioneros a Carlos IV y a Fernando VII.

Napoleón concebía a los territorios de América como parte de la Nación, no como propiedad de la familia real, como se decía de éstos en España, argumentando que habían nacido por el empréstito de las joyas de la Reina Isabel la Católica para su descubrimiento. Con esta napoleónica idea quedó sembrada de una vez y para siempre en los representantes americanos, en Bayona, la idea del independentismo que siguió a la lucha por la autonomía. En conclusión, la invasión napoleónica a España cambiaría las relaciones internacionales y el reordenamiento territorial de los dos mundos: el Viejo y el Nuevo Mundo, Europa y América.

Las Cortes de Bayona se celebraron del 15 al 30 de junio; en ésta, se discutió y aprobó el Acte Constitutionnel de l’Espagne, que regiría tanto en la España Peninsular como en las Indias (los virreinatos). Esta acta fue promulgada en Bayona el 6 de julio de 1808 por José Bonaparte (José I) como Rey de España. En la redacción del proyecto de Constitución intervino el jurista Antonio Ranz Romanillos, secretario de la Asamblea, quien sería nombrado Consejero de Estado por José I. Sin embargo, después de la Batalla de Bailén, Antonio Ranz se pasó al bando ’patriota’ y, posteriormente, participaría en la elaboración del proyecto de la Constitución de Cádiz, ya que conocía como nadie las constituciones de la República Francesa.

Cabe señalar que, con las Cortes de Bayona ya disueltas y el estado de guerra imperante en toda España, esta constitución no pudo funcionar.

La Constitución Gaditana

Después de las abdicaciones de Bayona forzadas por Napoleón y el caos político en todo el Reino, surgieron en España y los virreinatos las Juntas Provinciales de Gobierno; así mismo, en la España Peninsular se crearon tres instituciones: La Regencia, la Junta Central y las Cortes. La Junta Central asumió el control político y administrativo de todos los territorios españoles; se encargó además de dirigir la defensa frente a los franceses y convocar a una reunión extraordinaria a Cortes; siendo así, el 15 de abril de 1809, en Sevilla, España, se elaboró la propuesta de Convocatoria de las Cortes y Elaboración Constitucional; luego, el 22 de mayo siguiente esta propuesta se convirtió en Real Decreto dirigido a todo el Reino para iniciar las Cortes en 1810.

Las sesiones de las Cortes comenzaron el 24 de septiembre de 1810 en la villa de la Isla de León, pero por la presión del ejército francés, en febrero de 1811 se trasladaron a Cádiz. Estas Cortes duraron tres años, en las que hubo 978 sesiones públicas. 21 diputados representaron a Nueva España.

En la sesión del 10 de enero de 1812, los diputados americanos en Cádiz propusieron que los ayuntamientos, como representantes de los vecinos, ejercieran competencias soberanas y autónomas frente al poder de los jefes políticos. Esto, con la finalidad de debilitar o eliminar el control político de los peninsulares en el ámbito municipal; y eran dos artículos los que al respecto se referían, el 310 y el 311. El primero ordenaba la instalación de ayuntamientos constitucionales en ’los pueblos que no le tengan y en que convenga haya, no pudiendo dejar de haberle en los que por sí o con su comarca lleguen a mil almas, y también se les señalará término correspondiente’ y en los lugares que por importancia política y económica se necesitara. El segundo indicaba que la formación de ayuntamientos estaría en proporción directa de su vecindario, entendiendo éste como su número de habitantes.

Finalmente, concluyeron los trabajos de las Cortes y el 19 de marzo de 1812 es promulgada la Constitución Política de la Monarquía Española, conocida también como la Constitución de Cádiz, la Constitución Gaditana o, vulgarmente, ’La Pepa’.

La Constitución de Cádiz en Texcoco por primera vez

El 8 de septiembre de 1812 la Constitución de Cádiz es ratificada en Nueva España, el 30 de septiembre el Virrey, Francisco Xavier Venegas, la promulga y jurada en la Ciudad de México; y el 29 de noviembre, con apego a ésta, se celebran elecciones en esta misma ciudad. Esta Constitución fue jurada también en las provincias del Virreinato y en las principales ciudades de éstas. En la ciudad de Texcoco debió haberse jurado la Constitución Gaditana, aunque se desconoce la fecha.

De acuerdo con Ortega (s.f.): ’Con arreglo a lo prevenido en la Constitución de Cádiz y Real Decreto de 23 de mayo de 1812 el Intendente de México promovió la fundación de los primeros 77 municipios en tierras de Nueva España… específicamente… en el ahora Valle de México’. Y dos párrafos antes, la autora anota:

’El año de 1812, se fundan los primeros 77 Ayuntamientos en el Valle de México,… esos municipios fuero: Coatepec, Coyoacán, Tacuba, Zumpango, Chalco, Teotihuacán, Ecatepec, Xochimilco, Mexicaltzingo (en el ahora D.F.), Otumba, Cuautitlán y Texcoco. Los otros 65, fueron ayuntamientos menores o que se segregaron de los doce primeros. (Fuente documentas: A.G.N. Caja Ayuntamientos 1812; Volumen 163).’

La misma autora continua: ’Por lo antes escrito… hemos certificado que el municipio de Texcoco, se funda el 23 de mayo de 1812’.

Paralelamente, Birrichaga (2003), sin poder precisar fechas porque la información es parcial o por no existir documentos, asienta que los primeros ayuntamientos gaditanos se crearon en los lugares que eran antiguas cabeceras, siendo estos: Texcoco, Purificación, Tezayuca (actual Tezoyuca), Atenco, Papalotla, Nexquipayac, Chiconcuac, Tlailotlacan, Chipiltepec, Cuanalá, Ocopulco, Acolman, Atlatongo, Xometla, Chiautla, Tlalticahuacán, Tepetlaoxtoc, Apipilhuasco, Coatlinchán, Cuautlalpan, Tepetitlán, Huexotla, San Bernardo, Calpulalpan, Ixtlahuacan y Cuaula.

Sin embargo, de acuerdo con esta última autora, Birrichaga (2003, 2005 y 2019), en aquel año de 1812 las disposiciones gaditanas respecto a pueblos y ayuntamientos no fueron aplicadas en Texcoco ni en los pueblos texcocanos por la presencia de partidarios de los insurgentes e imperar en la zona un escenario de guerra; por lo tanto, no fueron instalados ayuntamientos constitucionales y el Subdelegado prefirió mantener las prácticas electorales tradicionales.

Al carecer los realistas del suficiente ejército, decidieron que la defensa de las poblaciones recayera en sus habitantes mediante la construcción de fortificaciones, la construcción de zanjas y el establecimiento de milicias. Al respecto, Mario Durán, gobernador de Texcoco de 1812 a 1817 y capitán de lanceros de la ciudad, reportaba a la superioridad que ’grandes porciones de indios’ se ausentaban sin saber su paradero y que los restantes fueron destinados al trabajo de las fortificaciones de la ciudad y al servicio permanente del grupo de lanceros.

Efectivamente, con información de Coronel (2015) y de Ernesto Sánchez Sánchez, Coordinador del Proyecto ’Texcoco en el Tiempo’, se sabe que hay un documento realizado en 1815, cuyo título es Plan de la Ciudad de Tezcuco en su estado actual de defensa. Este plan seguramente fue formulado con la intención de establecer una unidad defensiva de la ciudad de Texcoco, ya que en esos años el Virreinato se encontraba librando batallas a causa de la Guerra de Independencia. En este documento se aprecia que la ciudad se encontraba fortificada, en todo su contorno, por una zanja de cuatro metros de ancho por tres de profundidad, que corría por las que son actualmente las calles de Miguel Negrete y Luis Mora, al norte; González Ortega y Dos de Marzo, al este; Emiliano Zapata o Palmas, al sur; y Josefa Ortiz de Domínguez, al oeste. Además, la ciudad contaba con una fortaleza y un mirador construido sobre un basamento prehispánico, al norte del sitio arqueológico conocido como ’Los Melones’, entre la actual avenida Juárez Sur y las calles Allende, Dos de Marzo y Abasolo.

Con respecto a los enfrentamientos armados, la mayoría se dieron en sitios alrededor de Texcoco o en comunidades cercanas a la ciudad. Solamente se tiene registro de que el 18 de marzo de 1812, hubo un encuentro entre insurgentes y realistas a las afueras de Texcoco por el rumbo de ’las Trincheras’. Este lugar se localiza actualmente por la Plaza Comercial ’La Morena’, al noreste de la ciudad.

Entre tanto, en Europa, el 11 de diciembre de 1813 se firma el Tratado de Valençay o Tratado de paz y amistad entre el Rey Fernando VII y Napoleón Bonaparte en la ciudad francesa del mismo nombre. Con este tratado el emperador Napoleón I ofrecía la paz y reconocía a Fernando VII como Rey de España. Este tratado fue ratificado un mes después en París. Sin embargo, cuando el duque de San Carlos llegó a Madrid con la intención de obtener la ratificación de la Regencia y las Cortes éstas lo rechazaron.

El 22 de marzo de 1814 Fernando VII fue liberado de su cautiverio en Bayona, regresa a España y retoma sus derechos como Rey de España. Ya en el trono, el 4 de mayo del mismo año, decreta la suspensión de la Constitución de Cádiz en todo el Reino y disuelve las Cortes para restaurar un sistema absolutista. Fue hasta el 11 de agosto de 1815 que se conoce en Nueva España la abrogación de la Constitución de Cádiz; y el 19 de agosto siguiente el Virrey Félix María Calleja restaura en Nueva España el régimen monárquico absolutista.

Esta Constitución tuvo una vigencia efímera y realmente no modificó la división territorial del Virreinato. En el ámbito político-electoral de los pueblos, se restablecieron las Repúblicas de Indios, con sus gobernadores, regidores y auxiliares.

Por su parte, los insurgentes se organizaban, políticamente hablando, y el 22 de octubre de 1814, en el Artículo 42 del Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, expedido en Apatzingán (en el hoy Estado de Michoacán), el territorio de la América Mexicana se dividió en 17 provincias, siendo la México una de ellas.

Levantamiento contra el absolutismo y sus consecuencias en Nueva España

El tiempo siguió su curso y los acontecimientos políticos se precipitan. Así, el primer día de enero de 1820 estalla en España un levantamiento capitaneado por el general Rafael del Riego en contra del absolutismo. Este levantamiento triunfa y el 7 de marzo del mismo año Fernando VII es obligado a restaurar la monarquía constitucional, esto es, los preceptos de la Constitución de Cádiz.

En ese mismo mes de marzo llegan a Nueva España las noticias del triunfo del levantamiento de Rafael del Riego y Antonio Quiroga. Entonces, simpatizantes del régimen absolutista empiezan a reunirse en el Oratorio de San Felipe Neri (el Templo de la Profesa) con el objetivo de impedir la divulgación de la reinstauración de la Constitución de Cádiz en la España Peninsular; y además con la idea de que el Virrey fuese designado como Gobernante de Nueva España. Sin embargo, en Veracruz, el Intendente José Dávila y los comerciantes establecidos juran la Constitución de Cádiz y la dan a conocer.

El 31 de mayo siguiente el Virrey Juan Ruiz de Apodaca, presionado por un levantamiento en Veracruz, se ve obligado a jurar la Constitución de Cádiz y ordena restablecer las diputaciones provinciales, que cuatro meses después impulsaron las nuevas instituciones establecidas por las Cortes. Para el caso que nos atiende, se reestablecen los ayuntamientos constitucionales, los cuales debía integrarse con alcaldes, regidores y un procurador síndico. De esta forma, el Virreinato se convirtió en Provincia y el Virrey se convirtió en Jefe Político Superior de Nueva España.

La Constitución de Cádiz en Texcoco por segunda vez

En este tenor, el 5 de junio de 1820, Antonio de Elías Sáenz, Subdelegado del Partido de Texcoco, preside y jura la Constitución Política de la Monarquía Española (la Constitución de Cádiz) en la ciudad de Texcoco. Esta Constitución abrió paso a la transformación de las Repúblicas de Indios en ayuntamientos constitucionales. Cuatro días después, en toda Nueva España, se hace oficial la Proclamación de la Constitución de Cádiz.

El siguiente paso fue la orden del Virrey a los subdelegados para que, confirmado al número de habitante (mil más uno o más), instalaran los ayuntamientos. Las Diputaciones Provinciales fueron las instancias encargadas de sancionar el establecimiento de ayuntamientos, de disponer de los fondos públicos de los pueblos y de distribuir los terrenos baldíos dentro de sus jurisdicciones; pero antes de autorizar su creación, solicitaban informes a las autoridades militares o administrativas para establecer los límites de los pueblos ’con explicación de distancias y de vientos, calidades de colindantes, ya fueren pueblos, ranchos o haciendas, y ayuntamientos a que tocan’.

A partir del juramento de la Constitución de Cádiz, los pueblos integrantes de la Parcialidad de Texcoco (Subdelegación de Texcoco) dirigieron sus solicitudes para formar ayuntamientos directamente a la Diputación Provincial. De esta forma, entre los meses de julio de 1820 y abril de 1821, presentaron sus solicitudes los pueblos de La Purificación, Papalotla, Chiconcuac, Santa María Nativitas, Cuanalá, Atenco, Apipilhuasco, Tezayuca (actual Tezoyuca) y Tlailotlacan.

Otros ayuntamientos que se crearon en ese mismo periodo, en el Valle de México y alrededores, fueron: San Diego, Coatlinchán, Cuautlalpan, Chicoloapan, Coatepec, Ixtapaluca, Nexquipayac, Chiautla, Tequisistlán, Oxtotipac, Otumba, Tepetlaoxtoc, Axapusco, Chipiltepec y Calpulalpan, entre otros más. Algunos mantuvieron esta calidad y otros la perdieron y se adhirieron a otros municipios.

En ese escenario, Texcoco, además de haber perdido los privilegios otorgados por la Corona Española, pues ya no sería el eje rector de la vida política de sus parcialidades, fue perdiendo el control administrativo y territorial de estas poblaciones. Y, precisamente, fueron sus parcialidades las promotoras de la segregación de pueblos de su cabecera.

En esa misma dinámica de conformar ayuntamientos, en las elecciones de 1820 del ayuntamiento de Texcoco, su cabildo estuvo integrado tanto por representantes indígenas como por criollos y españoles peninsulares (Cuadro 1), lo que indica que no había conflictos raciales entre ellos. El verdadero factor de división era el económico.

Cuadro 1. Integrantes del ayuntamiento de Texcoco en 1820.
Nombre Cargo en el ayuntamiento Ocupación Calidad
Manuel Vivanco Alcalde de 1ª elección Administrador de hacienda Criollo
José Gabriel Garrido Alcalde de 2ª elección Comerciante Criollo
Miguel Cuevas Regidor Comerciante Criollo
Antonio Carrillo Regidor Ex gobernador (1819) Indígena
Gaspar Vicario Regidor Ex gobernador (1818) Indígena
Mariano Durán Regidor Ex gobernador (1812-1817) Indígena
Miguel Arteaga Regidor -------- Criollo
Miguel Eguilar Regidor Comerciante Español peninsular
Vicente Pontones Regidor Comerciante Español peninsular
Fuente: Birrichaga, 2003, 2005 y 2019. Elaborado con información de: Archivo de Notarias de Texcoco, Archivo de Notarias del Estado de México, Protocolos de 24 de abril de 1819, 6 de octubre de 1819 y 21 de octubre de 1820; Archivo General de la Nación, Archivo Histórico de Hacienda, vol. 397, exp. 3; Archivo Histórico del Estado de México, Fondo Gobernación, Serie Gobernación, vol. 9, exp. 10; Archivo Municipal de Texcoco, caja 1, Ramo Industria y Comercio, leg. 27, año 1810., 4 fs.

TEXCOCO EN EL MÉXICO INDEPENDIENTE

Fin de la Guerra de Independencia y el Primer Imperio Mexicano

Los conspiradores de la Profesa se apoderan del movimiento independentista y el 10 de febrero de 1821 acontece el ’Abrazo de Acatempan’ entre el general insurgente Vicente Guerrero y el coronel realista Agustín de Iturbide. Hay acuerdos y éstos se asientan en el Plan de Iguala, firmado el 24 de febrero siguiente. En este Plan se proclama la independencia y se conviene adoptar un gobierno monárquico constitucional, que ocuparía Fernando VII o algún otro príncipe español o de casa reinante.

Posteriormente, se integra el Ejército Trigarante, que entra a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821. Pero antes, Iturbide designó a 38 personalidades para integrar una Junta Provisional Gubernativa, que se instaló el 28 de septiembre para principiar con el cumplimiento al Plan de Iguala. Esta Junta redactó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano, de fecha 28 de septiembre de 1821, que fue publicada hasta el 13 de octubre del mismo año; así mismo, fue la responsable de redactar la Ley de Bases para convocatoria para el Congreso Constituyente Mexicano, publicada el 17 de noviembre de 1821. En esta convocatoria se citan 21 provincias, siendo una de éstas la Provincia de México.

Al año siguiente, el 18 de mayo de 1822 hay un motín e Iturbide es proclamado emperador de México. Al día siguiente, el Congreso Constituyente, con 67 votos a favor de los diputados iturbidistas, 15 en contra y 74 abstenciones de los opositores, Iturbide es proclamado emperador como Agustín I; y fue coronado el día 21 de julio siguiente. Más su reinado fue efímero, el 19 de marzo de 1823 es obligado a abdicar y luego es desterrado de México.

Creación del Estado de México

Desterrado Iturbide de México, el Congreso Constituyente emite el 17 de junio de 1823 la Ley de Bases para las Elecciones de Nuevo Congreso, con la que se convoca a las mismas provincias consignadas en la Ley anterior.

Esta última Ley se daba en un escenario en donde se corría el riesgo de crear una república confederada en donde los estados tienen autonomía absoluta con la posibilidad de independizarse y convertirse en repúblicas, como ocurrió en Centroamérica con Guatemala, El Salvador, Nicaragua Honduras y Costa Rica, en lugar de una república federada. Por lo tanto, urgía crear los estados siguiendo un modelo estadounidense para que no se desintegrara el territorio heredado del Virreinato.

Para el 14 de noviembre de 1823, era ya apremiante tener el proyecto de creación de los Estados Unidos Mexicanos, pero no podía haber una federación sin antes no estar constituidos los estados, por lo tanto, en 1823 se nombran, fundan y erigen los primeros once estados libres y soberanos de México; el 20 de diciembre: Guanajuato y Estado de México; 21 de diciembre: Oaxaca y Puebla; 22 de diciembre: Michoacán, San Luis Potosí y Veracruz; y 23 de diciembre: Jalisco, Querétaro, Yucatán y Zacatecas.

Además de la definición de los estados de la federación, el 18 de noviembre de 1824, el Congreso Constituyente de los Estados Unidos Mexicanos, decretó que la Residencia de los Supremos Poderes de la Federación sería la Ciudad de México, definiéndolo como ’Distrito Federal’. Con este Decreto se segregó una parte del territorio de la Ciudad de México, capital del Estado, al decretar que el Distrito de la Residencia de los Supremos Podres, comprendería un círculo cuyo centro sería la Plaza Mayor con un radio de dos leguas (8 kilómetros aproximadamente), o sea un diámetro de 16 kilómetros. Esta fue, pues, la primera segregación del Estado de México.

El 22 de noviembre del mismo año, Miguel Ramos Arizpe dio a conocer el Acta Constitutiva de la Federación; y el 31 de enero de 1824 se expide y aprueba por el primer Congreso Constituyente de México. De tal forma fue que al expedirse esta Acta en su Artículo 7° se incluyeron todavía provincias, territorios y partidos de origen virreinal:

Art. 7°. Los Estados de la federación son por ahora los siguientes: el de Guanajuato; el interno de Occidente, compuesto de las provincias de Sonora y Sinaloa; el interno de Oriente, compuesto de las provincias de Coahuila, Nuevo León y los Tejas; el interno del Norte, compuesto de las provincias de Chihuahua, Durando y Nuevo México; el de México; el de Michoacán; el de Oajaca; el de Puebla de los Ángeles; el de Querétaro; el de Sal Luis Potosí; el de Nuevo Santander, que se llamará de las Tamaulipas; el de Tabasco; el de Tlaxcala; el de Veracruz; el de Xalisco; el de Yucatán; el de Zacatecas. Las Californias y el partido de Colima (sin el pueblo de Tonila, que seguirá unido a Xalisco) serán por ahora los territorios de la federación, sujetos inmediatamente a los supremos poderes de ella. Los partidos y pueblos que componían la provincia de Guazacualco volverán a las que antes han pertenecido. La Laguna de Términos corresponderá al Estado de Yucatán.

Fue en 1824 que algunas provincias y territorios fueron adquiriendo la calidad de estados: 10 de enero, Sonora; 7 de febrero, Tabasco y Tamaulipas; 7 de mayo, Nuevo León y Coahuila; 22 de mayo, Durango; 6 de julio Chihuahua; y 14 de septiembre, Chiapas.

Poco más de un mes después, el 2 de marzo de 1824, en el Salón de Juntas del Ayuntamiento de la Ciudad de México, se instaló el primer Congreso Constituyente del Estado de México (el Congreso Local). Ese día, los diputados, soslayando el 20 de diciembre de 1823, convinieron declarar al 2 de marzo del 24 como la fecha oficial de la creación de esta entidad federativa. Siendo así, la Ciudad de México fue la primera capital del Estado de México.

Texcoco, efímera capital del Estado de México

Erigido el Estado de México e integrado el primer Congreso Constituyente de la entidad, el mismo 2 de marzo de 1824 expide en Decreto No. 1 en el que se dispone que entretanto se organice el gobierno provisional estatal y se nombre gobernador, continuará el general Melchor Múzquiz como Jefe Político de la entidad. Ese mismo día el Congreso Local eligió al general Manuel Gómez Pedraza como gobernador del Estado, a Melchor Múzquiz como Teniente del mismo y a otras personalidades para consejeros. Pero como el General Gómez Pedraza no ejerció el cargo Múzquiz de facto fue nombrado primer gobernador del Estado de México.

El 6 de agosto de 1824 el Congreso Local, mediante el Decreto No. 8 expide la Ley Orgánica para el Arreglo del Gobierno Interior del Estado. En el Artículo 36 de ésta, el territorio estatal se divide en ocho distritos, siendo el IV el de México, con los siguientes partidos: Chalco, Cuautepec, Coyoacán, Cuautitlán, Ecatepec, Mexicalcingo, México, Tacuba, Teotihuacán, Texcoco, Xochimilco y Zumpango.

A nivel nacional, el 3 de octubre de 1824, el Congreso de la Unión aprueba y expide la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos, al día siguiente es sancionada y el día 8 del mismo mes es juramentada por el presidente y el vicepresidente del Supremo Poder Ejecutivo. Esta Constitución reemplazó al Acta Constitutiva de la Federación.

De vuelta en el Estado de México, el 8 de abril de 1825, el Congreso Local expide el Decreto No. 41, mediante el cual organiza los partidos de la entidad. En el Artículo 4° de este Decreto al Partido de Texcoco se le agregan los pueblos de Chimalhuacán y San Vicente Chicoloapan, que pertenecían al Partido de Chalco.

El 4 de enero de 1827, el Congreso Local expide el Decreto No. 84, en el que se dispone que a partir del 1 de febrero debían estar en la ciudad de Texcoco, la cual había sido designada residencia de los Poderes del Estado, el Congreso, el Gobernador y su consejo, el Tribunal Superior de Justicia, la Audiencia, la Tesorería y la Contaduría General, con sus respectivas oficinas. El 29 de enero de 1827 la Legislatura Local celebró su última sesión en la Ciudad de México, pero los Poderes del Estado continuaron residiendo en esta ciudad hasta el 14 de febrero del mismo año.

Ya en Texcoco, ese mismo día, el Congreso Constituyente del Estado de México, sanciona en el templo de San Juan de Dios la primera Constitución Política del Estado de México, la cual fue publicada el día 26 del mismo mes. En el Artículo 5° de esta Constitución se declara a la ciudad de Texcoco como Cabecera del Distrito de México y Residencia de los Supremos Poderes del Estado, constituyéndose así en la segunda capital de la entidad.

Antes, alrededor de dos años atrás, en Texcoco ya veían sus habitantes que había altas posibilidades de que su ciudad fuera la capital del Estado de México. En 1825, en las elecciones en la ciudad de Texcoco, se enfrentaron dos facciones políticas: los ’liberales’ o ’americanos’, de pensamiento progresista; y los ’gachupines’, que reunía a la mayoría de los españoles radicados en Texcoco. Ambos grupos políticos estaban integrados por comerciantes y propietarios de fincas (de haciendas); y tenían gran interés por controlar el ayuntamiento. Los indios, que hasta 1820 habían controlado el gobierno local, ya habían sido desplazados.

El grupo de los liberales era dirigido por Mariano Campos, quien en 1825 era el alcalde en funciones. Sus principales adherentes eran Francisco Posada, Manuel Montero, José Cruz Balcázar, Basilio Garrido, José Luis González y Rafael Labastida. El grupo de los gachupines era liderado por Antonio Arce, Subprefecto del Partido; y sus seguidores eran Nicolás Campero, Vicente Pontones, Ignacio Peñarroja, Ignacio Eguilas, Benito Díaz y Manuel Vivanco.

En la primera elección de autoridades para el ayuntamiento fueron nombrados más integrantes de los liberales (Cuadro 2), lo que les causó molestias a los gachupines, por lo que solicitador la anulación de las designaciones de Manuel Montero y de José Cruz Balcázar, argumentando que el primero no contaba con capital y el segundo no cumplía el tiempo de residencia en el pueblo estipulado por la ley. En una segunda elección ambos fueron removidos de sus cargos y se logró un equilibrio.

Al año siguiente, 1827, el ayuntamiento de Texcoco quedó integrado por los alcaldes José Mariano Camacho y José Cruz Balcázar; los regidores Marcelo Buendía, Mariano Aveleira, Vicente Anaya, Ignacio Vera, Juan Solórzano, Miguel Arteaga, Manuel Montero y Cruz Jordán; e Ignacio Eguilas como Síndico Procurador.

Ser la capital de la entidad causó un enorme entusiasmo en los ciudadanos de Texcoco, principalmente entre los comerciantes. El alcalde, por ejemplo, ofreció todas las facilidades para la instalación de los Poderes, se empezaron a establecer 14 finas, los comercios se incrementaron, arribaron artesanos, todo se puso en movimiento. Empero, cuando la ciudadanía se enteró de los rumores del cambio de la capital del Estado a San Agustín de la Cuevas o Toluca, se paralizaron las construcciones y el comercio decayó. El ayuntamiento, por su parte, ante esa posibilidad de salida de los poderes de la ciudad de Texcoco, solicitó se cumpliera con el mandato de los legisladores de fomentar la industria y el comercio en la ciudad y la zona.

Pese a estas inconformidades, por medio de un acto informal, los diputados del Congreso Local, en sesión del 28 de abril de 1827, acuerdan trasladar provisionalmente los Supremos Poderes del Estado al pueblo de San Agustín de las Cuevas. Y para esto, expiden la Circular No. 72 de fecha 28 de mayo de 1827, que debió haber sido un decreto. En el Artículo 1 de esa circular se declara ese cambio de lugar; y el 15 de junio de 1827, la capital del Estado se trasladó a San Agustín.

Cuadro 2. Elecciones de ayuntamiento de Texcoco en 1826.
Cargo 1ª. elección Oficio 2ª. elección Oficio
1er alcalde Manuel Montero Empelado Juan Antonio Manrique Comerciante
2° alcalde José Cruz Balcázar Empleado José Herrera Comerciante
1er regidor Basilio Garrido Comerciante Basilio Garrido Comerciante
2° regidor Juan Antonio Manrique Comerciante Mariano Aveleira Comerciante
3er regidos José Uribe Comerciante José Uribe Comerciante
4° regidos Martín Montes de Oca Propietario de finca Martín Montes de Oca Propietario de finca
5° regidor Juan José Martínez Comerciante Juan José Martínez Comerciante
6° regidor José María Sánchez --- José María Sánchez ---
7° regidos José Mariano Romero --- José Mariano Romero ---
8° regidor José Luis González --- José Luis González ---
Síndico procurador Francisco Posada Comerciante Francisco Posada Comerciante
Fuente: Birrichaga, 2003, 2005 y 2019. Elaborado con información de: Archivo Municipal de Texcoco, Fondo Independencia, Sección Presidencia, Serie Elecciones, caja 1, año 1825, acta de elecciones del Ayuntamiento de Texcoco, 13 de noviembre de 1825; Archivo Municipal de Texcoco, Fondo Independencia, Sección Presidencia, Serie Elecciones, caja 1, año 1825, anulación del nombramiento de tres regidores del Ayuntamiento de Texcoco, 3 de febrero de 1826.

El mismo 28 de abril de 1827, el Ayuntamiento de la ciudad de Texcoco le pidió al Poder Legislativo ’que no aprobara ningún acuerdo’ sobre el cambio de capital del Estado, exponiendo ’los perjuicios acarreados a Texcoco con el traslado de los poderes del Estado a otra ciudad’. Esta petición fue firmada por ’José María Camacho, José Cruz Balcásar, Marcelo Buendía, Mariano Aveleira, Juan Solórzano, Miguel Arteaga, Manuel Montero, Cruz Jardón, Ignacio Esquilas y Ángel Ramírez’ (Contla, 1994).

A pesar del cambio de la capital y lo que esto implicaba económicamente, las pugnas entre grupos políticos locales continuaban. El Decreto número 106, del 19 de abril de 1827, favoreció a los ’liberales’, ya que disponía que ’ningún español podrá tener empleo o cargo de gobierno en el Estado de México’.

Finalmente, la ciudad de Texcoco perdió la categoría de capital del Estado. Los comerciantes ’liberales’ siguieron conservando el control del ayuntamiento; y la lucha entre los dos grupos políticos terminó con la expulsión del país de algunos ’gachupines’ cuando el 20 de diciembre de 1827 se decretó la expulsión de españoles de México, con varias excepciones, una de ellas era demostrar su adhesión al sistema republicano.

En Texcoco, los enemigos de los ’gachupines’ presentaron denuncias contra varios de ellos y fueron expulsados, lo que dejó espacios políticos libres. Empero, algunos españoles como Nicolás Campero, Vicente Pontones, Ignacio Peñarroja y Manuel Vivanco lograron quedarse en México, pero no volvieron a participar en la vida política de Texcoco.

Ya estando los Poderes en San Agustín de la Cuevas, mediante el Decreto No. 68, de fecha 25 de septiembre de 1827, se le conceden a ese pueblo la calidad de ciudad, con la denominación de Tlalpan, hoy una alcaldía de la Ciudad de México.

El 5 de julio de 1830 el Congreso Local expidió el Decretó No. 126, que en su Artículo 1° ordenaba que ’El Congreso Constitucional se instalará el 15 de agosto en la ciudad de Toluca’. El 12 de julio inmediato, se expidió el Decreto No. 130 en el que se ordenaba que el Congreso, el Gobierno, los Tribunales y oficinas del Estado empezaran a ejercer sus funciones en la ciudad de Toluca a partir del 24 de julio. El último decreto expedido en Tlalpan fue el número 131 del 17 de julio de 1830; aunque de facto Toluca se convirtió en la capital del Estado de México dese el día 12 del mismo mes.

Posteriormente, debido a la informalidad de la Circular No. 72, que derivó en el traslado de los poderes estatales de Texcoco a san Agustín; y, además, para resolver las controversias alrededor del Artículo 5° de la Constitución del Estado, el Congreso Estatal, después de deliberaciones, expidió el Decreto No. 200, de fecha 16 de octubre de 1830, con el que ratifica las reformas a ese artículo y declara a Toluca residencia de los Supremos Poderes.

Texcoco en el Plan de Jalapa

Dos años atrás, se llevaron a cabo elecciones para elegir al presidente de México. Para ello, las logias yorkinas se dividieron en dos bandos: Los aristócratas, que postularon al general Manuel Gómez Pedraza; y los del pueblo, que postularon a Vicente Guerrero. Quien obtuvo más votos fue Gómez Pedraza; pero los partidarios de Guerrero protestaron y se levantaron en armas en la fortaleza de Perote, Veracruz, respaldados por el Plan de Perote o de la Nulidad de la elección de Gómez Pedraza; así como por el ’Motín de la Acordada’, en donde el ejército asedió al Congreso. Gómez Pedraza, al saber de los levantamientos en su contra renunció a la presidencia y se autoexilió. Entonces, el 4 de abril de 1829, el Congreso de la Unión nombró presidente a Vicente Guerrero y vicepresidente al general Anastasio Bustamante (alto jefe de la masonería escocesa) para el cuatrienio que debió haber sido del 1° de abril de 1829 al 31 de marzo de 1833.

El 26 de julio de 1829, ocurre la invasión de Isidro Barradas cerca de Tampico, con la que España pretendía recuperar México. Entonces, los generales Antonio López de Santa Anna y Manuel Mier y Terán lo enfrentan y finalmente el 9 de septiembre del mismo año lo obligan a reembarcarse a Cuba. Esta intentona hizo que el gobierno mexicano tuviera tropas en Jalapa y Campeche, llamadas ’Ejército de Reserva’, en previsión de nuevas tentativas de los españoles.

El 6 de noviembre de 1829 la Guarnición de Campeche se pronunció por una república centralista. Por otra parte, Guerrero ordenó el reemplazo de mando del Batallón Toluca en la ciudad de Jalapa; y el 24 de noviembre, este batallón se amotina creyendo erróneamente que el cambio de mando se debía a un giro en la política de Guerrero para imponer el centralismo en la República. El 4 de diciembre, con el pretexto del pronunciamiento centralista de Campeche y del motín del Ejército de Reserva en Jalapa, el general Melchor Múzquiz y el coronel José Antonio Facio, en acuerdo con Bustamante y las guarniciones levantadas, pronuncian el Plan de Jalapa, mediante el cual se pedía suprimir las facultades extraordinarias otorgadas a Vicente Guerrero por la incursión de Barradas; y se invitaba al vicepresidente Bustamante y a López de Santa Anna a ponerse a la cabeza de los conjurados, entre otros puntos.

Estando ya Bustamante al mando, para desconocer la legitimidad del gobierno de Guerrero, se empezó a desacreditarlo recordando el Motín de la Acordada. Por su parte, Santa Anna aceptó inicialmente el Plan, pero al percatarse de que era un ardid para destituir a Guerrero, rechazó la oferta. No obstante, varias guarniciones se fueron adhiriendo a este Plan.

Pero no únicamente fue el ejército el que se iba adhiriendo al Plan de Jalapa, también lo hacían las autoridades civiles. Por ejemplo, en enero de 1830 el cabildo de Texcoco se pronunció a favor de dicho Plan; y manteniendo sus protestas por el traslado de la capital del Estado a Tlalpan, en uno de los puntos del acta de adhesión se argumentaba que Texcoco sufrió ’la infracción del congreso que destrozó el artículo 5° de la constitución arrancó de esta ciudad a los supremos poderes causándole los males que hasta hoy resiente’ (Tomado de Birrichaga, 2003; a su vez de: Biblioteca del Congreso del Estado de México, SE, exp. 143, 1830, tomo 58: acta de adhesión del ayuntamiento de Texcoco al Plan de Jalapa. Texcoco, 18 de febrero de 1830).

Volviendo al ámbito nacional, Guerrero entonces solicita permiso al Congreso para ponerse al frente de las tropas que combatirían a los rebeldes del Plan de Jalapa; y a pesar de la oposición sale a enfrentarlos. Se nombra entonces a José María de Bocanegra como presidente interino. Pero el 22 de diciembre la guarnición de la Ciudad de México se pronunció en contra de Bocanegra y a favor del Plan de Jalapa, enseguida toman la Plaza de La Ciudadela y se dirigen al Palacio Nacional.

De inmediato se formó una Junta Provisional y el 1° de enero de 1830, Anastasio Bustamante, en calidad de vicepresidente, se hace cargo del Poder Ejecutivo y nombra un gabinete conservador y centralista. Los militares, con el objeto de legitimar la usurpación de Bustamante, presionan al Legislativo y el 18 de enero el Senado acordó declarar a Guerrero imposibilitado ’moralmente’ para gobernar la República. Empero, el 4 de febrero, la Camada de Diputados solamente lo declaró ’imposibilitado.

Vicente Guerrero, traicionado, se dirigió a Tixtla; sin embargo, empezó a haber muestras de simpatía hacia él. El gobernador de Michoacán le proporcionó tropas; el 11 de marzo de 1830 fue proclamado el Plan de Codallos y cinco días después, Juan Álvarez, lo secundó, iniciándose así la Guerra del Sur.

La guerra en el sur se complicaba, los problemas políticos por la inconformidad de la destitución presidencial se extendieron a varios estados de la República y Bustamante consideró que para acabar con Guerrero había que eliminarlo. Así, el 14 de enero de 1831, en Acapulco, con la complicidad del Picaluga, marino y mercenario genovés, fue engañado, apresado y luego llevado al pueblo de Cuilápam, en el hoy Estado de Oaxaca, y fusilado ahí el 14 de febrero del mismo año. La guerra finalizó hasta el mes de octubre de 1831 con el triunfo de los adeptos a Bustamante.

Texcoco rumbo al Centralismo

El general Anastasio Bustamante gobernó hasta 1832, cuando a principios de ese año los generales Landeros y López de Santa Anna se sublevan en Veracruz contra su gobierno. Bustamante salió entonces a combatirlos y nombra como presidente interino a Melchor Múzquiz. Bustamante no logra derrotar a los sublevados y él y Múzquiz se vieron obligados a firmar los Convenios de Zavaleta, en donde se estipulaba que se le entregara el poder al general Manuel Gómez Pedraza.

Gómez Pedraza, entre otros compromisos, convocó a elecciones para el periodo presidencial de 1833 a 1835. En esas elecciones resultaron ganadores Antonio López de Santa Anna como presidente y Valentín Gómez Farías como vicepresidente. Estos personajes gobernaron durante un periodo muy convulso en la historia de México, sus gobiernos fueron intermitentes y contradictorios: Gómez Farías, liberal y progresista; y Santa Anna, conservador y centralista. Finalmente, Santa Anna se declara abiertamente a favor del establecimiento de un régimen centralista y aprueba la modificación de la Constitución de 1824.

Entretanto, en el Estado de México, el Congreso Local expedía el Decreto No. 309, de fecha 20 de mayo de 1833, con el que se determinaba dividir las prefecturas de México, Taxco y Acapulco, en distritos. En el Artículo No. 1 de este decreto la Prefectura de México se dividía en dos distritos: el Distrito del Este de México y el Distrito del Oeste de México. El primero se compondría de los Partidos de Texcoco, Chalco y Teotihuacán; y el segundo de Tlalnepantla, Tlalpan, Zumpango y Cuautitlán. Siendo las cabeceras de las prefecturas: Texcoco la del primero y Tlalnepantla la del segundo.

Además, para solucionar una indecisión (cierta confusión) en cuanto a su organización interna arrastrada desde 1824, cuando el 6 de agosto de ese año se expidió el Decreto No.18 que dio lugar a las llamadas prefecturas, distritos y partidos; y en cumplimiento de la obligación novena del Artículo 135 de la Constitución Política del Estado de México de 1827, en 1834, refiriéndose al año inmediato anterior, se publicó el Estado que manifiestan las Prefecturas o Distritos del Estado, sus partidos, Poblaciones donde hay Ayuntamientos y en las que no hay, con expresión de la municipalidad a la que pertenecen…

Esta división fue de las más completas de esos años; y es importante porque confirma en dónde ya había ayuntamientos en ese tiempo, y sugiere que ya eran municipios. Así, en la Prefectura del Este de México, con Cabecera de Partido en Texcoco, se muestra los pueblos ’donde hay ayuntamientos: Texcoco, Atenco, Chautla (actual Chiuatla), Acolman, S. Vicente Chicoloapan, Calpulalpan, Papalotla, Tepetlaoxtoc, Chalco, Tlalmanalco, Tetelopa, Tlayacopa, Amecameca, Juchi, Tenango, Tepopula, Ayutzingo, Tláhuac, Ixtapaluca, Teotihuacán, Otumba, Ajapusco, Temascalapa, Sn. Cristóbal Ecatepec, Tecamac’.

Con respecto a Texcoco, como Cabecera de Partido, en ese listado se define que los pueblos que pertenecen a la ciudad de Texcoco, en donde no hay ayuntamiento, son: Pentecostés, Santa Inés y Tlailotlacan.

Sólo dos años duró esa definición territorial del Estado de México. Y es que mientras Santa Anna continuaba la guerra contra los tejanos, designó como nuevo presidente interino a José Justo Corro, quien el 30 de diciembre de 1836, promulgó el Código de las Siete Leyes Constitucionales que establecía definitivamente el Régimen Centralitas de la Nación.

La 6ª. Ley Constitucional establecía la división del territorio de la República en Departamentos (ya no en Estados) cuyos gobernadores serían nombrados por el Poder Central, que serían asistidos por ’Juntas Departamentales’, ya que se eliminaban los poderes legislativos estatales. De esta forma se rompía el Pacto Federal acabando con la soberanía de los estados.

Respecto a la división del territorio y gobierno interno de sus pueblos, fue en los artículos 1 y 2 de estas Siete Leyes donde se ordenó que la República se dividiera en Departamentos y éstos en Distritos, los que a su vez formarían los Partidos. En el caso del ahora Departamento de México, la 8ª Base Orgánica, independiente de las Siete Leyes, le agregó el Territorio de Tlaxcala y el Distrito Federal también quedó incorporado al mismo.

Internamente, la ’Ecsma.’ Junta Departamental de México, con base en el Artículo 3° de la 6ª Ley, expidió un Decreto de fecha 23 de diciembre de 1837, con 21 artículos. En el 4° se determinó que el Departamento se dividiera en 13 Distritos, siendo Texcoco uno de ellos; y en el 13°, en el Distrito de Texcoco se definió que su cabecera fuera la ciudad de Texcoco, además, dividido este Distrito en tres partidos: Texcoco, Chalco y Teotihuacán.

Texcoco en la Invasión Estadounidense

En el periodo comprendido de 1835 a 1847 la situación política en México era caótica, imperaban la inestabilidad política, las traiciones eran frecuentes y hubo dos invasiones extranjeras. Fueron años de guerras intestinas entre centralistas y federalistas que aprovecharon franceses y estadounidenses. En ese periodo, alternando el poder con Santa Anna, hubo hasta una docena de presidentes y/o encargados del Poder Ejecutivo.

El 28 de septiembre de 1841 se firmaron las Bases de Tacubaya o Plan de Tacubaya. Se integró entonces un nuevo Congreso Constituyente y desapareció el gobierno emanado de las Siete Leyes. En 1842 se discutió un proyecto de nueva Constitución, pero por el Plan de Huexotzingo se disolvió el Congreso y se creó una Junta, la cual el 2 de enero de 1843 expidió las Bases de la Organización Política de la República Mexicana, que el 13 de junio del mismo año entraron en vigor.

Tres años después, el 22 de agosto de 1846, el general José Mariano Salas, en ejercicio de Supremo Poder Ejecutivo, expidió un decreto que en su Artículo 1 prevenía que mientras se publicara una nueva Constitución, regiría la de 1824. En su Artículo 2 se declaraba que las Asambleas Departamentales cesarían en el ejercicio de sus funciones; y en el Artículo 3, se autorizaba la continuación de los gobernadores existentes substituyéndose el uso de la denominación de Departamentos por la de Estados. La división política del Territorio Mexicano volvió entonces a comprender todos los estados de la Federación. Con respecto al de México, se reestableció el Distrito Federal y el Territorio de Tlaxcala se desligó de esta última Entidad.

Meses antes, el 25 de abril de 1846 inician las hostilidades entre el ejército mexicano y el estadounidense; comienza así la que se conocería en la historia de México como la ’Guerra de Intervención Norteamericana del 47’.

En 1846, ya en plena guerra, fue derrocada la república centralista y se restableció el federalismo. Santa Anna regresa de un exilio en Cuba y ocupa nuevamente la presidencia de México; y como vicepresidente nombra a Valentín Gómez Farías, quien se hizo cargo de la presidencia mientras Santa Anna combatía a los invasores norteamericanos.

Gómez Farías, con la intención de recabar fondos para financiar la defensa contra el invasor expidió las llamadas Leyes de Manos Muertas del 11 de enero y 4 de febrero de 1847, que despojaban a la Iglesia Católica de sus propiedades. Ante esto, el alto clero y el sector conservador del ejercito reaccionaron; y cuando Gómez Farías ordenó la movilización de la Guardia Nacional a Veracruz para defender la plaza contra los estadounidenses, el 27 de febrero, el general Matías de la Peña Barragán se pronunció en su contra, autonombrándose ’Jefe del Ejército Salvador de la Independencia y la Libertad’. Por lo tanto, ese sector del ejército necesario en Veracruz no entró en combate contra los norteamericanos y se convirtió la Ciudad de México en un campo de batalla entre defensores del Congreso y los sublevados, que culminó el 21 de marzo de ese mismo año cuando Santa Anna retornó de San Luis Potosí y se pone del lado de los conservadores destituyendo a Gómez Farías.

México era un caos político y los norteamericanos aprovecharon esa situación. Veracruz fue tomada sin dificultades y Santa Anna fue derrotado fácilmente en Cerro Gordo. Siendo así y ya ocupado el puerto de Veracruz, el ejército norteamericano se dirigió al Centro del País.

Entretanto, en el Estado de México, al saber el gobernador, Francisco Modesto Olaguíbel, del pronunciamiento de la Guardia Nacional en la Ciudad de México ofreció auxilio al Gobierno Federal y cualquier población del Estado para que sirviera de asilo a los Supremos Poderes. Había también sublevados en la entidad y Olaguíbel salió a enfrentarlos, dejando el poder en manos del Teniente-Gobernador Pérez y Fernández.

Olaguíbel marchó a Tlalnepantla el 17 de marzo; y el 19 por la mañana ocupó Texcoco, reestableciendo a las autoridades legítimas y apresando a los que habían usurpado los empleos civiles y militares. Finalmente, la paz se reestableció y en abril auxilió al Gobierno Federal con treinta mil pesos para el ejército que combatía en Veracruz. En ese mismo mes ordenó a las autoridades de los Distritos que levantaran tres mil hombres sobre las armas y los situaran en Texcoco a disposición del Ministerio de Guerra. Además, mandó organizar en todos los Distritos Juntas Patrióticas encargadas de recabar recursos, reunir armas, reclutar soldados y elevar el espíritu del pueblo.

Finalmente, los invasores norteamericanos llegaron al Centro de México; y el 11 de agosto a las doce del día, el general Valencia, al mando del Ejército del Norte, ocupó Texcoco con el fin de amagar el flanco derecho y retaguardia del enemigo, siempre que éste atacara el reducto fortificado del Peñón. Pero como el enemigo no atacó por ese lado, sino por el sureste, Valencia se dirigió a Chalco, después a Tlalpan, a la Villa de Guadalupe y a San Ángel.

El resto es historia: El 18 de agosto Scott ordena un ataque en Padierna; el mismo día de la derrota de Padierna, 20 de agosto, cae el Convento de Churubusco. Hay un corto armisticio y negociaciones en las que los estadounidenses hacer peticiones inaceptables y se reanudan las hostilidades. El 8 de septiembre los norteamericanos toman el Molino del Rey; el 13 de del mismo mes toman el Castillo de Chapultepec y la Ciudad de México es ocupada al día siguiente. Finalmente, el 2 de febrero de 1848 se firmó en Guadalupe Hidalgo el Tratado de Paz, Amistad y Límites. Se perdió poco más de la mitad del territorio Nacional.

Texcoco y el Plan de Ayutla

Firmada la paz y terminada la invasión estadounidense, en el ámbito estatal, el 23 de junio de 1848, se renueva totalmente la Legislatura del Estado de México con base en la Ley Electoral dada en la ciudad de Texcoco el 14 de febrero de 1827. Al año siguiente, el Presidente de la República, José Joaquín Herrera, mediante el Decreto No. 3253, del 5 de febrero de 1849, crea el Estado de Guerrero a partir de territorio mexiquense; y el 30 de mayo del mismo año, por medio del Decreto No. 30, el Congreso Local del Estado de México ratifica la erección de esa nueva entidad federativa.

A nivel nacional, a pesar de la derrota y la pérdida de territorio, las pugnas entre liberales (federalistas) y conservadores (centralistas) continuaron. De 1847 a 1853 hubo hasta siete personalidades al frente del Poder Ejecutivo entre presidentes y encargados; hasta que el 17 de marzo de 1853 Santa Anna, gracias al Plan del Hospicio, regresando de un destierro y asume por onceava ocasión la presidencia.

Santa Anna establece entonces una dictadura que se caracterizó por la conformación de un gabinete conservador, la persecución de liberales, la creación de una policía secreta; el establecimiento de impuestos sobre puertas, ventanas y animales domésticos; los Estados volvieron a ser Departamentos, vendió el territorio de la Mesilla, y se hizo nombrar ’dictador perpetuo’ y ’alteza serenísima’.

La política arbitraria y represiva, más la venta de la Mesilla, causaron que el 1 de marzo de 1854 los liberales promulgaran el Plan de Ayutla, con el que se desconocía a López de Santa Anna como jefe de la Nación, se organizara una junta para elegir a un presidente interino y que éste convocara a un Congreso Extraordinario para organizar un gobierno republicano. Al frente de este plan se encontraban los generales Juan Álvarez, Florencio Villarreal e Ignacio Comonfort.

El Plan de Ayutla triunfa, Santa Anna renuncia y huye del país. Una junta de representantes de los Departamentos nombra presidente interino al general Martín Carrera, que no es reconocido por los liberales. El 4 de octubre de 1855, la Junta creada de acuerdo al Plan de Ayutla nombra presidente interino al general Juan Álvarez.

A nivel estatal, el general Plutarco Gonzáles, Gobernador y Comandante General del Estado de México, en una Circular del 7 de septiembre de 1855 hace saber a la población que entretanto se hace por la autoridad correspondiente la división territorial de la República, el Estado de México reconoce como límites los que tenía de acuerdo a la Constitución del 14 de febrero de 1827 (la expedida en Texcoco).

En este comunicado, en su Artículo 1° se determina que el territorio del Estado comprende los Distritos de Cuernavaca, Morelos, Huejutla, Sultepec, Texcoco, Tlalnepantla, Tlalpan, Toluca, Tula, Tulancingo y Cuautitlán. En su Artículo 2° se señalan los Partidos que perteneces a cada Distrito, siendo para el de Texcoco: Texcoco, Teotihuacán y Chalco; y en el 4°, se señala que las municipalidades de cada Partido serán las mismas que existen actualmente (en aquel año de 1855).

A los pocos días, el 13 de septiembre siguiente, el general Plutarco Gómez, conforme al Artículo 4° del Plan de Ayutla, manda publicar y circular el Estatuto Provisional para el Gobierno Interior del Estado de México, que en su Título II, Capítulo Único, determina que el Estado de México es parte integrante de la República Mexicana; que el territorio del Estado es el comprendido en los Distritos que ya se anotaron atrás en el comunicado del día 7 pasado; y que el Distrito de Tezcoco comprende los mismos Partidos ya mencionados en aquel mismo comunicado.

Volviendo nuevamente al nivel nacional, el 23 de noviembre de 1855 Juan Álvarez promulgó la Ley de Administración de Justicia Orgánica de los Tribunales de la Nación del Distrito y Territorios, conocida como la ’Ley Juárez’. En esta Ley se establecía la igualdad de todos ante las leyes, suprimía los fueros militares y eclesiásticos; y suprimía también los tribunales especiales. Los liberales moderados (Juan Álvarez era liberar puro) no estuvieron de acuerdo con esta Ley y otras disposiciones gubernamentales y empezaron a sublevarse. Ante estos levantamientos, el 10 de diciembre, Álvarez, renuncia al Ejecutivo y le entrega el poder al general Ignacio Comonfort, quien queda al mando del Ejecutivo de forma provisional.

Texcoco y la Constitución de 1857

Durante el gobierno provisional del general Comonfort, a pesar de ser un liberal moderado, se expidieron leyes e implantaron medidas radicales, como la de la Ley de Libertad de Imprenta del 28 de febrero de 1856. El 5 de junio del mismo año se suprimió la Compañía de Jesús; el 11 de abril se promulgó una ley que reglamentaba las obvenciones parroquiales; el 26 de abril se derogó un decreto emitido por López de Santa Anna que restablecía la coacción civil de los votos monásticos; y, finalmente, el 25 de junio, se publicó la Ley de Desamortización de los Bienes de Corporaciones Civiles y Eclesiásticas, elaborada por Miguel Lerdo de Tejada, y conocida por ello como la ’Ley Lerdo’, que afectaba las propiedades del clero.

Paralelamente, de acuerdo con el Plan de Ayutla, el 18 de febrero de 1856, se reunió el Congreso Constituyente para elaborar una nueva Constitución. Finalmente, después de largas deliberaciones y acalorados debates, el 5 de febrero de 1857 el Congreso aprueba y jura la nueva Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos.

En las discusiones para integrar la Federación con estados libres y soberanos, se planteó la creación de una nueva entidad a partir de territorio mexiquense, el Estado del Valle de México. Los principales argumentos esgrimidos fueron que: el Estado de México poseía grandes riquezas desde el Virreinato debido entonces a su conformación; los reclamos sobre Toluca en el sentido de no haber colaborado lo suficiente durante la invasión norteamericana y haber dejado a la Ciudad de México prácticamente sola en esa contienda; y que, la Ciudad de México estaba bajo la tutela de la Federación, negándole a su población derechos elementales de ciudadanía, sometidos a la pérdida de derechos municipales y estatales. Al respecto se plantearon tres medidas: 1. Que el Distrito Federal, con su jurisdicción de entonces, se convirtiera en Estado Libre; y trasladar los Poderes Federales a Querétaro; 2. Que se formara el Estado del Valle de México, con capital en México, agregando al territorio metropolitano los de los Distritos de Texcoco y Tlalnepantla (hasta entonces pertenecientes al Estado de México). En este caso también la capital se trasladaría a Querétaro; y 3. Que se devolviera su capital al Estado de México, la Ciudad de México, y que los Poderes Federales se fueran a Querétaro u otra localidad, incluso Texcoco o Chalco.

Se habló también en esas discusiones de agregar al nuevo Estado, además de Texcoco y Tlalnepantla: Cuautitlán, Chalco y otros Distritos cercanos al Distrito Federal (D.F.); y con respecto a la capital de la República, también se contempló su ubicación en Aguascalientes.

De esas discusiones, finalmente en la Constitución del 57, en su Artículo 43, se asentó: ’Las partes integrantes de la Federación son: Los Estados de Aguascalientes, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Nuevo León y Coahuila, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Valle de México, Veracruz, Yucarán, Zacatecas y Territorio de Baja California’. Más adelante, en su Artículo 46, se especificó que: ’El Estado del Valle de México se formará del territorio que en la actualidad comprende el Distrito Federal; pero la erección sólo tendrá efecto cuando los Supremos Poderes federales se trasladen a otro lugar’.

Sin embargo, los Supremos Poderes de la Federación, por las pugnas políticas y la situación bélica entonces imperantes, no pudieron establecerse constitucionalmente en ningún otro lugar fuera de la Ciudad de México.

Cabe señalar que en esta Constitución se precisó la organización del país en forma de República Representativa, Democrática, Federal y Popular. En su Artículo 72 mencionaba que se elegiría popularmente a las autoridades municipales y judiciales. En su Artículo 31 mencionaba que todo mexicano debía contribuir a los gastos de la Federación, el Gobierno Estatal y municipios; y que estos últimos podían exigir impuestos para su funcionamiento y cierta independencia económica. Además, en su Artículo 36, establecía la obligación de todo ciudadano de inscribirse en el padrón de su municipio. Con base en estas directrices los Estados podían reglamentar sus regímenes municipales.

Texcoco en la Segunda Intervención Francesa y el Segundo Imperio

De acuerdo con la reciente Constitución, se llevaron a cabo elecciones presidenciales en las que resultó ganador Ignacio Comonfort. Así, su periodo de gobierno provisional finalizó el 30 de noviembre de 1857 y al día siguiente tomó posesión como Presidente Constitucional; y Benito Juárez como Presidente de la Suprema Corte de Justicia.

A Comonfort le parecía demasiado radical la Constitución, por lo que declaró la necesidad de hacerle algunas reformas. Además, empezó a tener pláticas con los conservadores. El 17 de diciembre de 1857, el general Félix Zuloaga, del partido conservador, lanza el Plan de Tacubaya, con el que se exigía la derogación de la Constitución del 57. Dos días después, el 19 de diciembre, Comonfort fragua un autogolpe, se une al Plan de Tacubaya y desconocer en la práctica el régimen constitucional. Juárez entonces protesta y es apresado por Comonfort.

El 11 de enero de 1858 los conservadores desconocen al Comonfort y nombran a Zuluaga como presidente de la República. Comonfort entonces libera a Juárez y éste se traslada a Guanajuato, en donde reestablece el orden constitucional. El 19 de enero, con base en los postulados de la Constitución de 1857, Benito Juárez se declara presidente de la República. Siendo así, los liberales reconocían a Juárez como presidente legítimo y los conservadores a Zuluaga.

Estalla entonces la Guerra de Reforma que dividió a la Nación. Por un lado, los gobiernos estatales que apoyaban el régimen federal eran: Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Colima, Veracruz y Michoacán; por otro, las entidades que apoyaban a los conservadores eran: Estado de México, Puebla, San Luis Potosí, Chihuahua, Durango, Tabasco, Tlaxcala, Chiapas, Sonora, Sinaloa, Oaxaca y Yucatán.

La guerra continuaba y hubo una división entre los conservadores. El general Echegaray, mediante el Plan de Navidad desconocía a Zuluaga y proclamaba al general Miguel Miramón como presidente. Pero Miramón repuso a Zuluaga y luego éste último designo a Miramón.

Al inicio de esta guerra los conservadores ganaban batallas, pero finalmente los liberales se repusieron y el 22 de diciembre de 1860, en Calpulalpan, Estado de México, derrotaron por completo a los conservadores; y el 11 de enero del año siguiente, en la Ciudad de México, Juárez restableció el Gobierno Federal.

Con el final de la guerra no acabaron los problemas, los generales conservadores organizaron guerrillas y fraguaron asesinatos de liberales. Empero, el principal problema del país era que estaba en bancarrota, al grado de que el 17 de julio de 1861, el Gobierno Federal decretó una moratoria en el pago de la deuda externa, que sería la causa de la Segunda Intervención Francesa en 1862.

Pero antes, en el Estado de México, tratando de reorganizándose políticamente y mientras no se dispusiera otra cosa en la Constitución del Estado, el 31 de julio de 1861 el Congreso Local expide el Decreto No. 25, con el que divide el territorio estatal en Distritos, siendo el Décimo Séptimo Distrito el de Texcoco. Dos meses después, como eco de la Constitución Federal del 57, el Congreso Constituyente de la entidad ya pudo elaborar su constitución local; y el 12 de octubre de 1861 decreta la Constitución Política del Estado Libre y Soberano del Estado de México, la cual el día 15 del mismo mes sancionó el ejecutivo estatal. En ese mismo día, se publicó y dio a conocer a los mexiquenses. En esta segunda Constitución Estatal, en su Artículo 4°, Texcoco siguió siendo considerado uno de los Distritos integrantes de la entidad.

En esos años, los nombres de los Insurgentes y hombres distinguidos de la Reforma se convirtieron en epónimos de villas y ciudades. Siendo así, el 14 de noviembre de 1861 el Congreso Local expidió el Decreto No. 45, que en su Artículo 2° definió que cada cabecera conservara el nombre que hoy tienen; pero que en lo sucesivo se llamarán, para el caso de Texcoco: ’Texcoco de Mora’, en honor a José María Luis Mora Lamadrid, ideólogo del liberalismo. Este epónimo lo lleva la ciudad de Texcoco hasta la fecha.

Volviendo al ámbito nacional, la moratoria en el pago de la deuda externa provocó el reclamo de España, Inglaterra y Francia; que, entre diciembre de 1861 y enero de 1862, desembarcaron tropas en el puerto de Veracruz para reclamar sus respectivas desudas. Se llevan a cabo entonces negociaciones que inician en la población de La Soledad, Veracruz, en consecuencia, las tropas españolas e inglesas se reembarcan, pero los franceses desconocen los convenios Preliminares de La Soledad e inician la invasión de México.

En febrero de 1862, ante la amenaza del avance de las tropas francesas, el gobernador del Estado de México, Felipe Berriozábal, dispuso la movilización general de las fuerzas del Estado y puso a disposición de la Secretaría de Guerra tres brigadas. La Segunda Brigada estuvo bajo el mando del coronel Ignacio de la Peña y Barragán, y estaba formada por el 2°Batallón ligero de Toluca, Tiradores de Ocampo, Escuadrones de Tlalnepantla y Cuautla; y Guardias Nacionales de Chalco, Texcoco y Tlalnepantla, sumando un total de 1,500 efectivos.

Los conservadores, por su parte, nombraron presiente provisional a Juan Nepomuceno Almonte (hijo de José María Morelos y Pavón), desconocieron al gobierno de Juárez y abiertamente se unieron a los invasores franceses. Las hostilidades iniciaron el 19 de abril con un intercambio de disparos entre tropas republicanas y francesas en Fortín de las Flores, Veracruz.

Los franceses, ahora con el apoyo de los conservadores, seguían avanzando hacia la Ciudad de México. El 5 de mayo llegaron a las inmediaciones de la ciudad de Puebla e iniciaron el asalto de los fuertes de Loreto y Guadalupe. Ese día la Guarnición de Texcoco defendió la Plazuela de San José y apoyó la extrema derecha de la línea de batalla en el Fuerte de Guadalupe, en donde se libraron los más cruentos y sangrientos combates. Como ya es sabido, en esta batalla, los franceses fueron derrotados y su marcha hacia la capital de la República fue detenida temporalmente.

Juárez, al mes siguiente, organizando la defensa de la Nación y con el argumento de que al Estado de México ya había llegado la guerra civil, decretó el 7 de junio de 1862 la formación de tres Distritos Militares en el territorio de la entidad. El primero de éstos se integró de los Distritos político-civiles de Sultepec, Temascaltepec, Tenango del Valle, Tenancingo, Toluca, Villa del Valle, Ixtlahuaca y Jilotepec, con capital en Toluca; el segundo de los Distritos de Tula, Izmiquilpan, Zimapan, Huichapan, Actopan, Huascazaloya, Pachuca, Huejutla, Zacualtipan y Apam, con capital en Actopan; y el tercero, de los Distritos de Jonacatepec, Yautepec, Morelos, Cuernavaca y Tetecala, con capital en Cuernavaca. En el Artículo 5° de este Decreto Presidencial, los Distritos de Chalco, Texcoco y Otumba, se agregaron al Distrito Federal, quedando sujetos a las autoridades constitucionales y leyes vigentes en éste. Estas disposiciones el Gobierno Estatal las dio a conocer en la entidad el 3 de agosto de 1862.

Si bien era justificable organizar a país para luchar contra los franceses y conservadores, con este decreto se preparaba también la futura erección de los estados de Morelos e Hidalgo, así como la insinuación de la segregación de más territorio mexiquense para crear otro Estado, ’el del Valle de México’.

La intervención francesa continuaba; y el 3 de enero de 1863, por Providencia Provisional No. 5798 de la Secretaría de Gobernación, se determinó que mientras durara esta guerra se anexaba la Municipalidad de Calpulalpan, perteneciente al Partido de Texcoco en el Distrito Federal, al Distrito de Tlaxcala en el Estado del mismo nombre.

El 28 de mayo de 1864 desembarcaron en Veracruz Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota Amalia; y el 12 de junio del mismo año entran a la Ciudad de México. Juárez, entre tanto, peregrinaba por el país ostentando la República Federal.

En cuanto a la división política del territorio mexicano, el 3 de marzo de 1865, el Emperador Maximiliano de Habsburgo decreta la división del Imperio en ocho Regiones y 50 Departamentos; y estos a su vez en Distritos y Municipalidades. Con respecto al Estado de México, no se contempla como tal en esa división. Se crean de su territorio los Departamentos de Toluca, del Valle de México, Tulancingo, Iturbide (que era el antiguo Departamento de Cuernavaca), Guerrero y Acapulco. Los republicanos no reconocían esta división; empero, en donde había autoridades proclives al Imperio o la presencia de tropas conservadoras y/o francesas, esta división y sus funcionarios ejercieron en la práctica.

En aquel periodo imperial, la ciudad de Texcoco quedó comprendida dentro del territorio del Departamento del Valle de México, y sus autoridades eran proclives al Imperio.

Al año siguiente, los acontecimientos internacionales volvieron a definir el devenir histórico de México favoreciendo a los republicanos. La Guerra de Secesión en los Estados Unidos concluyó en 1865 con la victoria de los unionistas (proclives al gobierno de Juárez) sobre los confederados (que respaldaban a Napoleón III). Entonces, el gobierno estadounidense apoya abiertamente con armas y municiones a los republicanos a la vez declaraba no aceptar la presencia de fuerzas militares europeas en sus fronteras; Así mismo, se negaba a tener relaciones diplomáticas con el régimen de Maximiliano. Por otra parte, Francia combatía levantamientos armados en sus colonias de Indochina (Vietnam) y Argelia; y lo más apremiante, era la inminente guerra contra Prusia en Europa. Francia necesitaba urgentemente soldados. Por lo tanto, las tropas francesas comenzaron a replegarse a partir de 1866 sufriendo los ataques mexicanos; y entre febrero y marzo de 1867 concluyeron su retirada de México hacia Europa.

Maximiliano de Habsburgo permaneció en México ahora sólo con las fuerzas conservadoras mexicanas y efectivos austriacos y húngaros. El 17 de febrero de 1867, Maximiliano asumió el mando supremo del ejército y con el grueso de sus fuerzas se dirigió a Querétaro. Poco después es sitiado por el Ejército Republicano; y en marzo del mismo año el general Porfirio Díaz Mori sitió la ciudad de Puebla.

En Querétaro, el 22 de marzo, Maximiliano nombra al general Lorenzo Márquez su lugarteniente y le pide ir a la Ciudad de México por refuerzos. Por la noche de ese día Márquez logra romper el sitio establecido por los republicanos y parte rumbo a la capital. El 30 de marzo, Márquez logra conformar un numeroso ejército para auxiliar la plaza de Querétaro, pero se entera de que el general Porfirio Díaz tiene sitiada la ciudad de Puebla y opta por atacarlo. Por su parte, Díaz sabe que Márquez avanza con sus tropas y decide tomar Puebla lo más rápido posible antes de la llegada de Márquez.

Por la madrugada del 2 de abril de 1867, Díaz ordena un ataque generalizado en donde la caballería republicana entró a todo galope a la ciudad. El Asalto fue muy osado y la batalla muy sangrienta. Por la mañana de ese mismo día, ya había caído Puebla en manos de los republicanos.

En sus memorias, el general Porfirio Díaz anotó: ’Estando en el sitio de Puebla, y pocos días antes del asalto, se me incorporó el general Don Diego Álvarez con cosa de seiscientos hombres de la Fuerza del Sur y el Coronel Don Mucio Maldonado con 400 caballos de Texcoco’.

El día 4 de abril Márquez se entera de que Puebla ha caído y decide regresar a la Ciudad de México. Pero de diferentes lugares fuerzas republicanas salen a enfrentarlo, así como Porfirio Díaz desde Puebla. Márquez decide entonces regresa a la capital por el Estado de Tlaxcala pasando por Calpulalpan. Díaz lo persigue hasta que el día 10 de abril le da alcance en la Hacienda La Blanca, ubicada en San Joaquín Coapango, cerca de la ciudad de Texcoco. Allí, las menguadas fuerzas de Márquez: tropas conservadoras mexicanas, austriacas y húngaras, se atrincheran en la Troje, y el combaten se extiende hasta los terrenos del Rancho El Batán y los del poblado de La Resurrección. Entre tanto, Márquez abandona a su tropa y huye a la Ciudad de México.

El general Porfirio Díaz en su diario anota al respecto:

’Seguimos la persecución todo ese día hasta Texcoco con muchos episodios muy poco sangrientos para nosotros, pero fatales casi todos para el enemigo. En la Hacienda Blanca hizo éste un supremo esfuerzo de resistencia que nos causó algunas pérdidas, entre ellas la del Coronel Don Mucio Maldonado, que fue muerto al tomar al enemigo las últimas dos piezas de montaña que le quedaban’.

La fatiga por la persecución y la falta de alimentos obligan al grueso del Ejército Republicano a hacer un alto, Pero Díaz le ordena al general Leyva que con su caballería continúe con la persecución de Márquez, la cual se hace durante toda la noche y el día siguiente hasta cerca de los suburbios de la capital.

Los días 11 y 12 de abril Porfirio Díaz permaneció en la ciudad de Texcoco esperando y reorganizando a todo su ejército. Mientras tanto, Márquez ingresaba derrotado a la Ciudad de México. Vicente Riva Palacio en su obra México a Través de los Siglos consignaría la entrada de Márquez a la capital así: ’el 12 a medio día entró a México con un efectivo de mil y tantos hombres sin artillería ni municiones. El resultado de la expedición no podía haber sido más desastroso; el imperio había perdido su última carta, y no era posible la más ligera ilusión de que prolongara su existencia’.

El 13 de abril el general Porfirio Díaz reunió a su ejército y sale de la ciudad de Texcoco rumbo a San Cristóbal Ecatepec y la Villa de Guadalupe para sitiar la Ciudad de México. El 15 de mayo siguiente cae la ciudad de Querétaro; y el 19 de junio son fusilados en el Cerro de las Campanas Maximiliano de Habsburgo, Miguel Miramón y Tomás Mejía.

Finalmente, el 21 de junio es tomada la capital del país por el general Porfirio Días; y el 15 de julio de 1867 entra el presidente Benito Pablo Juárez García a la ciudad. Al poco tiempo se restauran los Poderes de la Unión.

Texcoco en la República Restaurada

Concluida la guerra se restablece la Constitución de 1857 e inicia una etapa de reorganización de la Nación. En el Estado de México, el 13 de mayo de 1868 el Congreso Local expidió el Decreto N. 37, en el que se hace una detallada división del territorio estatal. Curiosamente en ese documento no se menciona en ninguno de sus artículos a Texcoco.

Al año siguiente, con base en la creación en 1867 del Segundo Distrito Militar, el 15 de enero de 1869 el Congreso de la Unión expide el Decreto No. 6507 con el que se crea el Estado de Hidalgo. En el mismo tenor, considerando el Tercer Distrito Militar, con fecha 5 de febrero del mismo año, mediante Decreto No. 6571, se crea el Estado de Morelos. Ambas entidades a partir de territorio mexiquense. A pesar de estas dos segregaciones, el Congreso del Estado de México declaró vigente la Constitución del Estado de fecha 12 de octubre de 1861, hasta que se expidiesen nuevas reformas a la misma, precisamente, a causa de estas segregaciones.

Por consiguiente, el 14 de octubre de 1870 el Congreso Local expidió el Decreto No. 31, mandando que la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de México, quedaba reformada; y en su Artículo 4° declara que el territorio del Estado era el comprendido en los Distritos de: Chalco, Cuautitlán, Ixtlahuaca, Jilotepec, Lerma, Otumba, Sultepec, Temascaltepec, Tenango del Valle, Tenancingo, Texcoco, con la municipalidad de Calpulalpan, Tlalnepantla, Toluca, Villa del Valle, Zacualpan y Zumpango de la Laguna. En este mismo artículo se dispuso que la división del territorio se haría en una ley secundaria.

En estas reformas a la Constitución Local se incluyó la Municipalidad de Calpulalpan al Distrito de Texcoco porque fue hasta el 29 de julio de 1871 que el Congreso del Estado de México consintió definitivamente la agregación de esta municipalidad al Estado de Tlaxcala; y el Congreso de la Unión aprobó el convenio celebrado al respecto por ambos gobiernos estatales hasta el 16 de octubre de 1874.

En el Artículo 95 de esta misma Constitución Local se dispuso que el Estado se dividiera para su gobierno en Distritos, Municipalidades y Municipios, gobernados por jefes políticos inmediata y directamente vinculados con el Gobierno del Estado.

Erección del Municipio de Texcoco

Tratando de continuar con un orden cronológico, se encontró registrada en varias publicaciones recientes la fecha del 31 de agosto de 1875 como la de la ’Erección del Municipio de Texcoco’, sin que en estos documentos se mencione el decreto o disposición oficial que sustente esta fecha como la de tal evento. Al respecto, se buscó en los listados de decretos del Congreso Local y, efectivamente, no se encuentra decreto alguno en donde esté sugerida o específicamente señalada esta fecha como la de la erección de Municipio de Texcoco. Se esperaba encontrar al menos en esta búsqueda el decreto con el que se expide la ley secundaria sobre la división del territorio estatal, como estaba dispuesto en el Artículo 4° de la Constitución Política del Estado de México de 1870, y no se encontró.

El primer decreto de 1875 fue el No. 58 del 15 de enero, convocando al Congreso a sesiones extraordinarias; el único decreto expedido en el mes agosto de 1875 fue el No. 113, del día 30, permitiendo al ciudadano licenciado Jesús Barbabosa la introducción diaria a esta Capital de 25 cargas de maíz para socorrer a la clase menesterosa. Y el último de este mismo año fue el No. 146 del 17 de octubre, en donde el Congreso dispensó a Nicolás Íñigo y Crespo el estudio de algunas materias para dedicarse a la Abogacía.

El lector dudoso o que desee ampliar en lo particular, podrá corroborar estos decretos, e incluso más, en el siguiente sitio del Congreso del Estado: chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/http://www.secretariadeasuntosparlamentarios.gob.mx/mainstream/Cronica/word/pdf/decretos%201824-1914.pdf

Sobre lo mismo, hace 22 años, Rodolfo Pulido, Cronista Municipal de Texcoco (Pulido, 2001), señalaba lo siguiente:

’Como ya se dijo, desde 1534 Texcoco fue corregimiento. En calidad de tal permaneció hasta que en el siglo XVIII las intendencias lo substituyeron. …En 1812 con las reformas de la Constitución de Cádiz debió eregirse en ayuntamiento pues su población superaba el número de habitantes exigido. …Creado el Estado de México en 1824, Texcoco se consideró su capital y naturalmente, no perdió su calidad de ayuntamiento o partido. Sin embargo, se da como fecha de erección oficial del ayuntamiento el 31 de agosto de 1875’.

Nueve años atrás de esta cita, el mismo autor (Pulido, 1992) ya ponía en tela de duda esta fecha. En una investigación realizada por él al respecto, después de la búsqueda de algún decreto específico que confirmara al 31 de agosto de 1875 como la de la erección del municipio, corroboró que no hay ninguno. Además, concluyó, con base en los documentos históricos por él recabados, que Texcoco ya existía como alcaldía desde 1824, por lo que le solicitó al presidente municipal de Texcoco, durante el trienio de 1991 a 1993, el cambio de fecha ’oficial’ en un comunicado de fecha 30 de septiembre de 1992, en los siguientes términos:

’La investigación presentada junto con sus anexos se explica por sí misma; en cuanto a la mayor antigüedad de Texcoco como Municipio. Por tal motivo, estoy solicitando a usted tenga a bien someter esta investigación a la consideración de del H. Cabildo Municipal a efecto de que se hagan las gestiones necesarias para que el Gobierno del Estado, a través de su Secretaría de Gobernación tenga a bien dictaminar la solicitud en base a dicho documento, de que se determine como Erección del Municipio el año de 1824, quedando a su arbitrio el 1 de enero o 31 de agosto del mismo año’.

Al año siguiente, Rodolfo Pulido, continuando en su calidad de Cronista Municipal, elabora otro comunicado, de fecha 9 de febrero de 1993, dirigido al secretario del H. Ayuntamiento de Texcoco, en el que hace una amplia exposición de motivos y solicita igualmente el cambio de fecha de la erección del Municipios de Texcoco. Pero concluyó ese mandato sin acción alguna. Siendo así, otra vez al siguiente año, en su misma calidad de cronista, vuelve a enviar otro comunicado, de fecha 1° de julio de 1994, a la nueva administración y en el mismo tenor. Más no hubo cambios y la fecha del 31 de agosto de 1875 se sigue considerando en la actualidad como la de la ’Erección del Municipio de Texcoco’.

Recordemos que, al principio de este breve recorrido histórico, Ortega (s.f.), propone una fecha diferente a la del 31 de agosto de 1875 como la de la erección del Municipio de Texcoco, ’certificando’ que ésta es el 23 de mayo de 1812, con arreglo a lo prevenido en la Constitución de Cádiz y Real Decreto de esa fecha. Sin embargo, ese ’Real Decreto’ debió haberse dado en España, ya que fue hasta el 8 de septiembre de 1812 que la Constitución de Cádiz se ratificó en Nueva España. Por lo tanto, la creación de municipios en América fuero en la letra (en teoría) y no en la práctica.

Además, recuérdese que Birrichaga (2003, 2005 y 2019) señala que en 1812 las disposiciones gaditanas no se aplicaron en Texcoco por la presencia de insurgentes e imperar un escenario de guerra; por lo que no fueron instalados ayuntamientos constitucionales, manteniéndose las prácticas electorales tradicionales. Y todavía más, el 4 de mayo de 1814 Fernando VII decreta la suspensión (abrogación) de la Constitución de Cádiz en todo el Reino y disuelve las Cortes para restaurar un sistema absolutista. El 11 de agosto de 1815 se conocen estas disposiciones en Nueva España y el 19 de agosto siguiente el Virrey Félix María Calleja restaura el régimen monárquico absolutista.

Hasta aquí, con todo respeto, manifiesto que en parte coincido con Rodolfo Pulido Acuña (1992 y 2001) y Martha Ortega Cantabrana (s.f.) en el sentido de que la fecha del 31 de agosto de 1875 no es la de la ’Erección del Municipio de Texcoco’, pero no concuerdo con las fechas que ambos autores proponen.

En enero de 1820 estalla en España un levantamiento que obliga a Fernando VII a restaurar la Constitución de Cádiz. En marzo del mismo año llegan a Nueva España estas noticias y el 31 de mayo el Virrey Juan Ruiz de Apodaca jurar esta Constitución, por lo que ordena restablecer las diputaciones provinciales y se reestablecen los ayuntamientos constitucionales.

Aquí en Nueva España, de acuerdo con Diana Birrichaga Gardida (2003, 2005 y 2019), el 5 de junio de 1820 el Subdelegado del Partido de Texcoco preside y jura la Constitución de Cádiz en la ciudad de Texcoco; y, además, menciona los nombres de los integrantes del cabildo (del ayuntamiento) de esta ciudad en las elecciones de 1820. Esta fecha, la del 5 de junio, si bien señala solamente el juramento de la Constitución Gaditana en Texcoco, sí es en la práctica (de facto) la más cercana a la conformación del primer ayuntamiento de Texcoco, porque de seguro después de ésta se organizaron e integraron grupos políticos y acontecieron las elecciones, que no pasaron de octubre de ese año, de acuerdo con las fuentes señaladas en Cuadro 1.

Por lo tanto, esta fecha, 5 de junio de 1820, es la que en estas letras se proponen como fecha simbólica de la ’Erección del Municipio de Texcoco’.

El ferrocarril en Texcoco

Un acontecimiento importante en esta atapa de la historia de Texcoco fue la inauguración, el 15 de agosto de 1882, de la línea y estación del Ferrocarril de México a Texcoco (Peralvillo-Los Reyes-Chapingo-Texcoco).

Para esos años, Texcoco vivía una tranquila pasividad y estancamiento económico y social, como lo deja ver Ignacio Manuel Altamirano (Baranda y García, 1987b). Con la llegada del ferrocarril se reactivó la economía y la sociedad se ’alegró’ y nuevamente ’acarició la esperanza’. Pero las vías de comunicación se trastocaron. Era todavía próspero el transporte lacustre tanto de pasajeros como de cargamentos de mercancías desde los embarcaderos de Las Salinas y San Felipe (en Texcoco) hasta el embarcadero de ’los Patos’, en el Barrio de la Candelaria, en la Ciudad de México. Con la introducción del ferrocarril todo cambió.

TEXCOCO EN LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Texcoco y la Revolución Maderista

La Revolución Mexicana, de acuerdo con el Plan de San Luis, estalla el domingo 20 de noviembre de 1910 a las seis de la tarde. Pero no fue así, los levantamientos armados sucedieron alrededor de esa fecha. En Texcoco no hubo levantamiento armado alguno. Pero como en todo el país, se vivía un ambiente de expectación. El 29 de noviembre de 1910 la tensa calma texcocana se rompió por el rumor de la existencia de 400 hombres por los montes cercanos, tal vez procedentes de Tlaxcala, que pudieron ser en esa ocasión maderistas.

Los combates más determinantes en esta etapa de la Revolución se dieron en el norte del país. El 10 de mayo de 1911, en contra de la voluntad de Francisco I. Madero, Pascual Orozco y Francisco Villa toman Ciudad Juárez, Chihuahua, precipitando así la dimisión del general Porfirio Díaz. El 21 de mayo se firman los Tratados de Ciudad Juárez; el día 25 siguiente, Porfirio Díaz renuncia a la presidencia de la República y el 31 del mismo mes sale exiliado rumbo a Francia.

Entre tanto, en Texcoco, a finales de mayo de 1911 solamente se perturbó la tranquilidad cuando cruzaron la ciudad, rumbo a Teotihuacán y sin causar daños ni molestias a los ciudadanos, fuerzas rebeldes al mando del coronel Gabriel Hernández y del capitán Félix Avilés.

En agosto de 1911 Madero le promete a Emiliano Zapata que si desarma a sus fuerzas la tierra será distribuida entre los campesinos inmediatamente después de ser electo presidente. Zapata cree esa promesa, pero pocos días después el general Victoriano Huerta ataca a los zapatistas desarmados, por lo que Zapata vuelve a levantarse en armas, pero ahora contra Francisco León de la Barra, presidente interino impuesto por Porfirio Díaz antes de salir de México.

El Plan de Texcoco

El 23 de agosto de 1911, Andrés Molina Enríquez, proclama en la ciudad de Texcoco el Plan de Texcoco, con el que desconocía al presidente interino León de le Barra, asumiéndose como representante de los Poderes de la Nación; así mismo, disponía la expropiación parcial y reparto de las haciendas, la división de tierras en parcelas individuales, la libertad de comercio del trigo y el maíz con el exterior, la supresión de los jefes políticos y de peonaje por deudas, y el reconocimiento de una personalidad jurídica a los pueblos, rancherías y tribus indígenas.

Molina Enríquez esperaba que los zapatistas respondieran a su Plan, pero no fue así y el Plan fracaso. El 25 de agosto Molina fue aprehendido en Texcoco y hecho prisionero durante casi un año en la Ciudad de México. Sin embargo, este Plan se difundió por medio de ejemplares impresos y notas periodísticas y dio a conocer las necesidades sociales que aquejaban al Estado de México y al país en general, dando posibles soluciones a estos males.

Texcoco de 1911 a la Decena Trágica

En octubre de 1911 Madero es electo presidente de México, el 6 de noviembre inicia su gestión y las tierras no se distribuyen entre los campesinos. Por lo tanto, el 28 de noviembre Zapata promulgan el Plan de Ayala, en el que se desconoce a Madero como presidente y se exige la restitución de tierras a los pueblos despojados de éstas.

En diciembre de 1911, apoyado por los Estados Unidos, se subleva en Nuevo León el general Bernardo Reyes. Los estadounidenses, después de haber apoyado a Madero para iniciar una ’revolución’, ya no lo veían conveniente para sus intereses económicos. El 25 de marzo de 1912, decepcionado por la entrega del movimiento revolucionario al porfirismo sobreviviente, se subleva Pascual Orosco. Madero entonces le ordena a Francisco Villa combatirlo, pero Orosco lo derrota, por lo que envía al general Victoriano Huerta a someterlo. Finalmente, Orozco es derrotado por la acción conjunta de Huerta y Villa. Por otra parte, el 16 de octubre de 1912 se subleva en Veracruz Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz y adherente al régimen porfirista.

En el transcurso de 1912 la represión en el Estado de Morelos y la persecución de zapatistas continuaba, lo que causó que huyeran a otros estados. Al Estado de México en general ingresaban por el sur y el sureste. Por el sureste entraban al Estado por el Distrito de Chalo, colindante con el de Texcoco, a través de la Sierra Nevada, ya que ésta era un corredor natural que conectaba Puebla, México y Morelos, por lo que esta serranía se convirtió en refugio de revolucionarios y de asaltantes. Siendo así, en ese año, el Estado de México se convirtió en escenario permanente de incursiones zapatistas provenientes del Estado de Morelos.

El 9 de enero de 1912, el Huerto de los Ahuehuetes, ubicado en las afueras de la ciudad de Texcoco, fue asaltado por ’bandoleros’ que al perecer eran gobiernistas; a principios de febrero el jefe político de Texcoco informó a la Secretaría General de Gobierno del Estado la presencia de ’gavillas zapatistas’, por lo que pidió la presencia de fuerzas federales para vigilar la zona; y en marzo, el Municipio de Los Reyes La Paz (del Distrito de Texcoco) fue atacado por fuerzas zapatistas.

Por lo anterior, las autoridades distritales invitaron a vecinos de la ciudad de Texcoco a formar cuerpos de voluntarios para atender la seguridad pública en caso de presentarse alguna partida de malhechores, para lo cual éstas pidieron al Gobierno Estatal 200 rifles con su dotación de parque.

Para esas fechas la preocupación del Gobierno Estatal era identificar qué grupos eran los que cometían actos de pillaje en la entidad, aunque para el gobierno era ya evidente el avance de grupos zapatistas hacia el centro y norte del Estado.

A finales de mayo de 1912 el administrador de la Hacienda de Chapingo reportó que alrededor de 50 hombres asaltaron el Rancho Tequexquinahuac, llevándose ganado y cuanto pudieron.

El 19 de julio de 1912 el Municipio de Texcoco se puso en alerta debido a que el jefe del 2° Regimiento le informó al jefe político que alrededor de 500 zapatistas se acercaban por el sur del municipio. Empero, las tropas del 2° Regimiento, acantonadas en Los Reyes, apoyados por fuerzas de Chalco, se enfrentaron a los rebeldes y los derrotaron, haciéndolos huir hacia los cerros y rumbo al Distrito de Texcoco.

El día 25 de julio de los mismos años pobladores de Chalco se aliaron con los zapatistas y se levantaron en armas contra las fuerzas del gobierno. Los zapatistas avanzaban hacia el norte del Distrito, por lo que fueron enfrentados en Chicoloapan obligándolos a replegarse hacia Río Frío. Al día siguiente volvieron las tropas gobiernistas a Chicoloapan porque los zapatistas habían recuperado sus posiciones. A finales del mes, el descontento de la población se extendió por el sureste del Distrito de Texcoco y se manifestaba aliada de los zapatistas.

A principios de agosto de 1912 se volvió a reportar la presencia de zapatistas en el municipio de Chicoloapan; y a finales de este mismo mes en los Distritos de Texcoco, Chalco y Otumba las comunicaciones estuvieron interrumpidas por el ataque a éstas por parte de los zapatistas.

A principios de octubre de 1912 en la región sur del Estado las incursiones de zapatistas se incrementaban, por lo que los municipios en esas regiones se fortalecieron. El 12 de octubre del mismo año se incorporó a la plaza militar de Texcoco el 3er Regimiento, por lo que al día siguiente no se reportaron novedades. Sin embargo, los días 19 a 21 del mismo mes, además del Distrito de Texcoco, en los de Tlalnepantla, Cuautitlán, Zumpango, Chalco, Otumba y Sultepec, hubo interrupciones en sus comunicaciones; así mismo, se tuvieron noticias de que, en la línea del Ferrocarril Mexicano, que atravesaba el Distrito de Texcoco, hubo intentos de grupos armado de detener los trenes.

Mientras, en la Ciudad de México, Reyes y Díaz estaban presos, pero el 9 de febrero de 1913 fueron liberados por la tropa; y en alianza con Victoriano Huerta y en contubernio con el embajador de los Estados Unidos, Henry Lane Wilson, organizan un golpe de estado que duró diez días de combates en la capital, por lo que se le conoció como la ’Decena Trágica’. El 19 de febrero Victoriano Huerta asume el poder; y el día 22 del mismo mes son asesinados Madero y de Pino Suárez.

Texcoco de 1913 a los Tratados de Teoloyucan

El 26 de marzo de 1913 Venustiano Carranza publica el Plan de Guadalupe, en el que se planteaba el desconocimiento de Huerta como presidente de México y de los poderes federales y gobiernos de los estados que lo apoyasen; la formación del Ejército Constitucionalista; la designación de Carranza como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista; y la promesa de convocar a elecciones al finalizar la Revolución. Con este Plan se inició una etapa muy sangrienta de la Revolución Mexicana conocida como la Revolución Constitucionalista.

De forma más concentrada, al nivel del Distrito de Texcoco, 1913 fue un año fatídico que marcó a su población, más que nada por los actos de bandidaje y abusos perpetrados por los diferentes grupos revolucionarios que por los ataques a las poblaciones o las batallas entre esos grupos. Los enfrentamientos armados generalmente se dieron en despoblado y la mayoría fueron persecuciones.

Era evidente el avance de los zapatistas sobre el territorio mexiquense al mismo tiempo que se evidenciaba la incapacidad del Ejército Federal por detenerlos. Los días 8 y 15 de febrero se vieron partidas de zapatistas en Tepetlaoxtoc. Al día siguiente, pasaron por Totolapan y Santo Tomás Apipilhuasco rumbo a la Hacienda La Blanca y Molino de Flores. En La Blanca robaron algunos objetos. Se dirigieron a Coatlinchán y asaltaron la Hacienda Astilleros.

El 17 de febrero se supo que el poblado de San Jerónimo Amanalco se había unido al zapatismo; y que en los poblados de Santa María Tecuanulco, Santa Catarina del Monte y Apipilhuasco hubo actos de bandidaje. Todas, poblaciones de la serranía de Texcoco.

El 20 de marzo de 1813 Francisco León de la Barra asumió la gubernatura del Estado, apoyó a Victoriano Huerta y se recrudeció la presión sobre los revolucionarios en todo el Estado de México.

El 7 de mayo una partida de ’bandidos’ asaltaron Chicoloapan. En otros lugares eran asaltadas individualmente varias personas, como sucedió en San Miguel Tlaixpan. A mediados de junio una partida zapatista ingresó a Coatlinchán y ahí robaron del juzgado armas y les pedían dinero a los vecinos. Al mismo tiempo, fueron interrumpidas las comunicaciones en Chimalhuacán, Chicoloapan y Los Reyes. Ante esto el 4° Cuerpo de Rurales de Teotihuacán se trasladó a Texcoco para apoyar, pero al quedar desprotegido Teotihuacán, los zapatistas atacaron el Rancho Tenextlacota. El gobierno no contaba con las fuerzas suficientes para enfrentar a los revolucionarios.

El 1° de julio se interrumpió el servicio telegráfico en Texcoco y en las semanas siguientes hubo constantes asaltos a casas habitación en este municipio y el de Tepetlaoxtoc. También fueron interrumpidas las comunicaciones en Tlalnepantla, Cuautitlán, Otumba, Chalco y Lerma. El día 20 del mismo mes fue atacado el poblado de Tepetlaoxtoc, el ataque fue repelido y los atacantes se dirigieron a San Jerónimo Amanalco. Al día siguiente cuatro habitantes de Tecuanulco bajaron a San Miguel Tlaixpan pidiendo auxilio por la llegada de rebelde que pedían dinero en efectivo; y que luego esos alzados se dirigieron a la Hacienda Molino de Flores. Ante estos hechos, arribó a Texcoco el 49 Batallón con el fin de resguardar la zona.

A principios de agosto nuevamente fueron interrumpidas las comunicaciones en Tlalnepantla, Cuautitlán, Zumpango, Texcoco, Otumba, Chalco, Temascaltepec, Sultepec y Jilotepec, lo cual indicaba el alcance de la penetración de los zapatistas en el Estado. En ese mismo mes, gente identificada como zapatistas ingresaron por la noche a la comunidad de La Purificación y asaltaron una casa particular. En esos días, los robos por las noches eran frecuentes en pueblos y haciendas de la zona de Texcoco.

El 13 de agosto alrededor de 600 zapatistas atacaron los pueblos de Apipilhuasco, Totolapan y La Trinidad, así como las haciendas Tierra Blanca, Astilleros, Maldonado, y los ranchos Calalpan y Altamira. Todos estos lugares en el Distrito de Texcoco.

Durante todo agosto y los siguientes meses continuaron los asaltos a poblaciones, casas habitación, haciendas y ranchos, así como a personas en caminos y veredas. También hubo enfrentamientos armados, persecuciones, aprehensiones de rebeldes y fusilamientos. La situación era tal que algunos hacendados, en el mes de octubre, le solicitaron al Gobierno Estatal armas para defender ellos mismos sus propiedades del ataque de los zapatistas u otros grupos armados de bandoleros. Otros propietarios compraron armas de forma particular con el mismo fin, defenderse.

La gente en general en esos días vivía una situación muy tensa. Había que esconder el dinero, cosa de valor, armas e incluso alimentos para que no fueran robados; y esconder también a las jóvenes para que no fueran violadas o raptadas.

En diciembre de 1913 los zapatistas atacaron Los Reyes, quemaron el archivo municipal y destruyeron el telégrafo. A finales de 1913 era evidente que las fuerzas federales eran insuficientes para enfrentar a los zapatistas y al mismo tiempo dar protección a la población. El avance zapatista por el sur del Estado progresaba; así mismo, el avance de las fuerzas constitucionalistas por el norte del país, en contra de Victoriano Huerta, prosperaba.

En los primeros meses de 1914 confluyeron en el Estado de México revolucionarios constitucionalistas, zapatistas y villistas, todos luchando en contra del gobierno de Victoriano Huerta. Más no cesaron las presiones sobre la población. En enero el jefe político del Distrito de Texcoco informaba al Gobierno Estatal sobre el merodeo e incursiones tanto de fuerzas zapatistas como de constitucionalistas que aquejaban a la población.

Durante el primer trimestre de 1914 los zapatistas continuaron incursionando en el Estado de México amenazando constantemente los siguientes Distritos de la entidad: Sultepec, Temascaltepec, Tenancingo, Valle de Bravo, Tenango, Lerma, Chalco y Texcoco.

El 13 de marzo los zapatistas volvieron a asaltar la Hacienda Molino de Flores y a finales del mismo mes atacaron el Rancho La Palma, a una legua de Texcoco. A finales del mes de mayo, penetraron en Tepetlaoxtoc y robaron en Totolapan y Apipilhuasco; en este poblado raptaron al cura, al que liberaron posteriormente por $500.00. En Tepetlaoxtoc incendiaron el Rancho San Telmo, en donde asesinaron a una persona y del Rancho Maldonado raptaron a tres jóvenes de la familia Blancas. Los zapatistas fueron perseguidos por los federales, pero huyeron rumbo a Otumba.

Entre tanto, a otro nivel, el 21 de abril de 1914, los Estados Unidos invaden Veracruz; y el 23 de junio la División del Norte toma Zacatecas. Estos golpes provocaron que el 15 de julio del mismo año Victoriano Huerta renunciara a la presidencia y abandona el país.

El 13 de agosto de 1914, en un punto del Camino Nacional de Cuautitlán a Teoloyucan, Estado de México, sobre la salpicadera de un automóvil, se firman los Tratados de Teoloyucan, donde se acordaron las bases y procedimiento para la rendición y disolución del Ejército Federal. Con este Tratado se cumplía uno de objetivos de la Revolución Constitucionalista plasmados en el Plan de Guadalupe.

Estos Tratados contemplaban once condiciones bajo las que se verificaría la evacuación de la plaza de México por el Ejército Federal y la disolución del mismo, tres de ellas, por ser del interés de este bosquejo histórico, a la letra decían:

I. Las tropas dejarán la plaza de México, distribuyéndose en las poblaciones a lo largo del ferrocarril de México a Puebla, en grupos no mayores de cinco mil hombres. No llevarán artillería ni municiones de reserva. Para el efecto de su desarme, el nuevo Gobierno mandará representaciones que reciban el armamento.
III. Conforme vayan retirándose las tropas federales, las constitucionalistas ocuparán las posiciones desocupadas por aquéllas.
IV. Las tropas federales que guarnecen las poblaciones de San Ángel, Tlalpan, Xochimilco y demás, frente a los zapatistas, serán desarmadas en los lugares que ocupan, tan luego como las fuerzas constitucionalistas las releven.

De esta forma, el Ejército Zapatista continuó la luchando contra las tropas federales huertistas y prosiguió ininterrumpidamente su lucha contra las fuerzas constitucionalistas.

Texcoco y la Convención de Aguascalientes

Venustiano Carranza se hizo cargo del Poder Ejecutivo de la Nación. Sin embargo, Emiliano Zapata, no lo reconocía como presidente interino, antes bien, lo declaró traidor por no haber reconocido el Plan de Ayala; y desde luego que los zapatistas no consintieron que las tropas carrancistas se adueñaran del Estado de México, por lo que, desde agosto de 1914, por órdenes del propio Zapata, comenzaron las hostilidades entre esas facciones revolucionarias.

De acuerdo con los Tratados de Teoloyucan, en el Estado de México, las tropas federales huertistas y los adherentes a Victoriano Huerta abandonan Toluca; entonces, el 27 de agosto el general carrancista Francisco Murguía entra a la capital de Estado y toma posesión de la gubernatura. Para ese momento los zapatistas ya azotaban el sur de la entidad, y si antes fueron una amenaza para el huertismo, ahora lo eran para los carrancistas. No obstante, Murguía logró también contenerlos.

Carranza, ante la imposibilidad eventual de derrotar militarmente a villistas y zapatistas, convoca a una convención en la Ciudad de México, pero Villa no acepta y presiona para que se realice en un lugar neutral. Se elige entonces la ciudad de Aguascalientes y se interrumpe la Convención para reanudarla el 10 de octubre de 1914 en esta segunda ciudad. A dicha convención se le conocería en la historia como la Convención de Aguascalientes.

En esa Convención se imponen los principios zapatistas plasmados en el Plan de Ayala. Además, villistas y zapatistas, aliados con una parte de obregonistas, deciden la renuncia de Venustiano Carranza y nombran presidente provisional de México al general Eulalio Gutiérrez, de extracción villista; pero Carranza no acepta esa decisión.

El 2 de noviembre de 1914 Carranza es atacado por las facciones revolucionarias adherentes a la Convención de Aguascalientes, por lo que el día 24 del mismo mes carrancistas y obregonistas evacuan la Ciudad de México rumbo a Veracruz, en donde Carranza establece su gobierno. En consecuencia, el general constitucionalista Francisco Murguía abandona la ciudad de Toluca y ésta queda desprotegida; entonces, los generales zapatistas Francisco V. Pacheco y Genovevo de la O entran a la capital de Estado.

El 27 de noviembre de 1914 entran las fuerzas villistas y zapatistas a la Ciudad de México. Cuando entraron a ésta, se patentizan las debilidades de estas corrientes revolucionarias. Tanto las demandas del zapatismo como del villismo se circunscribían, principalmente, a un solo sector de las clases socioeconómicas más bajas del país: los campesinos; además, las peticiones eran puntuales: tierra prioritariamente. Este aislamiento sociopolítico, económico e ideológico fue su debilidad y la raíz de sus fracasos. De ese aislamiento les surge la imposibilidad de identificarse, incluir y recoger las demandas de otras clases sociales explotadas y reprimidas: obreros, desempleados y burócratas; incluso, coordinarse con ellos para formular un proyecto revolucionario que abarcara al conjunto de la realidad nacional. Y en lo militar, a pesar de las recomendaciones del general Felipe Ángeles y las ideológicas de sus asesores, Villa y Zapata simplemente abandonan la capital. Villa regresa al norte y Zapata al sur. Esto salvó eventualmente al carrancismo y definitivamente al obregonismo.

Con mayor visión política e incluyente, a principios del año siguiente Álvaro Obregón logra que los obreros abjuren de su doctrina anarcosindicalista y pacten, el 17 de febrero de 1915, con el constitucionalismo para combatir a los convencionistas (a la supuesta ’reacción’ formada por villistas y zapatistas). Con los obreros, Álvaro Obregón, formó los Batallones Rojos y se creó para el carrancismo una especie de ’halo’ de legitimidad, ya que, de acuerdo con la ideología socialista imperante, serían los obreros y proletarios los herederos del futuro.

De vuelta en la entidad mexiquense, el día 14 de diciembre de 1914 el general zapatista Francisco V. Pacheco impone como gobernador convencionista al joven de 21 años de edad Gustavo Baz Prada (de filiación zapatista), quien hace cuatro años estudiaba medicina en la Ciudad de México y recientemente participaba en las guerrillas agrarista.

Cabe resaltar que el Gobierno Estatal cambiaba de filiación de acuerdo a los cambios de los gobiernos de la Nación. Fue porfirista hasta 1911, maderista hasta 1913, huertistas hasta 1914. Fue carrancista brevemente en 1914; y cuando el zapatismo se apoderó de la capital estatal al triunfo de la Convención de Aguascalientes, a finales de 1914 y durante casi todo el 1915, fue zapatista-convencionista. Finalmente, cuando volvió a triunfar el constitucionalismo de Carranza, volvió a ser constitucionalista. Y así fue con los gobiernos de sus distritos y municipios. Texcoco no fue la excepción.

En el Distrito y Municipio de Texcoco, durante la segunda mitad de 1914, la situación imperante seguía siendo tensa para la población. A principios de agosto hubo conflictos entre soldados federales carrancistas y comerciantes de la ciudad de Texcoco debida a que estos últimos no aceptaban lo billetes provisionales que circulaban por el momento y con los que se le pagaba a la tropa. A mediados de ese mismo mes gavillas de bandoleros asaltaban lugares y ranchos aislados.

El 20 de agosto de 1914 llegaron a Texcoco 900 hombres de la columna del general constitucionalista Rafael Buelna (el Grano de Oro) para resguardar la zona, que estaba infestada de bandoleros. A pasar de esa presencia, el día 22 del mismo mes, cerca de Los Reyes, fue quemado un tramo de vía del Ferrocarril Interoceánico por rebeldes que se decían zapatistas; y a finales del mes, las gavillas continuaban saqueando.

Durante octubre de 1914 fue asaltada una casa habitación en Texcoco, el Rancho Tecoac y la Hacienda Tierra Blanca; así como los poblados de Santa Catarina del Monte por un grupo de 20 zapatistas que luego entraron a San Pablo Ixayoc y Tepechinagua. En esta última población, fueron ya alrededor de 60 zapatistas.

En noviembre de 1914 entró a San Pablo Ixayoc un grupo de bandoleros. Por la noche del 20 al 21 del mismo mes la ciudad de Texcoco fue totalmente saqueada por fuerzas constitucionalistas de la Brigada Buelna y pusieron en libertad a los reos; el mismo día 21, fuerzas del entonces general constitucionalista Guadalupe Narváez salieron de San Andrés Chiautla y se llevaron algunos caballos de vecinos de la localidad.

La situación que se vivía en Texcoco obligó a los vecinos a armarse para resguardar su seguridad, ya que eran objeto de atropellos tanto de bandas de maleantes que se decían revolucionarias (zapatistas principalmente) como de grupos de revolucionarios de diferentes facciones; por lo que, a finales de noviembre de 1914, Francisco Asís Mayer, entonces un ciudadano más de Texcoco y simpatizante de los zapatistas, encabezó a los vecinos para ponerse en armas y con el pequeño grupo que reunió logró repeler a las bandas de malhechores.

Para ese tiempo, la cabecera municipal de Distrito de Texcoco era ya zapatista o simpatizante de éstos, lo cual se demuestra por la entrada pacífica de fuerzas zapatistas a Texcoco a finales de noviembre de 1914. El día 26 de este mes, llegó a la ciudad de Texcoco el ahora zapatista general Guadalupe Narváez, quien dijo ser enviado del general Francisco Pacheco y que venía con la finalidad de darle protección a la ciudadanía. Pero a los pocos días este personaje empezó a cometer atropellos. Desde que llegó a Texcoco exigió $15.00 diarios para la manutención de su tropa, cuando la Comandancia Militar le enviaba de $200.00 a $500.00, constatados por Francios A. Mayer, que encabezaba al grupo de vecinos armados. En Chiconcuac este general asesino sin motivo alguno a dos vecinos, al padre y a su hijo; repetidamente realizaba cateos en casas habitación que realmente eran robos. Además, destituyó y encarceló al presidente municipal de Texcoco, liberándolo un día después, pero amenazándolo de muerte.

A principios de diciembre de 1914, Francisco Asís Mayer, entonces convencionista de filiación zapatista, fue nombrado presidente municipal de Texcoco. Posteriormente, el Cuartel General Zapatista le reconoció el grado de coronel, al frente de la Brigada Mayer.

Alrededor de este hecho, Gonzáles y Huerta (2017), consignan que Victorina Mayer Arce, hija de Francisco A. Mayer y Concepción Arce Ramírez, le relató en una ocasión al Cronista de la ciudad de Texcoco, Rodolfo Pulido, que:

’…en plena revolución estuvo en Texcoco el general Emiliano Zapata, quien conoce a doña Concepción Arce de Mayer, mujer muy atractiva, se enamora de ella y a toda costa se la quería llevar, pero la señora Arce estaba casada con el señor Francisco Mayer, político local de Texcoco, por lo que el señor Mayer se reunió con Zapata… Al hablar el señor Mayer con Zapata, éste respetó la condición de la dama y en virtud al aprecio y admiración que le tuvo a la señora Concepción, Zapata se retiró de Texcoco… gracias a que don Francisco Mayer había hablado con Zapata, se convino que se evitara que Texcoco siguiera siendo saqueado y quemado por los zapatistas. Y en atención a la buena voluntad demostrada por Zapata, el señor Mayer renunció a la presidencia municipal y se unió a las huestes zapatistas con el grado de coronel… El día que se firmó ese convenio se ofreció una fiesta en Santo Tomás Apipilhuasco, amenizada por María Conesa, apodada la ’Gatita Blanca’, y en cuya bota el general Zapata brindó con champagne’.

Este comentario puede considerarse anecdótico, pero realmente no es trivial, deja ver la complejidad de las relaciones entre las autoridades civiles y los zapatistas. Con anterioridad, Gustavo Baz Prada, el gobernador del Estado de México en esos tiempos, también tuvo que imponerse a sus correligionarios zapatistas. Al respecto, Sánchez (2019), anota lo siguiente:

’De acuerdo al historiador Alfonso Sánchez García: Lo que más le agradecieron los mexiquenses de esos días fue que, con una mano tan firme y dura insólita en un jovencillo de 20 años, evitó el saqueo y las depredaciones de una tropa cerril acostumbrada a imponer su feroz voluntad y a saciar como fuera sus peores instintos. Con Baz en Palacio de Gobierno hubo tranquilidad y alimento. De esta forma, Baz también deja una impresión extraordinaria en Toluca’.

Con certeza, este tipo relaciones –digamos– conflictivas en la mayoría de las veces, también se daban con los contingentes de las otras facciones revolucionarias.

Volviendo al tema, en ese mismo periodo (finales de 1914), los zapatistas le informaron a la población de los Distritos de Texcoco y Chalco que se procedería a la devolución y reparto de tierras de acuerdo al Plan de Ayala, repartos que se llevaron a cabo sólo en algunos pueblos y durante los primeros meses de 1915.

Por la mañana del 16 de diciembre de 1914, finalmente, las fuerzas zapatistas del general Guadalupe Narváez, que tantos males causaron a la población, salen de Texcoco llevándose caballos, monturas, armas y alimentos, quedando sólo los vecinos previamente armados por Francisco Mayer. Por la tarde en un tren especial llegó el coronel zapatista Ángel Fernández para aprender a las fuerzas del Narváez, pero como éste ya había huido, decidió darle alcance y les pidió a los vecinos armados que lo acompañaran, pero éstos se negaron. Fernández entonces intentó desarmarlos y derivó el intento en un corto intercambio de disparos. Así que, el coronel Fernández inició la persecución sin el apoyo de los vecinos de Texcoco.

Por la noche del mismo día arribó por tren a Texcoco el mayor José Manuel Ruelas, también zapatista, traía una escolta para cumplir una comisión y regresa al día siguiente a la Ciudad de México, pero como Texcoco estaba sin guarnición, Francisco Mayer gestionó que se quedaran a resguardar esta ciudad.

Era evidente que los zapatistas controlaban la región, pero tenían serios problemas para controlar a los grupos que se les habían unido. El zapatismo representaba para unos la posibilidad de reivindicación social, para otros era una forma de sobrevivencia y la única manera de obtener comida, dinero, ropa, animales y demás; era también la opción de obtener bienes y tierras o recuperar las que les habían quitado. Por todo esto, el Cuartel General Zapatista intentó controlar los abusos cometidos por los diversos grupos que se les unieron. Y las medidas fueron drástica: el fusilamiento a quien no las acatase. Y es que el movimiento se desprestigiaba.

En Texcoco los fusilamientos eran el pan nuestro de cada día. Y aquí, para ejemplificarlo, me permitiré dos anécdotas:

’Allá por 1965-66, llegué a escuchar a la señora Lourdes Urusquieta, contándole a mi mamá, que cuando era muy niña, allá por 1914 o 15, por la esquina las calles que ahora son Morelos y González Ortega, había unos paredones viejos de adobe que tenían varios hoyos. Cuando andaba jugando con sus amiguitas y empezaban a oír tiros, se asomaban por esos agujeros en la pared para ver cómo los zapatistas fusilaban a la gente. Ella nunca supo a qué gente fusilaban, pero si se acuerda que tenían que cuidarse porque si salía su mamá u otro familiar las regañaban por estar viendo eso, a los fusilados. Las metían rápido a las casas y buena tunda que se llevaban. Recordaba también que a las "muchachas grandes" las familias las tenían que esconder porque los zapatistas se las robaban y luego ya nunca sabían de ellas’.

’Tiempo después, en el año 2020, platicando con el señor Enrique Alatriste Comellas, me relataba que a su padre a su vez le contaron que a la vuelta de la fábrica (la Fábrica de Vidrio Soplado ’El Crisol’), en lo que ahora es la calle Mina, había una hilera de arbolitos; y que por las noches se oían ruidos y disparos. Luego, al otro día que salían veían a un montón de indios colgados en esos arbolitos, y que hasta las ramas se doblaban del peso de los muertos’.

En este escenario, en lo particular diciembre de 1914, fue angustiante para la población texcocana por la inseguridad que se vivía, lo cual causó una parálisis económica y el traslado de muchos de sus habitantes a la Ciudad de México, donde había más seguridad.

Entre tanto, en el escenario nacional, el 14 de diciembre de 1914 las fuerzas zapatistas toman la ciudad de Puebla en su persecución de los carrancistas. Pero detienen su marcha en lugar de avanzar sobre el Estado de Veracruz a fin de derrotar definitivamente a los constitucionalistas, como ya lo había aconsejado con anterioridad el general Felipe Ángeles. Esta decisión, más el retiro de las tropas estadounidenses del puerto de Veracruz el 23 de noviembre pasado, le permitieron a Venustiano Carranza refugiarse en esa entidad, ejercer el poder, recuperar al ejército, pertrecharlo e iniciar una contraofensiva.

Mientras tanto, en Texcoco, el 21 de diciembre, llaga el capitán Quirino Serna, perteneciente a las fuerzas del general zapatista Everardo González, con la misión de guarnecer la plaza.

A nivel nacional, el 5 de enero de 1915 la ciudad de Puebla fue recuperada por los constitucionalistas, quienes se dispusieron a avanzar sobre la capital del país para recuperarla de los convencionistas (villistas y zapatistas) que la ocupaban; por lo tanto, los convencionistas concentraron tropas en el oriente del Estado de México con el objetivo de evitar su llegada a la Ciudad de México. Por ello, durante los primeros seis meses de 1915 el Distrito de Texcoco y en general toda la zona oriente de la entidad fue constantemente incursionada por tropas carrancistas, lo que provocó enfrentamientos frecuentes entre éstas y fuerzas zapatistas.

El día 8 de enero siguiente pasaron por Texcoco las brigadas de Arenas y Barrera procedentes de Puebla y al siguiente día llegó a la ciudad el general Everardo González con 200 hombres de Chalco. En este último día, el Distrito de Texcoco fue atacado por tropas carrancistas, lo que provocó la movilización de las fuerzas zapatistas hacia Calpulalpan.

A mediados del mismo mes las fuera de los generales Navarro y Salvador Gómez se retiran a la Ciudad de México, quedando en Texcoco una pequeña guarnición de unos veinte hombres del general Everardo González.

El 16 de enero de 1915, el general Eulalio Gutiérrez, presidente provisional de la Republica, abandona la Ciudad de México y se traslada a Nuevo León, llevándose los poderes y ejerciendo el cargo itinerantemente. Sin embargo, la Convención Nacional Revolucionaria de Aguascalientes nombró como presidente provisional a licenciado Roque González Garza, quien fungía como presidente de dicha Convención.

En vísperas de la inminente entrada de las tropas constitucionalistas a la Ciudad de México, los movimientos de las fuerzas zapatistas en la entidad eran frecuentes. El 23 de enero pasaron por la ciudad de Texcoco tres trenes con las brigadas de los generales Bonilla y Genovevo de la O hacia Calpulalpan; y el día 26 del mismo mes la guarnición zapatista de Texcoco partió rumbo a la capital. No obstante, a pesar de los movimientos zapatistas y sus medidas defensivas, el 28 de enero de 1915 el general Álvaro Obregón ocupa la Ciudad de México, ocupación que se dio bajo una nutrida lluvia de balas de los francotiradores de las fuerzas convencionistas de Roque González, quien partió hacia Cuernavaca para instalar allí su gobierno.

A partir de la toma de la capital del país todo el oriente del Estado de México fue campo de batallas entre zapatistas y carrancistas. El 18 de febrero Tezoyuca y Cuanalán fueron atacadas por constitucionalistas. De finales de febrero mediados de marzo hubo avistamiento de tropas, tanto zapatistas como carrancistas en los alrededores de Texcoco. El 19 de marzo los zapatistas evacuaron la plaza de Otumba por el avance de los constitucionalistas. Ése mismo día Texcoco fue atacado por una partida de gente armada que no fue identificada. Los atacantes saquearon las oficinas de rentas, varios comercios, casas habitación y liberaron a los presos.

El 11 de marzo de 1915 las tropas constitucionalistas salieron en de la Ciudad de México rumbo a Querétaro y Guanajuato a enfrentar a Francisco Villa, entonces las fuerzas zapatistas vuelven a ocupar la capital del país. El 13 de marzo siguiente, arriba a la capital de México el licenciado Roque González Garza; mientras que Venustiano Carranza seguía en Veracruz conservando de Poder Ejecutivo.

Entre el 4 y el 15 de abril de 1915, se llevaron a cabo las dos Batallas de Celaya entre las fuerzas villistas comandadas directamente por Francisco Villa y las constitucionalistas mandadas por el general Álvaro Obregón. En esas batallas, con el apoyo de los Batallones Rojos, y la adopción de nuevas tácticas de guerra de trincheras desarrolladas en la Primera Guerra Mundial, con ametralladoras tácticamente ubicadas, Obregón derrotó a Villa.

Derrotado Francisco Villa en Celaya, los constitucionalistas emprendieron, por una parte, la persecución de los villistas, hasta que el 1° de noviembre de 1915 en Agua Prieta, Sonora, Villa fue derrotado definitivamente por el general Plutarco Elías Calles; y, por otra parte, recuperar la capital de la República y derrotar a los zapatistas. Con este objetivo, a partir de mayo de 1815 los combates entre carrancistas y zapatistas en el sur y oriente del Estado de México se recrudecieron.

El 10 de junio de 1915, por discrepancias entre las cúpulas convencionistas, renuncia a la presidencia Roque González Garza; entonces la Convención Nacional Revolucionaria de Aguascalientes nombra en su lugar, como presidente de México, al licenciado Francisco Lagos Cházaro.

Días después, en el Estado de México, el 20 de junio de 1915 Emiliano Zapata le ordena al general Genovevo de la O trasladarse con sus fuerzas a Texcoco, ya que los carrancistas avanzaban por ese rumbo. Además, que se coordinara con los jefes que se encontraban en Los Reyes para preparar un ataque sobre los constitucionalistas. Pero por sobre los preparativos y planes zapatistas, a finales de junio el general carrancista Pablo González, en su marcha hacia la Ciudad de México, toma la plaza de Texcoco obligando a los zapatistas a replegarse a los montes y al Distrito de Chalco. Poco después los zapatistas deciden recuperar la plaza de Texcoco, atacando desde Coatlinchán, Tequexquinahuac, Huexotla y Tepexpan, pero por una descoordinación en la llegada de las tropas y por la inferioridad de su artillería, fracasaron y volvieron a retirarse.

Al mes siguiente, el día 10 de julio, el general zapatista Rafael Espinosa, atacó la plaza de Texcoco sin causar grandes estragos y posteriormente partió rumbo a Chalco a enfrentar al enemigo.

El 14 de julio, en la plaza de Texcoco, ya había entre 200 y 500 carrancistas listos para dirigirse a la Ciudad de México. Los carrancistas se acercaban a la capital, por lo que a mediados de este mismo mes Lagos Cházaro abandona la capital y se dirige a la ciudad Toluca, en el Estado de México, en donde establece temporalmente su gobierno.

El 16 de julio el teniente coronel Gabriel Pérez reporta la presencia de carrancistas en Chalco y Amecameca; Emiliano Zapata entonces le ordena al coronel Trinidad Sánchez que lo apoye, pero sin informarle a la gente para que no lo abandonaran. Esto indica claramente que para estas fechas había deserciones entre las fuerzas zapatistas. Y es que el avance carrancista los sobrepasaba.

Entran entonces las tropas carrancistas a la Ciudad de México, pero el día 18 de julio de 1815, salen de la capital en diez trenes rumbo a Texcoco; entonces, por Iztapalapa, los zapatistas empiezan a ocupar nuevamente la capital.

El mismo día 18 de julio, en Texcoco, el coronel Francisco Mayer sostuvo un tiroteo contra fuerzas carrancistas en el poblado San Miguel Tlaixpan. En el parte militar al respecto, el coronel Mayer le informa al genera Emiliano Zapata que tuvo que replegarse; y a su vez que tiene conocimiento ’de que en Texcoco hay una guarnición no menor de 300 hombres que esperan refuerzos para dar posición de sus bienes a varios hacendados del mismo Texcoco’. Seguramente esos hombres referidos por el coronel Mayer, eran carrancistas, ya que éstos teniendo la zona bajo su control, empezaron a devolver las tierras a los hacendados de la localidad que fueron repartidas por los zapatistas durante los primeros meses de 1915.

Continúan los combates en la Ciudad de México entre constitucionalistas y zapatistas y el día 20 de julio los carrancistas evacuan la capital. Para el día 21 las fuerzas carrancistas se encontraban en Texcoco, por lo que el general Everardo González parte en esa dirección para combatirlas. Empero, los carrancistas contraatacan y se dirigen nuevamente a la capital.

Entre el 25 y 28 de julio, el general zapatista José León Ibarra Valdés, enfrenta a las tropas carrancista que entraban a la Ciudad de México en las calles del Relox (hoy República de Argentina y Justo Sierra), Tezontlale, Santo Domingo y Peralvillo. Por la tarde del 28, la brigada del general Ibarra se retira a Toluca. Finalmente, el 2 de agosto de 1915, los batallones constitucionalistas se apoderan definitivamente de la Ciudad de México y no vuelven los zapatistas a ocuparla.

De nuevo en Texcoco, el historiador Miguel A. Sánchez Lamego, citado por Contla (2010), señala que ’el coronel Francisco Mayer, después de una serie de triunfos contra los carrancistas y correrías en el área texcocana en que persiguió a algunas facciones de pseudo revolucionarios, fue derrotado en su natal Texcoco por el general Pablo González y Rafael Buelna, el 13 de agosto de 1915’.

El 20 de agosto Emiliano Zapata les ordena a sus jefes y generales que marchen inmediatamente con sus fuerzas hacia la línea de fuego comprendida entre Xochimilco y Texcoco. Los combates continúan hasta que finalmente en el mes de octubre de 1915 se imponen los carrancistas en el oriente del Estado de México.

En otro lugar de la República, entre el 29 y 30 de noviembre de 1915, en la Hacienda Gruñidora, en Zacatecas, se enfrentan fuerzas carrancistas contra lo que quedaba del ejército convencionistas que había salido con anterioridad de la ciudad de Toluca, siendo derrotados totalmente los segundos, por lo que éstos se dispersan en su totalidad.

El 1° de enero de 1916, Venustiano Carranza establece su gobierno en la ciudad de Querétaro, en donde convoca a un congreso constituyente para elaborar una nueva constitución. Dos días después, el 3 de enero, sale del país Lagos Cházaro. Con esta salida los gobiernos convencionista terminan y la Convención Nacional Revolucionaria de Aguascalientes se desintegra, aunque los zapatistas intentaron continuarla a través del Consejo Ejecutivo Nacional hasta el 16 de mayo de 1916.

Texcoco y la Constitución de 1917

En el Distrito de Texcoco, y en general en todo el oriente del Estado de México, durante 1916 la población siguió siendo azolada tanto por bandas de delincuentes como por la guerrilla zapatista y principalmente por el propio ejército constitucionalista. Sobre éste último, hubo quejas de las autoridades, por ejemplo, los pobladores de La Purificación (poblado cercano a la ciudad de Texcoco), enviaron un escrito a la Secretaría de Estado y del Despacho de Guerra y Marina denunciando los atropellos del ejército.

A mediados de ese año los pobladores de Santa Catarina del Monte, después de que su comunidad fue quemada por los carrancistas y de que fueron concentrados en Texcoco y la Hacienda de Chapingo, los zapatistas de ese pueblo participaron como la ’Compañía Santa Catarina’, primero bajo las órdenes de Enrique Landeros y luego a las órdenes de Antonio Mora. Incursionaron en el Estado de Hidalgo enfrentándose a los carrancistas y tratando de hace adeptos en esa entidad, así como en Tlaxcala y Puebla, sin lograrlo.

Todavía ese año, el 8 de septiembre, encabezados por Antonio Mora, participaron en un combate contra los carrancistas en el Molino de Flores, del cual se retiraron por la llegada de refuerzos de éstos últimos.

Cuando el gobierno permitió que los pobladores que tenían concentrados regresaran a sus pueblos, los zapatistas que se habían ido a combatir, también retornaron a sus comunidades y no volvieron a tomar las armas. En 1917 en general la región de Texcoco entró en calma; pero sobrevino el hambre, las carencias y el continuo asecho de los carrancistas. Luego en 1918, acaeció la epidemia de gripe española, que en Estado de México cobró alrededor de 11,000 muertes (Mancilla, 2008).

Regresando a 1917, los zapatistas lograron recuperaron el control en el Estado de Morelos, más no en la parte oriente del Estado de México. Sin embargo, sí hubo presencia de guerrillas zapatistas durante ese año y los siguientes en las zonas montañosas de Texcoco y Chalco.

En lo político, y a otra escala, el 1° de diciembre de 1916, el Congreso Constituyente, reunido en la ciudad de Querétaro, expide la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que reforma la del 5 de febrero de 1857. Esta Constitución fue ratificada por el Constituyente el 31 de enero de 1917; se imprimió promulgó y circuló por Bando Solemne el 5 de febrero de 1917 y comenzó a regir a partir del 1° de mayo del mismo año.

En cuanto a los municipios, desde 1914 se planteó la creación del municipio libre. El 26 de noviembre de ese año, Venustiano Carranza publicó un decreto en el que incorporó la figura del municipio libre en el artículo 109 de la Constitución de 1857. El 24 de enero de 1917, la Segunda Comisión de Puntos Constitucionales, presidida por los Diputados Hilario Medina y Heriberto Jara, del Congreso Constituyente reunido en el Teatro Iturbide de la ciudad de Querétaro, comenzó la discusión del dictamen que daría origen al Artículo 115 Constitucional con base en la Ley del Municipio Libre. Finalmente, el Municipio Libre se estableció como la base de la división territorial y la organización política y administrativa de los estados, estipulando que cada municipio será administrado por un ayuntamiento de elección popular directa, sin autoridad intermedia entre éste y el Gobierno del Estado.

Como reflejo de la Constitución Política de la Nación, ’La XXXI Legislatura del Estado de México, en funciones de Constituye, de acuerdo con el Decreto y autorización expedidos por el Ciudadano Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo de la Unión, el 22 de marzo y 14 de abril del año en curso, respectivamente; así como con el Decreto No. 5 expedido por el Ciudadano Gobernador Constitucional del Estado, el 16 de abril de 1917, siendo Gobernador Constitucional, el General Agustín Millán decretó la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de México’ (Romero, 1984). Esta Constitución Local se publicó posteriormente en el Periódico Oficial el 10 de noviembre del mismo año.

En el Artículo 7 de esta Constitución Local, de conformidad con lo establecido en el artículo 115 de la Constitución Federal vigente, declara que el Estado adopta el sistema de gobierno Republicano, Representativo y Popular, reconociendo como base de su división territorial y de su organización política y administrativa, al municipio libre. En el Artículo 8 de la misma, se asienta que a través de una ley orgánica se determinará el número de municipios a que se refiere el artículo anterior, así como su división interior. Y en el Artículo 9, se define que el Estado se divide en 16 Distritos Rentísticos y Judiciales que son: Chalco, Cuautitlán, El Oro de Hidalgo, Ixtlahuaca, Jilotepec, Lerma, Otumba, Sultepec, Temascaltepec. Tenango del Valle, Tenancingo, Texcoco, Tlalnepantla, Toluca, Valle de Bravo y Zumpango.

En seguimiento del Artículo 8 de la Constitución del Estado, el 17 de septiembre de 1917, la Legislatura Local, mediante el Decreto No. 34, expide la Ley Orgánica Municipal del Estado de México, la cual fue publicada en el Periódico Oficial el 24 de septiembre del mismo año. En esta Ley el Municipio de Texcoco se ubica en el Distrito XII, de 16 que se contemplan; y que la cabecera municipal es la ciudad de Texcoco de Mora. Con esta disposición legal oficialmente quedan canceladas definitivamente aquellas formas de división territorial, política y administrativa de distritos y partidos.

Con respecto a la fecha de expedición de esta Ley Orgánica (17 de septiembre de 1917), vale destacar que, en varios documentos de corte histórico, oficiales (municipales e incluso estatales), así como en varias páginas electrónicas, se consigna que: ’el 17 de septiembre de 1919 se declara legalmente constituido el municipio libre de Texcoco como parte integrante del Estado de México’; y que: ’se termina con la división política y administrativa de distritos y partidos.

Sobre esta fecha, la del año de 1919, considero que es errónea y que la correcta corresponde a la del año de 1917 (me atrevería a afirmar que posiblemente hubo un error de ’dedo’ que se ha estado arrastrando en el tiempo de documento a documento).

Y como en el caso de la ’fecha de erección’ de este municipio el 31 de agosto de 1875, se buscó en las páginas electrónicas del Congreso Local, y tampoco se encontró decreto alguno que sustente a este año como el de la erección del Municipio de Texcoco.

El final de la Revolución Mexicana

Ahora, con respecto al curso de la Revolución, debe volverse a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En las discusiones de los Diputados Constituyente, se incluyeron, además de las propuestas de reformas de la Carta Magna de 1857, la esencia y espíritu de otros programas y planes elaborados a principios del siglo XX en los que se plasmaron las ideologías revolucionarias y que finalmente enriquecieron la Constitución de 1917. Esos documentos fueron: El Programa del Partido Liberal Mexicano, de 1906; El Programa del Centro Antirreeleccionista, de 1909; El Plan de San Luis, de 1910; El Plan Político Social, de 1911; El Plan de Texcoco, de 1911; El Plan de Ayala de 1911; y El Plan de Santa Rosa, de 1912. Todos éstos de alguna forma sirvieron de hilos conductores en los cabildeos y discusiones de los congresistas. Finalmente se recogió parte de las demandas planteadas en el Programa del Partido Liberal Mexicano de los hermanos Flores Magón; así como la esencia del Plan de Ayala del zapatismo, incluso con leyes agrarias más radicales que las demandadas por Zapata originalmente en dicho Plan.

A pesar de la tónica incluyente de la Constitución del 17, los enfrentamientos entre tropas carrancistas y zapatistas continuaban en el Estado de Morelos, por lo que se ideó un plan para asesinar a Zapata, lo cual acaeció el 10 de abril de 1919.

El 1° de mayo de 1917 es electo Carranza como Presidente Constitucional. En vísperas de concluir su periodo presidencial, designa como sucesor al Ingeniero Ignacio Bonilla, un civil. Los militares entonces se inconforman y un grupo de ellos lanza como candidato al general Álvaro Obregón; y otro grupo, al general José Pablo González Garza. Ya en campaña política, Carranza trata de involucrar a Obregón en un complot para apresarlo, pero éste huye y posteriormente se levanta en armas respaldado por el Plan de Agua Prieta. Paulatinamente militares y políticos se van adhiriendo a este Plan y Carranza huye nuevamente hacia el puerto de Veracruz. En su intento, el 21 de mayo de 1920 es asesinado en Tlaxcalantongo, Puebla, por gente del general Manuel Peláez, militar que estuvo a las órdenes de los petroleros estadounidenses.

El 25 de mayo de 1920, es nombrado el general Adolfo de la Huerta Marcor como presidente interino. Su interinato fue breve, pero en éste se lograron grandes avances. Con métodos civiles (negociaciones, acuerdos, pactos), no militares, logró la pacificación de Francisco Villa, Pablo González, de los jefes zapatistas que aún quedaban, de Félix Díaz, Manuel Peláez, Juan Andrew Almazán, Marcelo Caraveo y de otros que ostentaban todavía las armas. Además, en su periodo, retornaron a México algunos exiliados políticos a causa de la Revolución, como José Vasconcelos Calderón.

Después de ese interinato, el 1° de diciembre de 1920, el general Obregón asume el cargo de Presidente de la República. El 20 de julio de 1923, es asesinado Francisco Villa por manifestar abiertamente su adhesión a Adolfo de la Huerta si éste lanzaba su candidatura a la presidencia de la República.

El 1° de diciembre de 1924, ocupa la presidencia de la República el general Plutarco Elías Calles. Durante su periodo estalló la Guerra Cristera promovida por el clero católico mexicano y el Vaticano, la cual realmente fue un movimiento contrarrevolucionario de corte conservador y de derecha. En su intento por reelegirse, Álvaro Obregón sufre varios atentados; ya reelecto, el 17 de junio de 1928, es asesinado en el Restaurante La Bombilla. Uno de los autores materiales del homicidio fue el fanático católico José León Toral.

Muerto Obregón, el 1° de diciembre de 1928 ocupa la presidencia interinamente el licenciado Emilio Portes Gil; el 5 de febrero de 1930, es nombrado presidente el general e ingeniero Pascual Ortiz Rubio; y el 4 de septiembre de 1932 es nombrado el general Abelardo Rodríguez Luján. Al periodo que abarcó el ejercicio de estos tres presidentes se le conoce en la historia de México como ’El Maximato’, por la fuerte influencia que Plutarco Elías Calles ejercía sobre ellos como jefe ’máximo’. Hasta que el 1° de diciembre de 1934, es electo presidente el General Lázaro Cárdenas del Río, quien le puso fin a ese periodo. Cárdena, concluyó su periodo presidencial el 30 de noviembre de 1940.

En Texcoco, de acuerdo con Pulido (1996 y 2001), los presidentes municipales que se sucedieron desde el inicio de la Revolución hasta 1940 fueron: Paulino García, 1910; Francisco E. Galicia, 1911; José Cornejo, del 1° de enero al 31 de julio de 1912; H. G. Carrasco, del 1° de agosto al 31 de diciembre de 1912; Salvador Araiza y Teodoro E. Alcocer y Cruz, 1913; Teodoro E. Alcocer y Cruz, 1914; Francisco Asís Mayer, 1915; Pablo Rodríguez, 1916; Manuel M. Rodríguez, 1917. Jesús Rodríguez, 1918; Manuel M. Rodríguez, 1919; Joaquín Uribe y Troncoso, 1920 y 1921; Martín Nava y Galán, 1922; Pablo Rodríguez, 1923; Antonio G. Maldonado, 1924; Juan de Dios Irizar, 1925 y 1926; Agapito Espíndola del Pego, 1927; Jesús Rodríguez, 1928 y 1929; Clemente L. Enciso, 1930 y 1931; Carlos García, 1932 y 1933; Eligio Robles, 1943 y 1935; Francisco J. Martínez, 1936 y 1937; José Luis G. Morales, 1937 y 1938; y Placido López y López en el bienio de 1939 y 1940.

Con respecto al bienio de 1939 a 1940, de acuerdo con los descendientes de Clemente L. Enciso (cuyo verdadero nombre era Clemente Enciso López), fue él quien ganó las elecciones y tomó posesión del cargo, pero por conflictos con un político encumbrado de Toluca, de apellido Riva Palacio, y con otros políticos de la localidad, tuvo que dejar la presidencia argumentando causas de salud, quedando como presidente interino Placido López y López, quien continuó en 1941.

TEXCOCO RECIENTE

Continuando con la relación de presidentes municipales de Texcoco, se sucedieron: Luis García Becerril, 1942 y 1943; Guillermo Tirado, 1944 y 1945; Plácido López y López, de 1946 a 1948; Luis García Becerril, de 1949 a 1951. En esta última administración fue inaugurada por el presidente de México, Miguel Alemán Valdés, la Escuela Primaria Centro Escolar Netzahualcóyotl.

El siguiente presidente municipal fue José Rodríguez Vallejo, de 1952 a 1954, en cuya administración se inauguró el Mercado Municipal de Texcoco (Mercado San Antonio) por el gobernador del Estado, Salvador Sánchez Colín, el propio presidente municipal y Rafael Espinosa como presidente de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material. A finales del último año de este periodo presidencial (1954), Jesús Mayer, cubrió un interinato.

Continuó en la presidencia municipal Rafael Espinosa López, de 1955 a 1957. En esta administración se inauguró la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

El siguiente presidente municipal fue Silverio Pérez Gutiérrez, de 1958 a 1960, en cuyo ejercicio, en 1959, se construyó el actual Palacio Municipal de Texcoco.

Le siguió en la presidencia municipal Benito Bustamante Buendía, de 1961 a 1963. Durante este trienio, el 18 de abril de 1963, se erigió el Municipio de Nezahualcóyotl; por lo que días antes, mediante el Decreto No. 93, de fecha 3 de abril del mismo año, para su conformación territorial, se decretó que se segregaban terrenos de los municipios de Chimalhuacán, La Paz, Ecatepec, Texcoco y Atenco.

Después continuó en la presidencia Jorge Cortés Ramírez, de 1964 a 1966. Pero debido al estado de salud del doctor Jorge Cortés, se retiró del cargo y Victorina Mayer Arce cubrió un interinato de abril de 1966 al 31 de diciembre del mismo año. Le sucedió Silverio Pérez Gutiérrez, de 1967 a 1969; Benito Bustamante Buendía, de 1970 a 1972; y Mauricio Valdés Rodríguez durante el trienio de 1973 a 1975.

La campaña electoral para llevar a la presidencia municipal de Texcoco al licenciado Mauricio Valdés, por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue conflictiva. En esos años había una ’gerontocracia’ perteneciente también al PRI que se alternaba el poder municipal; y llegaba una generación de jóvenes que los viejos priistas no aceptaban. ¿Cómo va a ser presidente un chamaco de apenas 22 años de edad? –se decían–. Fue tal el encono, que esos viejos priistas apoyaron a otra persona ’mayor’ de edad, a Isidoro Burges Cuestas, por el Partido Acción Nacional (PAN). Además, Mauricio Valdés estaba apoyado por quienes entonces también eran jovencito, como Carmina Téllez Salazar, Humberto Sánchez Tapia, Roberto Andrade Monsalvo y otros, que a juicio de los ’viejos’ carecían de la experiencia suficiente para gobernar. Finalmente ganó la alecciones Mauricio Valdés. Pero en las siguientes elecciones, la ’gerontocracia’ texcocana recuperó el poder y fue presidente municipal por tercera ocasión Silverio Pérez Gutiérrez durante el trienio de 1976 a 1978.

Continuando con el listado, se sucedieron: José Carmelo Vázquez Ávila, de 1979 a 1981; Rafael Garay Cornejo, de 1982 a 1984; Jorge Ávila Álvarez, de 1985 a 1987; Humberto Sánchez Tapia, de 1988 a 1990; Isidoro Burges Cuesta, de 1991 a 1993, en esta ocasión postulado por el PRI; y Héctor Alfonso Terrazas González, de 1994 a 1996.

Para el periodo presidencial de 1994 a 1996, se postuló como candidato del PRI a Rafal Garay Cornejo; y por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), a Higinio Martínez Miranda. Las votaciones estuvieron muy reñidas y los dirigentes del PRD acordaron que si perdían por un mínimo margen de votos tomarían el palacio municipal para pelear posiciones. Y Así ocurrió. Además, el 1° de enero de 1994 se levantó en armas el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas y entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN). Las cosas en México, políticamente hablando, estaban tensas y eran delicadas, no se iban a permitir disturbios cerca de la Ciudad de México, de la capital del país. El presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, le pidió al gobernador del Estado de México, Emilio Chuayffet Chemor, que solucionara todos los conflictos poselectorales de pudiera haber.

Así que, por ’órdenes de arriba’, hubo negociaciones. Y en una sesión extraordinaria de cabildo del viernes 7 de enero de 1994, presentaron sus solicitudes de licencia definitiva a los cargos de Presidente Municipal, Rafael Garay Cornejo; Síndico Municipal, Victoria Salcedo Baca; Segundo Regidor, Marcelino Vergara Rodríguez; Sexto Regidor, Clementina Lugo Soto; y Noveno Regidor, José Juan Alejandro Rodríguez Álvarez. Ese día, por ministerio de ley, asumió la presidencia municipal María del Carmen Téllez Salazar, por un lapso de tiempo de dos días.

El mismo día 7 de enero, la LII Legislatura Local, erigida en Colegio Electoral, expidió el Decreto No. 12, con el que se designó a Héctor Alfonso Terrazas González, Alfredo Ramírez López, Benito López Castañeda, Juan López Miranda y Daniel Portugués, como Presidente Municipal, Síndico y regidores propietarios sustitutos del Ayuntamiento de Texcoco para concluir el periodo constitucional 1994 a 1996. Decreto que se publicó en la Gaceta del Gobierno al día siguiente 8 de enero.

Las negociaciones derivaron en la conformación de un gobierno bipartidista del PRI y el PRD: La Presidencia Municipal para PRI, el Sindicatura (síndico procurador) para el PRD, la Primera Regiduría para el PRI, la Segunda Regiduría para el PRD, la Tercera Regiduría para el PRI; y así sucesivamente hasta el Noveno Regidor para el PRI y la Décima Regiduría para el PAN. Las direcciones y las jefaturas de departamentos también fueron repartidas entre personas de los dos partidos, por ejemplo, Desarrollo Urbano para el PRD, Servicios Públicos para el PRI, Seguridad Pública para del PRI y así todas.

Prosiguiendo con la sucesión presidencial, ocupó después la presidencia municipal Jorge de la Vega Membrillo, de 1996 a 2000; Horacio Duarte Olivares, de 2000 a 2003; Higinio Martínez Miranda, de 2003 a 2006, pero Nazario Gutiérrez Martínez, cubrió un interinato en 2006. En el siguiente trienio, de 2006 a 2009, continuó en la presidencia Constanzo de la Vega Membrillo. Estos cinco presidentes fueron postulados por el PRD. Con los gobiernos perredistas la población de Texcoco esperaba mucho, que se acabaran viejas prácticas negativas que se le adjudicaban solamente al PRI: amiguismo, compadrazgos, nepotismo, corrupción, etcétera. Empero, de acuerdo con la opinión de muchos ciudadanos, no se acabaron.

Las siguientes elecciones las ganó el PRI, llevando a la presidencia municipal a Amado Acosta García para el trienio de 2009 a 2012. E igualmente, la ciudadanía esperaba cambios éticos, morales, honestidad y demás. Pero igual, de acuerdo con la opinión de muchos votantes, no fue así.

Amado Acosta pidió permiso para separarse del cargo y competir por una diputación; en su lugar, interinamente, gobernaron Texcoco de 2011 a 2012, Gustavo Ávila Ordoñez por un corto tiempo y le siguió Arturo Martínez Alfaro.

El 2 de octubre de 2011 se fundó el Movimiento de Renovación Nacional (MORENA) como movimiento político nacional, el 20 de noviembre de 2012 como asociación civil y el 1° de agosto de 2014 como partido político nacional.

Para el trienio de 2012 a 2015, el partido Movimiento Ciudadano (MC) postuló a Delfina Gómez Álvarez para presidente municipal de Texcoco, quien ganó las elecciones por amplio margen por sobre los candidatos del PAN y el PRI (este partido quedó en esas elecciones como tercera fuerza política en el municipio).

En esta administración, durante los meses de marzo a mayo de 2014 se realizaron trámites y recorridos de campo para verificar los límites entre los municipios de Texcoco y Atenco. Derivado de éstos se reconoció que le pertenecían a Atenco 480 hectáreas de terrenos (a la altura de La Magdalena Panoaya) que estaban en territorio texcocano y que pertenecían a Atenco, por lo que se procedió a elaborar un Convenio Amistoso para retornarlas a ese municipio. Este convenio se firmó entre ambos Ayuntamientos el 9 de julio del mismo año; posteriormente, mediante el Decreto No, 291, de fecha 14 de agosto de 2014, publicado en la Gaceta de Gobierno el 19 de agosto inmediato, se decretó la aprobación del Convenio Amistoso para la Precisión y Reconocimiento de Límites Territoriales celebrado por los Ayuntamientos de Atenco y Texcoco, con el que fueron retornadas esas hectáreas.

Continuando, de 2015 a 2018, fue presidente municipal Higinio Martínez Miranda, ahora por MORENA. Para el trienio de 2018 a 2021 MORENA postuló a Sandra Luz Falcón Venegas, ganando ella las elecciones. En el segundo semestre último año de su gobierno pidió permiso para separase del cargo a fin de competir por la reelección a presidente municipal de Texcoco, nombrando como presidente interino a Cecilia Cruz Patiño. En las elecciones para el trienio de 2021 a 2024, volvió a ganarlas Sandra Luz Falcón.

En 2023, se llevaron a cabo las elecciones para la gubernatura del Estado de México para el sexenio de 2024 a 2029, compitiendo por el cargo, por la alianza de los partidos PRI, PAN y PRD, Alejandra del Moral Vela; y por la alianza de los partidos MORENA, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Delfina Gómez Álvarez. La victoria en estas elecciones la obtuvo la Profa. Delfina Gómez.

CONCLUSIONES

Solamente dos muy breves conclusiones:

La primera: En general, me atrevería a decir que la historia y la microhistoria corren en paralelo y se entretejen, tal como se aprecia en este breve recorrido; y así como los sucesos a niveles internacionales y nacionales repercuten localmente, en uno de tantos municipios; también los eventos locales se llegan a ver reflejados a niveles mucho más amplios.

Y la segunda: La historia se sigue escribiendo; y la caja de Pandora sigue abierta.

FUENTES DE INFORMACIÓN Y AGRADECIMIENTOS

Documentos consultados

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Agradecimientos

Agradezco a Ernesto Sánchez Sánchez, Coordinador del Proyecto ’Texcoco en el Tiempo’, por la información proporcionada acerca de las fortificaciones de Texcoco durante la Guerra de Independencia (segunda década del siglo XIX), y por las imágenes facilitadas, que se incluyen en este escrito, y que además serán utilizadas para otra publicación posterior; así como a Héctor, Bernardo y Juan Manuel Olvera Enciso por la información proporcionada acerca de don Clemente Enciso López y los recientes gobernantes de Texcoco.


Texcoco de Mora, Estado de México a 23 de agosto de 2023.

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