Seminario de Cultura Mexicana
Corresponsalía Texcoco, Estado de México
Benito Juárez. Sus biografías: Muchas, innumerables, desde las estampitas de papelería, que recuerdo bien en la primaria ’Netzahualcóyotl’ las maestras nos pedían y que comprábamos en ’La Brocha’ o en ’La Atómica, para pegarlas en los cuadernos, allá por la segunda mitad de la década de los sesenta del apenas siglo pasado, hasta hoy los libros bien fundamentados sobre su vida; históricos y objetivos unos y otros muy adornados hasta lo romántico, idealistas y sentimentales muy poco objetivos, que si bien giran alrededor de la historia, pero bien maquillados.
Así son las biografías de Benito Juárez, y las de todos los ’héroes’ que eventualmente a los políticos, partidos y gobiernos les conviene acaparar para identificarse con ellos, para abanderarse de ellos, para justificarse ridículamente tratando de ’emularlos’; para mencionarlos reiterativamente en sus vacíos y demagógicos discursos diseñados para enajenar, en fin, sólo para manipular emotivamente a las masas.
Y es que hay siempre dos historias alrededor de nuestros próceres, una historia oficial y una historia profesional. La primera le es necesaria a los sistemas políticos (gobiernos) para respaldarse, crear a su conveniencia entre el pueblo gobernado un patriotismo, un nacionalismo y una identidad a su modo. La segunda, es objetiva y apegada lo más posible a realidades. Ésta última desenmascara personalidades, evidencia aciertos y errores de los personajes; en cambio, la historia oficial no les señala errores a sus ’héroes’, para esta historia éstos son inmaculados, impolutos, toda bondad, todo bien y toda gloria ¡Así sea!
¿Por qué ese cierto temor a la historia profesional? A fin de cuentas, en la mayoría de los casos refuerza la figura del personaje y nos lo hace más humano. Y en cuanto a sus errores, por su naturaleza y las circunstancias de los momentos que vivieron, se pueden justificar; o, medio justificar. Es el caso en este caso (valga la repetición), del Tratado McLane-Ocampo, por ejemplo, y que no se detallará aquí.
La figura de Benito Juárez, lo recuerdo, nos la pintaron aquellas maestras de primaria, de una forma muy romántica. Un niño ’indito’ pastorcito, cuidador de los borreguitos de su tío, porque era huérfano. Además, nos decían que no sabía leer y escribir. Eran muy cuidadosas las maestras de aquellos ayeres de no decirnos que era analfabeta. ¡No, no, no! No conocía las palabras y las letras del castellano, nada de decir que era analfabeta, esta palabra al futuro benemérito no se le podía adjudicar. ¡Ah! Y también nos decían nuestras románticas profesoras que era muy pobre.
Y lo anterior en parte es cierto, lo confirma la historia. ¿Cuál es el problema, pues?
En aquellos tiempos, 1806 y unos pocos años siguientes, todavía en el Virreinato, los indios (porque así se les llamaba), que ahora se les llama pueblos originarios para no herir susceptibilidades emergentes, que tenían ganado menor, ovicaprinos generalmente, al igual que porcinos y gallináceas, como de seguro los tenía el tío de Benito Juárez, eran indios acomodados, no eran pobres. No cualquiera tenía ganado.
Además, la familia Juárez, era de las pocas que tenían vínculos con criollos (realmente italianos) y mestizos en la ciudad de Oaxaca; y no todos los indios los tenían. Así que, presentar a Benito Juárez solamente como un pobre indito de guaraches (o descalzo), calzón de manta, sombrerito de paja y perdido a media sierra de allá de por San Pablo Guelatao, si bien era el escenario, no es tan cierto en su conjunto, pero si es muy romántica la imagen y eso le gusta escuchar al pueblo. Como que se identifican con dicha escenografía.
Hagamos un paralelismo, no una comparación; y también, guardando en este paralelismo las debidas distancias en el tiempo y los lugares, pero al fin paralelismo: San José ’Carpintero’, el padre de Jesús, era eso, un carpintero, tenía un oficio. Estamos hablando de hace ya poco más dos mil años; y tener un oficio en ese tiempo, es como ahora tener una profesión. Así que, San José podía darse el lujo de tener familia, tener un burro, esto es, transporte; como ahora, de acuerdo con el sueño de pequeño burgués tener un automóvil particular. San José podía viajar, pagar una pensión (hospedaje), aunque fuera una cueva (sótano) como en la posada de Belén donde nació Jesús. En fin. ¡No era él, ni su familia, pobres, como también nos lo quieren hacer creer! Además, María (la Virgen María) era de oficio peinadora.
¿Qué le pasó a San José?... Los evangelios canónigos lo olvidan, simplemente lo dejan de mencionar. Sin embardo, José Saramago, en su novela El Evangelio Según Jesucristo, dice que los romanos lo confunden con un rebelde zelota y lo crucifican; y en cuanto al burro, en esa confusión, alguien se lo roba.
Y es que es igual, al pueblo le gusta escuchar que nuestro Señor Jesucristo era muy pobre, aunque lo digan algunos a los que les cuadren las siguientes anónimas letras:
En tiempos de las bárbaras legiones,
de lo alto de las cruces
Colgaban los ladrones…
Hoy, en pleno siglo del progreso y de las luces,
Del pecho de los ladrones
Cuelgan las cruces.
Regresemos ahora a la vida de nuestro personaje. En el caso de Benito Juárez, hay mucho escrito, así que se tratará de no se repetitivo. Ya sabemos que de su terruño se fue a ciudad de Oaxaca, allí estudio leyes, se casó con Margarita Maza, escaló puestos, fue gobernador de ese estado, en 1858 ocupó el cargo de Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Cuando el general Ignacio Comonfort se adhiere al Plan de Tacubaya, Juárez se hizo cargo de la Presidencia de la Nación por ministerio de ley, lanzando un manifiesto en Guanajuato el 19 de enero de ese mismo año, aunque desde el día 11 del mismo mes ya había salido de la Ciudad de México por el levantamiento de la guarnición y se consideraba en el ejercicio de la Primera Magistratura de la Nación.
Su primer gobierno, la historia considera que fue del 11 de enero al 14 de junio de 1861, ejerciéndolo itinerantemente en Querétaro, Guanajuato, Guadalajara, Colima y el puerto de Veracruz, al que llegó cruzando por Panamá.
Su segundo mandato fue del 15 de junio de 1861 al 30 de noviembre de 1865. Esta fue la primera elección como presidente constitucional, contendiendo contra el licenciado Sebastián Lerdo de Tejada y el general Jesús Gonzáles Ortega. La guerra continuaba y ejerció también itinerantemente en la Ciudad de México, San Luis Potosí, Saltillo, Chihuahua y Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez, Chihuahua,…y tierra de narcos).
El tercer periodo de Juárez fue del 1° de diciembre de 1865 al 25 de diciembre de 1867. En esta ocasión, investido de facultades extraordinarias, fue una prórroga de su mandato para continuar la lucha contra los franceses y el Segundo Imperio. En este periodo, se estableció en Paso del Norte, Chihuahua y San Luis Potosí. Al triunfo del Ejercito Republicano, después de las batallas en la Hacienda La Blanca, en San Joaquín Coapango, Texcoco, y la posterior toma de Querétaro, retornó a la ciudad de México el 15 de junio de 1867.
En los billetes azules de $500.00 está impreso un fragmento del grabado de esa entrada triunfal a la capital del país.
Su cuarto periodo fue del 25 de diciembre de 1867 al 30 de noviembre de 1871. Para esta administración, contendieron Juárez, nuevamente Sebastián Lerdo de Tejada y por primera vez el general Porfirio Díaz Mori. Benito Juárez ganó las elecciones y a Lerdo de Tejada se le nombró Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En este periodo hubo algunos levantamientos, como los de los generales Francisco Aguirre, Pedro Martínez y Trinidad García de la Cadena, que desconocían al gobierno de Juárez, pero fueron sometidos por el general Sostenes Rocha.
Hubo también levantamientos por la aplicación de algunas de las Leyes de Reforma. Importante fue en esta región el levantamiento en armas de Julio López Chávez o Julio Chávez López, originario de San Francisco Acuautla, poblado ubicado actualmente en el municipio de Ixtapaluca, pero en aquel entonces dentro de la jurisdicción del Partido de Texcoco. Julio López encabezó una protesta en contra de la aplicación de la ley que permitía enajenar las tierras comunales a favor de las haciendas en perjuicio de los indígenas y campesinos anteriormente dueños de esas tierras.
Finalmente, conforme a la ley del 6 de diciembre de 1856, el 9 de julio de 1868 a las diez de la mañana, Julio López, calificado como comunista, asesino y gavillero, fue fusilado en Chalco, Estado de México.
Volviendo con la persona de Juárez. Su quinto periodo presidencial fue del 1° de diciembre de 1871 al 18 de julio de 1872, día en el que falleció repentinamente de angina de pecho. Este periodo presidencial debió haber concluido hasta 1875 (Ya hablaremos en otro espacio de la Carambada y de la veintiunilla).
Para este periodo, Juárez contendió otra vez contra Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. La elección se corroboró y se vio que ninguno de los tres candidatos tenía mayoría absoluta, por lo que le correspondió al Congreso de la Unión designar al presidente; y se inclinaron por Juárez.
La ’victoria’ del futuro Benemérito de las Américas fue calificada como fraudulenta; entonces Porfirio Díaz se levanta en armas en noviembre de 1871 respaldado por el Plan de la Noria. Pero fue derrotado.
El 19 de julio de 1872, el licenciado Sebastián Lerdo de Tejada, a la muerte de Juárez, ocupa la Presidencia de la Republica por ministerio de ley, ya que seguía siendo entonces el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El resto es historia para otros capítulos.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Carmona D. 2024. Es fusilado Julio López, calificado de ’comunista, asesino y gavillero’. Memoria Política de México. Disponible en: http://www.memoriapoliticademexico.org/Efemerides/7/09071868-JCh.html (Consultado el 14 de marzo de 2024).
De Zaya E., R. 1972. Benito Juárez. Su Vida / Su Obra. Secretaría de Educación Pública. Colección SEP/SETENTAS. México, D.F. 355 p.
Herrera P., M. 2018. Historia de México en Mapas Conceptuales. Editado por Mario Herrera Pineda. Lomas de Cristo, Texcoco, México. 320 p.
Historia y Su-Versión. 2024. Conozca la historia del hombre que intentó derrocar a Benito Juárez. Historia y Su-versión. Disponible en: http://historiaysuversion.blogspot.com/2012/09/conozca-la-historia-del-hombre-que.html (Consultado el 14 de marzo de 2024).
Huerta P., R.A. Texcoco, La Batalla Decisiva. Consejo de la Crónica Municipal de Texcoco. Comité Pro Restauración del Patrimonio de Texcoco. San Joaquín Coapango, Texcoco, México. 56 p.
Saldívar y S. G. 1960. Presidentes de México (1821-1960). Editora de Periódicos S.C.L., La Prensa. México, D.F. 32 p.
Wikipedia. 2024. Benito Juárez. Wikipedia. La enciclopedia libre. Disponible en https://es.wikipedia.org/wiki/Benito_Ju%C3%A1rez (Consultado el 15 de marzo de 2024).